El acuerdo sobre el mercado laboral se atasca por el coste del despido
Nadie ve cercano el consenso, lo que se traducir¨¢ en que el Gobierno legisle
La reforma laboral entra en su semana decisiva. El pasado martes, el presidente Zapatero la se?al¨® como la nueva gran prioridad del Gobierno y fij¨® un plazo muy concreto: antes de finales de mayo. Pero sus intenciones tropiezan con un viejo conocido del di¨¢logo social, el despido. La insistencia de la patronal en rebajar las cotizaciones sociales y la negativa sindical en este punto hac¨ªa prever que las mayores dificultades llegar¨ªan por esta v¨ªa. Pero visto que las estrecheces presupuestarias cierran este camino, el tira y afloja se centra ahora en aspectos relacionados con el despido, apuntan fuentes de la negociaci¨®n. Y ah¨ª se levanta un muro que, de momento, evita que Zapatero logre su objetivo con la aquiescencia de patronal y sindicatos.
El recorte del gasto hace imposible la rebaja de cotizaciones que pide la patronal
Desde que hace cuatro meses el Gobierno present¨® el documento que sirvi¨® de base para abrir la negociaci¨®n, el debate sobre el despido y su indemnizaci¨®n est¨¢ sobre la mesa. Se abr¨ªa as¨ª a una demanda lanzada insistentemente desde organismos internacionales, el Banco de Espa?a y la patronal.
El Ministerio de Trabajo quiere generalizar el uso del contrato con 33 d¨ªas de indemnizaci¨®n por a?o trabajado frente al ordinario de 45. Esta iniciativa cuenta con el apoyo de la patronal, pero no con el de los sindicatos. "Nos oponemos a la sustituci¨®n de uno por otro", explica Fernando Lezcano, portavoz de CC OO, que considera que la consecuencia inmediata ser¨ªa la marginaci¨®n del contrato ordinario. Y, por tanto, el abaratamiento del despido por la v¨ªa de los hechos.
Pero donde ha surgido el mayor escollo es en la exigencia de la patronal de redefinir las causas del despido. Fuentes de la negociaci¨®n apuntan que, visto que no hab¨ªa posibilidad de lograr la anhelada rebaja de cuotas, la patronal vir¨® la proa hacia una nueva definici¨®n de las causas del despido objetivo o procedente, que cuenta con una indemnizaci¨®n de 20 d¨ªas frente a los 45 o 33 del improcedente.
Entre otras modificaciones, la patronal pidi¨® que fuera considerado motivo de rescisi¨®n de contrato la ca¨ªda de la facturaci¨®n o la ausencia del trabajo durante ocho d¨ªas durante dos meses. Y eso es algo por lo que los sindicatos no est¨¢n dispuestos a pasar. "La patronal sigue hablando de abaratar la entrada y la salida del puesto de trabajo", resume Toni Ferrer, secretario de Acci¨®n Sindical de UGT.
Pero si la negociaci¨®n a dos partes -"desde hace dos semanas se le ha pedido al Gobierno que se mantenga al margen", apunta un interlocutor- se ha encallado por esta v¨ªa, qu¨¦ duda cabe de que la irrupci¨®n del plan de ajuste del Ejecutivo ha asestado un golpe muy duro a las conversaciones.
Para empezar, como han repetido los secretarios generales de UGT y CC OO, los sindicatos han perdido la confianza que ten¨ªan en el Gobierno. Adem¨¢s, los representantes de los trabajadores temen que una vez cerrado el grifo presupuestario no haya dinero para financiar los tres aspectos donde las posiciones de los tres actores estaban m¨¢s cercanas: el plan de empleo juvenil, la reordenaci¨®n de las subvenciones a la contrataci¨®n (las llamadas bonificaciones) y la reducci¨®n de jornada como forma de ajuste de los gastos salariales (el conocido modelo alem¨¢n). "Extraoficialmente nos han dicho que hay entre 1.200 y 1.500 millones que probablemente saldr¨¢n de la reordenaci¨®n de partidas", explican sin mucha fe fuentes sindicales. En este contexto, pocos creen que sea posible el acuerdo. De las seis personas consultadas para escribir esta informaci¨®n, ninguno ve cercano el acuerdo y mucho menos en tan poco tiempo. Ni por el lado empresarial, ni por el sindical, ni por el pol¨ªtico se conf¨ªa en el pacto. "Hay muy pocos avances desde el 12 de abril", dibujan fuentes muy pr¨®ximas a la negociaci¨®n.
Pero desde todos los ¨¢mbitos, tanto en p¨²blico como en privado, se coincide en que tampoco se puede dilatar m¨¢s tiempo las conversaciones. De hecho, el ministro Celestino Corbacho ya empez¨® el viernes a repartir responsabilidades, al se?alar que los sindicatos ser¨ªan responsables del fracaso de las negociaciones.
Y si se aleja el acuerdo, sube enteros la reforma por decreto. El Gobierno lo ha advertido varias veces a lo largo de este mes. No est¨¢ dispuesto a que las conversaciones se eternicen y recurrir¨¢ al decreto. Y eso pone en guardia al movimiento sindical, temeroso de que la decisi¨®n unilateral del Gobierno tome los mismos derroteros que el plan de ajuste. Por eso, los representantes de los trabajadores ya han advertido que ese camino conduce directamente a la huelga general (como pas¨® en 2002, frente al Gobierno de Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar).
Sea por decreto o por acuerdo, uno de los aspectos que se abren paso en la ya pr¨®xima reforma laboral es la adaptaci¨®n espa?ola del modelo austriaco. Nadie se atreve todav¨ªa a aventurar si impondr¨¢ una nueva cuota a las empresas para sufragar un fondo para el trabajador que se acumular¨¢ hasta su jubilaci¨®n o ser¨¢ simplemente un seguro de despido que sufragar¨¢ parte de la indemnizaci¨®n (el 40%), tal y como esboz¨® el encargado del Gobierno para el Di¨¢logo Social, Alfonso Mor¨®n, el 12 de abril.
Un di¨¢logo lento y confuso
Desde hace dos semanas, el di¨¢logo social a tres bandas se ha convertido casi en una negociaci¨®n a dos: sindicatos y empresarios. El Gobierno espera a ver si los agentes sociales dilucidan entre ellos si hay posibilidad de acuerdo. Pero aunque ahora la pelota no est¨¦ en el alero del Gobierno, han surgido cr¨ªticas sobre c¨®mo ha encarado la negociaci¨®n.
Las primeras cr¨ªticas surgieron casi desde el comienzo por la lentitud con la que dirig¨ªa el proceso. Pero conforme este ha avanzado, los ataques no solo quedan en la forma. "Ha estado bastante descolocado, carente de capacidad propositiva", responde Fernando Lezcano, de CC OO. Tampoco en el otro gran sindicato, UGT, creen que la acci¨®n del Gobierno haya ayudado precisamente a avanzar la negociaci¨®n.
Adem¨¢s, tanto desde los sindicatos como desde instancias pol¨ªticas, se habla de que uno de los problemas fundamentales procede de la falta de direcci¨®n clara en las negociaciones por parte del Ejecutivo. Seg¨²n estas fuentes, el Ministerio de Trabajo no ha jugado el papel rector que tiene asignado tradicionalmente, y en muchas ocasiones sus posiciones han chocado con las que manten¨ªa Econom¨ªa o La Moncloa.
Desde Trabajo niegan esta acusaci¨®n, recuerdan el nombramiento de Alfonso Mor¨®n como responsable del Di¨¢logo Social para evitar precisamente estas circunstancias, que admiten que s¨ª se produjeron en la ronda fracasada de verano.
Tampoco ha ayudado el l¨ªo interno en la CEOE por los problemas empresariales de su presidente, Gerardo D¨ªaz Ferr¨¢n, que lo sit¨²an en una posici¨®n cada vez m¨¢s precaria.
Las reformas con m¨¢s apoyo
- Plan de empleo juvenil. El paro entre los menores
de 25 a?os supera el 40%. El plan contempla subvenciones a la contrataci¨®n, formaci¨®n y cambios en los contratos en pr¨¢cticas y de formaci¨®n.
- Bonificaciones. Reducci¨®n de los grupos beneficiados para que cumplan con su objetivo
de estimular la contrataci¨®n de colectivos desfavorecidos.
- Modelo alem¨¢n. Impulso de las reducciones de jornada para ajustar el gasto salarial.
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