"Contra la corrupci¨®n soy absolutamente radical"
El hemiciclo de las Cortes Valencianas fue abandonado el mi¨¦rcoles pasado por toda la oposici¨®n en solidaridad con ?ngel Luna, portavoz socialista convertido en una bestia negra por el PP, que vot¨® ese d¨ªa en solitario una iniciativa para reprobarlo. Nacido en Madrid en 1952, Luna fue consejero de Sanidad y Trabajo en los a?os de presidencia de Joan Lerma, senador y diputado en el Congreso. De 1991 a 1995 ocup¨® la alcald¨ªa de Alicante. Tras una larga temporada dedicada a su trabajo profesional como abogado, volvi¨® en 2007 a la pol¨ªtica activa en el Parlamento auton¨®mico. Convertido en la mano derecha del l¨ªder del PSPV-PSOE, Jorge Alarte, con quien comparte una visi¨®n moderada y pragm¨¢tica de la izquierda, se ha distinguido por la denuncia radical de los casos de corrupci¨®n que envuelven al presidente Francisco Camps, al Consell y a su partido. "Lo soy en muy pocas cosas", confiesa, "pero contra la corrupci¨®n soy absolutamente radical".
"La corrupci¨®n permite reproducir los mecanismos de dominaci¨®n"
"La ocultaci¨®n es sin¨®nimo de chanchullo o de privilegio"
"No podemos tener una visi¨®n instrumental de la democracia"
Pregunta. Cuando comenz¨® la legislatura, seguramente no esperaba usted que ser¨ªa tan dura...
Respuesta. Est¨¢ siendo dura, pero tambi¨¦n muy clarificadora. Yo tengo que dar gracias a la judicatura espa?ola y, en estos momentos duros y dif¨ªciles, seguramente al juez Garz¨®n por haber iniciado una investigaci¨®n que nos ha permitido poner encima de la mesa las corrientes subterr¨¢neas de la gesti¨®n del dinero publico en la Comunidad Valenciana. Unas corrientes que han estado permitiendo que estos a?os haya habido una prepotencia absoluta en materia de comunicaci¨®n y de propaganda por parte del PP, no solo gracias al control de los medios p¨²blicos, sino a una sobrefinanciaci¨®n para sus campa?as electorales, para sus anuncios y para su capacidad de presi¨®n sobre los medios privados. Todo esto se ha ido al traste con la investigaci¨®n que inici¨® Garz¨®n y que ha derivado en diferentes asuntos, como el caso de los trajes y tambi¨¦n como el que se est¨¢ investigando en Madrid, que est¨¢ permitiendo desentra?ar lo que hay en la trastienda.
P. ?Asistimos al final de la ¨¦poca de Francisco Camps en la presidencia de la Generalitat? ?Cree que durar¨¢ mucho su agon¨ªa pol¨ªtica?
R. Pues no s¨¦ cu¨¢nto va a durar esta agon¨ªa. Nos enfrentamos a un presidente que no act¨²a con racionalidad pol¨ªtica... Casi se podr¨ªa eliminar el adjetivo y decir que no act¨²a con racionalidad. Es una persona que ha concentrado mucho poder. Si todo depende de una decisi¨®n personal suya, y ¨¦l se ve muy afectado emocionalmente por lo que est¨¢ pasando, o de un Partido Popular que no se atreve a tomar ninguna decisi¨®n porque teme, m¨¢s que nada, aquello que pueda salpicarle como organizaci¨®n que ha estado parasitando un modo corrupto de funcionar de la Administraci¨®n p¨²blica valenciana, es dif¨ªcil decir cu¨¢nto durar¨¢ esta situaci¨®n.
P. No era f¨¢cil prever que la lucha contra la corrupci¨®n pasar¨ªa a ocupar un lugar tan central en el debate pol¨ªtico esta legislatura. ?Usted y el secretario general del PSPV-PSOE, Jorge Alarte, se la han jugado en ese terreno al adoptar decisiones que en su momento fueron criticadas o mal entendidas?
R. Estoy convencido de que la lucha contra la corrupci¨®n es consustancial a la idea de democracia. En las sociedades modernas, la concentraci¨®n y los mecanismos del poder son infinitos. Si al poder se le suma la opacidad, inevitablemente se produce la corrupci¨®n. La corrupci¨®n permite reproducir los mecanismos de control y de dominaci¨®n en una sociedad. Hace que los que mandan, est¨¦n en las instituciones pol¨ªticas o en trastienda econ¨®mica, sigan siendo los que mandan. Por eso, para m¨ª, la lucha contra la corrupci¨®n es consustancial a la acci¨®n pol¨ªtica desde una concepci¨®n progresista, independientemente del resultado electoral que d¨¦ esa lucha. Es algo obligatorio, tiene que estar en el ADN pol¨ªtico.
P. Una visi¨®n popular, que comparten ciertos sectores, no necesariamente de la derecha, tiende a considerar que la oposici¨®n, cuando denuncia la corrupci¨®n, se plantea una cuesti¨®n m¨¢s estrat¨¦gica que ¨¦tica...
R. Para m¨ª no es estrat¨¦gica. Es esencial. Lo ha sido cuando he ejercido responsabilidades ejecutivas. Hubo denuncias en mi ayuntamiento que salieron de m¨ª mismo y, al mismo tiempo, procur¨¦ una transparencia total mientras fui alcalde de Alicante. No concibo un poder que no sea transparente.
P. ?Hasta qu¨¦ punto eso implica tocar el statu quo? En su propio partido hubo voces cr¨ªticas cuando incluyeron a cinco empresarios en la querella por financiaci¨®n ilegal del PP que ha acabado investigando el Tribunal Superior de Justicia de Madrid... Como si se aceptara que ciertos vicios, ciertas irregularidades o zonas oscuras, forman parte inevitable del funcionamiento del sistema.
R. No creo que se puedan dar por supuestos determinados vicios en el funcionamiento de una sociedad democr¨¢tica. O nos creemos las reglas del juego o no nos las creemos. No podemos tener una visi¨®n instrumental de la democracia como la que siempre denuncio de Camps. No podemos pensar que nos sirve para ganar unas elecciones cada cuatro a?os para olvidarnos despu¨¦s. Hay elementos esenciales que no se pueden menospreciar porque, si no, estar¨ªamos hablando de otra cosa. Y no creo que sea s¨®lo por razones ¨¦ticas, sino tambi¨¦n econ¨®micas. Las democracias bien entendidas son m¨¢s eficaces. Conozco bien los pa¨ªses n¨®rdicos, fundamentalmente Dinamarca. Tienen una capacidad de generar riqueza y bienestar para los ciudadanos muy superior porque, al final, la eficiencia se impone y no se imponen los amigos. En eso soy radical. Soy radical en muy pocas cosas, pero contra la corrupci¨®n soy absolutamente radical.
P. Usted volvi¨® a la pol¨ªtica de primera l¨ªnea, tras un periodo de alejamiento, con una etiqueta de centrista o moderado. Sin embargo, le ha tocado jugar un papel de malo en las Cortes. Hasta le han reprobado...
R. La reprobaci¨®n ha sido una maniobra de distracci¨®n sin m¨¢s intenci¨®n que tratar de deslegitimar la labor que estoy haciendo. Har¨ªan lo mismo con cualquier otro. Te conviertes en inc¨®modo para el poder e intentan atacarte personalmente. Yo soy moderado, en l¨ªneas generales, en mis planteamientos. Soy lector, conozco situaciones de otros pa¨ªses y creo que las reformas son m¨¢s duraderas que las revoluciones, desde el punto de vista del bienestar de los pueblos. Lo que ocurre es que s¨ª que soy radical en algunas cosas. Principios, hay que tener muy pocos, pero han de ser esenciales y deben defenderse con firmeza. El poder tiende a perpetuarse, eso est¨¢ en la naturaleza humana. A veces hay que releer a los padres fundadores de la democracia norteamericana, Madison y compa?¨ªa, cuando advierten de que forma parte de la naturaleza humana procurarse los mayores privilegios, lo que a menudo supone ocultar. De ah¨ª que sea tan importante la transparencia.
P. Cita usted a los padres fundadores de la democracia americana y habla de la transparencia. All¨ª, en Estados Unidos, han hecho leyes para garantizarla...
R. Aqu¨ª te¨®ricamente tambi¨¦n existen.
P. Lo digo porque Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero ha llevado ya dos veces en su programa electoral la propuesta de hacer una ley de transparencia informativa sin que haya materializado el compromiso...
R. Igual aqu¨ª har¨ªa falta introducir en el C¨®digo Penal la referencia expl¨ªcita al funcionario o cargo p¨²blico que ocultara expedientes de contrataci¨®n en los que se maneje dinero p¨²blico. De todas maneras, que esos expedientes son p¨²blicos se deriva de la legislaci¨®n actual.
P. ?Pero su experiencia no le dice que hace falta algo m¨¢s?
R. Es lamentable decir que hace falta algo m¨¢s, porque ese tipo de comportamiento tendr¨ªa que ser objeto de sanci¨®n pol¨ªtica. Los ciudadanos deber¨ªan desconfiar de todo aquel que oculta. La ocultaci¨®n siempre es sin¨®nimo de chanchullo o de privilegio, salvo que hablemos de secretos de Estado o de cuestiones que afecten a la seguridad. Mire, que nos digan que unos contratos sobre la f¨®rmula 1 tienen cl¨¢usulas de confidencialidad, como si estuvi¨¦ramos hablando de proteger una f¨®rmula f¨ªsica o qu¨ªmica de fabricaci¨®n, es absurdo. ?C¨®mo puede haber una cl¨¢usula de confidencialidad en un contrato p¨²blico? Eso, con la ley en la mano, es imposible. ?Y qu¨¦ tenemos que hacer? ?Llevar al Consell a los tribunales constantemente? Parece que es lo que nos est¨¢n pidiendo.
P. ?Hay responsabilidades penales en los esc¨¢ndalos de corrupci¨®n del caso G¨¹rtel, que afectan al Consell y al PP valenciano?
R. Lo dije un d¨ªa en la tribuna de las Cortes y desde entonces alegan que insultaba al presidente, porque lo consideraba penalmente responsable. Ahora no lo digo yo, lo dice el Tribunal Supremo.
P. Algunas voces de su partido han sugerido que tal vez no hab¨ªa que centrarse tanto en el caso G¨¹rtel y abrir el juego pol¨ªtico a otras cosas. ?Qu¨¦ le parece a usted?
R. Necesariamente he de ser cr¨ªtico con los medios de comunicaci¨®n. Nosotros dedicamos al tema G¨¹rtel , a lo largo de la semana parlamentaria, los siete minutos de la interpelaci¨®n al presidente. ?Qu¨¦ ocurre? Que lo que tiene inter¨¦s y relevancia p¨²blica son los esc¨¢ndalos derivados del caso G¨¹rtel, que son muy gordos. Yo lo entiendo, pero de ah¨ª no puede derivarse que somos monotem¨¢ticos. Es lo ¨²nico, o lo poco, que sale.
P. Tal vez porque es lo m¨¢s importante.
R. S¨ª, creo que es lo m¨¢s importante. En estos momentos, en la Comunidad Valenciana es imposible plantearse una salida de la crisis, una revitalizaci¨®n de la econom¨ªa o una soluci¨®n de los problemas econ¨®micos con un Consell instalado en las pr¨¢cticas que est¨¢n siendo juzgadas en los tribunales de justicia. Con un Consell instalado en una pr¨¢ctica anticompetitiva, basada en el amiguismo, la opacidad y el capricho, es imposible. El Consell no paga nada, pero Bernie Ecclestone cobrar¨¢ el canon por la carrera de f¨®rmula 1 antes de marcharse de Valencia. Eso es dram¨¢tico para las empresas valencianas y el funcionamiento de la econom¨ªa. ?Hoy en d¨ªa, hay algo m¨¢s importante que acabar con esa forma de gobernar? No puede haber otro programa pol¨ªtico que no sea restablecer el funcionamiento de las instituciones democr¨¢ticas.
P. Su gran protagonismo p¨²blico combinado con el hecho de que el l¨ªder de su partido no est¨¢ en las Cortes podr¨ªa generar problemas, pero da la sensaci¨®n de que entre usted y Jorge Alarte hay buena sinton¨ªa.
R. Tengo muy claro que Jorge Alarte es el l¨ªder del partido, que es el futuro de este partido. Se trata de un l¨ªder joven pero de una proyecci¨®n pol¨ªtica muy importante. Adem¨¢s, coincido al cien por cien con la manera que ¨¦l tiene de ver estas cosas. Yo no podr¨ªa hacer lo que estoy haciendo en las Cortes si no tuviera el respaldo de Jorge Alarte. Es evidente.
P. Usted ha visto evolucionar el partido. ?Cree que asistimos a un relevo generacional? ?Est¨¢ superando el PSPV-PSOE sus viejos vicios internos o a¨²n queda mucho para eso?
R. Los vicios internos de los partidos tienen mucho que ver con la naturaleza humana. Son conocidos desde que, a principios del siglo XX, Michels escribiera en Los partidos pol¨ªticos aquello de la "ley de hierro de las oligarqu¨ªas". Los problemas de los partidos en la oposici¨®n en las sociedades avanzadas y medi¨¢ticas son muy considerables. A veces he dicho que, en mi partido, como en muchos que llevan a?os en la oposici¨®n, se tiene tendencia a buscar un mes¨ªas que nos lleve a la tierra prometida. Eso es un mito de la historia universal. Lo que necesitamos es que el partido sea consciente de que necesita tener claros cu¨¢les son los problemas de la sociedad, as¨ª como los que plantea el poder con los resortes y los mecanismos de comunicaci¨®n de que dispone y que no tenemos los dem¨¢s, para construir una complicidad mayoritaria. Esa complicidad nunca ser¨¢ un¨¢nime porque las unanimidades indican que algo no funciona bien. Luego, eso hay que combinarlo con un l¨ªder. Creo que estamos empezando a construir una alternativa seria en ese sentido.
P. ?No se ha acelerado demasiado la descomposici¨®n del PP, por lo menos la institucional, dado que su apoyo electoral parece todav¨ªa intacto, para que ustedes logren estar preparados a tiempo?
R. El PP es un partido aglutinado por el poder. Lo construy¨® en su configuraci¨®n actual, b¨¢sicamente, Eduardo Zaplana. Con el talonario del poder fue buscando jugadores y fich¨® todo lo que hab¨ªa en el mercado. El problema del PP ser¨¢ cuando empiece a perder parcelas de poder o empiecen a surgir divergencias, como ya sucede. La descomposici¨®n empieza a ser evidente. Lo veremos m¨¢s claro en el futuro inmediato.
P. Formulado de otra manera. ?Est¨¢ preparado Jorge Alarte para ser presidente de la Generalitat y el PSPV-PSOE para volver al Consell?
R. Creo que s¨ª. Voy a destacar dos virtudes esenciales de Alarte. La primera es que tiene una capacidad de trabajo descomunal: acaba con cualquiera. La segunda es su importante capacidad de escuchar. Son dos elementos que en su caso, el de un l¨ªder joven, resultan de un valor extraordinario. Todo eso dota el proyecto que encabeza de una garant¨ªa de continuidad importante.
P. El electorado de izquierdas de este pa¨ªs tiene razones para desconfiar. ?Volver¨¢n los socialistas valencianos a repetir su conocido ciclo de autodestrucci¨®n?
R. No estoy en condiciones de garantizar nada, pero creo que eso no va a suceder. Tengo esa sensaci¨®n, y est¨¢ basada en elementos objetivos. Hace unos d¨ªas, se hizo una convocatoria en la sede del PSPV-PSOE en Blanquer¨ªas y la respuesta fue masiva. Tengo la impresi¨®n de que podemos construir algo m¨¢s s¨®lido.
P. ?Le tienta otra vez la posibilidad de optar a la alcald¨ªa de Alicante?
R. No entra en mis objetivos. Estoy desarrollando un trabajo importante que est¨¢ sin acabar.
P. El propio programa econ¨®mico de Alarte alude en su t¨ªtulo a la necesidad de sanear la Administraci¨®n p¨²blica, la Generalitat, como primera premisa... ?Es tan grave la situaci¨®n?
R. Tal como est¨¢ la Comunidad Valenciana, lo primero que hace falta es un an¨¢lisis serio de lo que ingresamos y de lo que gastamos, y en qu¨¦ lo gastamos. No se ha hecho y no podemos hacerlo porque, con el nivel de opacidad de este Consell, es imposible. Aun as¨ª, podemos saber algunas cosas. Por ejemplo, en el primer trimestre hemos consumido el 48% de lo presupuestado en gasto farmac¨¦utico para todo el a?o. Lo que quiere decir que vivimos en unos n¨²meros absolutamente ficticios.
P. ?Por eso el programa de Alarte tienen esos tintes de emergencia?
R. Aqu¨ª habr¨¢ que hacer un programa de ajuste brutal. Pero, sobre todo, lo necesario es una estrategia que pasa por un acuerdo b¨¢sico entre fuerzas pol¨ªticas. De la deuda que hemos generado, de los compromisos de gasto, no saldremos el a?o que viene. Privatizar la sanidad p¨²blica, por ejemplo, supone un alivio ahora, pero implica asumir unos compromisos de gasto que no sabemos d¨®nde nos van a llevar. Ese acuerdo pasa por la transparencia y el di¨¢logo, del que ahora estamos excluidos por el PP. De ah¨ª que el t¨ªtulo del programa econ¨®mico recuerde el que se dio a los Pactos de la Moncloa de "saneamiento y reforma de la econom¨ªa".
P. Que la autonom¨ªa se haya convertido, despu¨¦s de tres d¨¦cadas, en esto no deja de ser triste...
R. Ah¨ª le digo aquello de Serrat: "No es m¨¢s triste la verdad, lo que no tiene es remedio". Es muy triste, pero hay que hacer lo que hay que hacer. Hemos llegado a esto por el mal funcionamiento de la democracia. Si se hubiera sabido lo que ocurr¨ªa, no habr¨ªamos llegado tan lejos.
P. ?Y no falla la sociedad civil?
R. Tenemos dos problemas. La sociedad civil ha estado adormecida porque llevamos quince a?os metidos en una burbuja de que todo iba perfectamente bien. Adem¨¢s, si hay alg¨²n problema, aqu¨ª se atribuye a Zapatero. Eso s¨®lo es posible con una potencia medi¨¢tica muy grande. Si tienes un control absoluto sobre los medios p¨²blicos, como Canal 9, y las concesiones de licencias audiovisuales se dan con un sesgo ideol¨®gico enorme, cuando no van a parar a manos directamente de los amigos...
P. Volvamos al caso G¨¹rtel, ?Llegaremos a ver la escena de un presidente de la Generalitat sentado en el banquillo y sometido a la acusaci¨®n popular en nombre de los socialistas?
R. Camps se est¨¢ empe?ando en que sea as¨ª y su partido parece dispuesto a permit¨ªrselo. Para m¨ª resulta totalmente incre¨ªble. Sobre todo porque el supuesto delito no es de car¨¢cter privado sino que tiene que ver con su ejercicio como presidente.
P. ?Van a persistir los problemas de esta legislatura en la pr¨®xima?
R. Estoy convencido de que no. Un personaje tan ajeno a la cultura democr¨¢tica como Francisco Camps no estar¨¢ en la contienda electoral, pese a lo que se plantee en estos momentos. El PP, que ha sido tolerante con este tipo de personajes, aprender¨¢ la lecci¨®n porque se encontrar¨¢ con una ciudadan¨ªa m¨¢s alerta. Espero, adem¨¢s, que tengamos suficiente capacidad de comunicaci¨®n, desde ahora hasta el final de la campa?a electoral, como para que la sociedad comprenda que es imprescindible limpiar la pr¨¢ctica generalizada de corrupci¨®n que se ha producido en el gobierno de la Generalitat. Y s¨®lo se puede hacer cambiando el color pol¨ªtico del Consell.
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