El peligro est¨¢ en el siguiente paso
Bio¨¦ticos espa?oles coinciden en que el riesgo del trabajo de Venter est¨¢ en la seguridad por la liberaci¨®n de posibles bacterias creadas sint¨¦ticamente
Cient¨ªficos y bio¨¦ticos espa?oles consultados por este peri¨®dico coinciden en dos aspectos. El primero, un cierto escepticismo ante el anuncio de Craig Venter: "No es una bacteria nueva", resume el presidente de la Sociedad Internacional de Bio¨¦tica (Sibi), Marcelo Palacios, en l¨ªnea con otros, como el profesor del Consejo Superior de Investigaciones Cient¨ªficas (CSIC) Pere Puigdom¨¨nech y el responsable de Bio¨¦tica y Salud del Consejo de Europa, Carlos de Sola. Gr¨¢ficamente, Palacios indica que lo que ha hecho el cient¨ªfico estadounidense es "copiar" un ADN, "montar un puzle que tiene mucho m¨¦rito", pero apunta a que el resto de la bacteria (la membrana y los org¨¢nulos del citoplasma) ya exist¨ªa. Es el mismo reparo que pone al trabajo Javier Novo, de la Universidad de Navarra.
Pero, hecha esta salvedad, los expertos consultados creen que la primera preocupaci¨®n tras el trabajo debe ser la seguridad. Puigdom¨¨nech remite a un informe del Grupo Europeo de Bio¨¦tica, que ya en noviembre se?al¨® que ante el previsible anuncio de Venter -de hecho se entrevistaron con ¨¦l- se determine "c¨®mo colmar las posibles lagunas" en la legislaci¨®n para controlar la posible liberaci¨®n de estos organismos, o de otros m¨¢s complejos con genes incorporados, en el medio ambiente. "La demanda de que se revise [la legislaci¨®n] tiene raz¨®n de ser", afirma De Sola, aunque, de momento, no ve peligro "porque es un trabajo en laboratorio". En la misma l¨ªnea, un paso m¨¢s all¨¢, est¨¢ el temor a que se puedan fabricar microorganismos que se usen con fines b¨¦licos.
Puigdom¨¨nech y Palacios establecen un paralelismo que sirve como prevenci¨®n b¨¢sica ante un futuro en el que Venter -o quien sea- no se limite a copiar el genoma de una bacteria, sino que lo modifique introduciendo nuevos genes. Eso ya se hace en la pr¨¢ctica por otros m¨¦todos (hay bacterias recombinantes que producen penicilina o insulina, apunta Palacios), y hay toda una regulaci¨®n, la que tiene que ver con los organismos transg¨¦nicos, que ya est¨¢ en vigor.
Una vez establecido el principio de que no es una bacteria nueva y la importancia de la seguridad en su manejo, Palacios indica otras dos ideas. La primera: ?A qui¨¦n va a ser ¨²til? "A Craig Venter y a su equipo en primer lugar", se responde. Y se?ala que, sobre todo al principio -a nadie se le escapa que lo que quiere el investigador es patentar su trabajo-, habr¨¢ "una discriminaci¨®n" entre quienes puedan beneficiarse de estas t¨¦cnicas (mejores f¨¢rmacos o bacterias capaces de limpiar el suelo de metales pesados, por ejemplo) y quienes no.
"Cuando nos reunimos con ¨¦l, Venter nos dijo que tiene identificados 50 millones de genes recogidos de microorganismos de todo el mundo, y su intenci¨®n es combinarlos", apunta Puigdom¨¨nech. Y, aunque el tema de la propiedad industrial del material gen¨¦tico es complicado -recientemente, EE UU revoc¨® las patentes de un laboratorio sobre los genes BRCA implicados en el c¨¢ncer de mama-, "nada debe impedir que los beneficios lleguen a todo el mundo", se?ala el profesor del CSIC. Tambi¨¦n De Sola duda que sea ¨¦tico patentar un gen que ya existe.
Por ¨²ltimo, Palacios establece un cuarto nivel: la necesidad de que se elabore una regulaci¨®n universal para el uso responsable de la biotecnolog¨ªa, similar a los derechos humanos.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.