Una labor social desde el ruedo
La corrida de los toros y el juego de la pelota eran los dos principales espect¨¢culos de masas en Bilbao a lo largo de gran parte de los siglos XIX y XX. El deporte del balompi¨¦ s¨®lo lo practicaba un reducido n¨²mero de snobs angl¨®filos. Cuando en 1882 se construy¨® el nuevo coso de Vista Alegre todav¨ªa no se hab¨ªa fundado el Athletic Club ni se hab¨ªa construido el estadio de San Mames. Sin embargo, ya ocho a?os antes de la fundaci¨®n del Club Cocherito, la Villa mostraba un gran dinamismo taurom¨¢quico. Una prestigiosa sociedad de similares caracter¨ªsticas, La Tertulia Taurina (seg¨²n Don Ventura "no ten¨ªa ni color ni grito"), estaba dirigida por Antonio Fern¨¢ndez Hache (revistero taurino, rejoneador, ganadero de reses bravas y autor del Doctrinal Taur¨®maco).
Dos socios del Cocherito fueron expulsados del PNV por participar en una lidia en 1915
En 1910, la provincia foral alcanz¨® sus momentos de mayor esplendor taur¨®maco gracias a Castor Jaureguibeitia, quien ocupaba uno de los puestos se?eros del escalaf¨®n junto a Bombita, Fuentes y Machaquito. S¨®lo en la ¨²ltima parte del siglo anterior, el imbatible pelotari durangu¨¦s Chiquito de Eibar hab¨ªa gozado de tanta popularidad. Con motivo de las Corridas Generales, los aficionados desbordaron las aceras que conduc¨ªan al taur¨®dromo de Abando, al que no pudieron acceder m¨¢s de 10.000 seguidores del arte de Cuchares, ante la ausencia de boletos. Al finalizar la temporada, y tomando como modelo el Club Guerrita cordob¨¦s (1896-1941), una cuarentena de partidarios de Castor Jaureguibeitia, fundaron una sociedad, destinada a perpetuar la memoria del primer matador de toros bilba¨ªno. Tras el preceptivo visto bueno del diestro, se convoc¨® una asamblea constituyente en el Sal¨®n Vizcaya, el 20 de diciembre, en la que se nombr¨® primer presidente a Pedro Mar¨ªa Viguera. La inauguraci¨®n oficial fue el 7 de enero del a?o siguiente.
A lo largo de los cien a?os de vida del Club Cocherito de Bilbao, la relaci¨®n de actividades societarias promovidas es infinita, especialmente las innumerables tertulias, conferencias y concesi¨®n de premios. La mayor¨ªa, con fines caritativos y sociales. La primera ocasi¨®n en 1911, a beneficio de los Asilos y del picador Charol, a quien una ca¨ªda desde un jaco le hab¨ªa dejado in¨²til para la profesi¨®n. Este mismo a?o la excusa humanitaria la ofrecieron las familias bermeanas que hab¨ªan perdido a 141 allegados por una galerna. En 1913, la sociedad promovi¨® una funci¨®n para socorrer al novillero Recajo, a quien hab¨ªan amputado una pierna, tras sufrir una cornada en Bilbao. El club impuls¨® en 1917 un hist¨®rico festival en el que tomaron parte por primera vez cinco matadores vizca¨ªnos y el mexicano Rodolfo Gaona, a favor de la familia del banderillero Chatarra, corneado mortalmente en Haro. La sociedad taur¨®fila, en 1935, organiz¨® un festejo en favor de la parentela del banderillero Zapata, que hab¨ªa fallecido a consecuencia de un infarto a la salida de Vista Alegre. La velada gener¨® 8.000 pesetas de ganancias que Mart¨ªn Ag¨¹ero entreg¨® a la viuda. Tras acabar las corridas agoste?as, un homenaje de id¨¦nticas caracter¨ªsticas pretend¨ªa recaudar fondos para auxiliar al mism¨ªsimo estoqueador de la calle de San Francisco.
Castor J. Ibarra se cort¨® la coleta en 1919. A su despedida de la afici¨®n del bocho -promovida por el Cocherito, en beneficio del propio estoqueador-, asisti¨® Alfonso XIII. Ya en 1925, el club promovi¨® una nueva corrida de toros con objeto de ayudar a la maltrecha econom¨ªa de Castor, que arroj¨® un saldo positivo de 17.000 pesetas.
En algunas ocasiones, los festivales de los consocios cocheristas ten¨ªan objetivos patri¨®ticos. Con un llenazo colosal, programaron, en 1911, una becerrada dirigida a captar para auxiliar a los soldados heridos en Melilla. Para realzar el homenaje, el redondel apareci¨® decorado con los colores de la bandera nacional y de la matr¨ªcula de Bilbao. Finalizada la lidia, un escuadr¨®n de lanceros, encabezado por un capit¨¢n, efectu¨® una exhibici¨®n militar. Las 15.000 pesetas que gener¨® una nueva gala taurina, en 1912, se entregaron a los descendientes de los soldados fallecidos en el Rif, gesto que movi¨® al presidente del gobierno, Jos¨¦ Canalejas, a remitir un telegrama de agradecimiento al Club Cocherito.
A veces estos festejos de beneficencia generaban consecuencias indeseadas. La grave situaci¨®n econ¨®mica por la que atravesaba Vizcaya en 1915, llev¨® al club a organizar una becerrada a favor de los obreros en paro; beneficios que se repartieron al 50%, los proletarios bilba¨ªnos y de la cuenca minera. Estos d¨ªas, uno de los chascarrillos m¨¢s comentados en los caf¨¦s del Arenal era la decisi¨®n del directorio bizkaitarra de expulsar de sus filas a los cocheristas Esteban Macazaga y Araminto de Beascoechea, acusados de faltar gravemente al reglamento del PNV por participar en la lidia. Ello no impidi¨® que una comisi¨®n del Club visitase al alcalde de la Villa, a quien hizo entrega de 3.672 pesetas. Otra cantidad similar se deposit¨® en manos del presidente de la Diputaci¨®n. En agosto de 1939, tambi¨¦n ser¨ªa expulsado del mismo partido pol¨ªtico Manuel de la Sota, hijo del conocido naviero nacionalista, tras ejercer de presentador de la conferencia que dict¨® en los salones que miran a la r¨ªa el reconocido escritor taur¨®filo Jos¨¦ Mar¨ªa de Coss¨ªo. En los a?os de la Republica, el Cocherito promovi¨® espect¨¢culos propios con fines sociales y por sugerencia del Gobernador civil. En 1940, tras el final de la guerra, el club contribuy¨® a la normalizaci¨®n de la actividad taurina con la organizaci¨®n de una novillada en la que se presentaron, en el circo bilba¨ªno Pepe Lu¨ªs V¨¢zquez y Antonio Bienvenida. En los ochenta, ejerci¨® de presidente, Alberto Olmedo, conocido militante del PSOE. Su sucesor, Patxuko Abrisketa, era un ferviente seguidor de la causa nacionalista.
Antonio Fern¨¢ndez Casado es socio n¨²mero 25 del Club Cocherito y autor de la biograf¨ªa de Castor Jaureguibeitia Ibarra.
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