Podr¨ªa ser peor
Se mire como se mire la mentalidad dominante en Galicia es la de un pa¨ªs subvencionado. Aqu¨ª se f¨ªa todo al Estado, en forma de pensiones o de obras: por eso los titulares de la prensa tratan, en gran medida, de desentra?ar si se cumplen las inversiones prometidas -el AVE y otras aventuras- o no. La cosa se observa sin la menor pretensi¨®n de influir -todos los gallegos dan por sentado que su voz no importa-. Puertas adentro, no s¨®lo en el Ourense de Baltar, se intenta practicar el clientelismo e investigar el modo en que la Xunta pueda responder satisfactoriamente a la pregunta ?qu¨¦ hay de lo m¨ªo? No es que la cultura c¨ªvica no se vaya abriendo paso, pero tiene que luchar a brazo partido cada paso adelante. A veces la imagen aburre. Eso no impide que en las ¨²ltimas d¨¦cadas no se haya impuesto el gesto del nuevo rico y que la gente no se haya ilusionado con la posibilidad de convertirse, por arte de magia, en un alem¨¢n con un BMW esperando en la puerta de la casa.
Podr¨ªamos pasar, sobre las cenizas de un orden, a ser gobernados por una plutocracia clept¨®mana
Pero eso se ha acabado. No sabemos la que se nos viene encima. La virada en pleno oleaje de Zapatero ha dejado desconcertada a una gente que cre¨ªa que, pese a todo -pese a un 20% de parados-, era posible pasar pl¨¢cidamente la tormenta. El mi¨¦rcoles 12 de mayo nos despert¨® de nuestro sue?o dogm¨¢tico. Y de la lectura de las p¨¢ginas salm¨®n de los peri¨®dicos nos llegan noticias a cada cual m¨¢s alarmante. La econom¨ªa tiene intriga, suspense, misterio y, por supuesto, sus cad¨¢veres y sus criminales exquisitos. Paul Krugman avisa de que los pa¨ªses de la periferia europea deben reducir sus salarios hasta mantenerlos un 20 o 30% por debajo de los de Alemania so pena de hacer inviable el euro. Adem¨¢s de retrasar la edad de la jubilaci¨®n, otras voces proponen que los pensionistas cobren menos, y que la red de protecci¨®n social -la cobertura del paro, los dependientes, etc¨¦tera- se debilite, adem¨¢s de retirar la ayuda de 420 euros a los parados. Todos coinciden en que alguien tiene que pagar la enorme deuda privada acumulada por Espa?a.
Lo que queda claro es el mensaje, que no es ning¨²n masaje: hemos vivido por encima de nuestras posibilidades y ahora llega el momento de la expiaci¨®n. Como es posible que gane el PP, Aznar, siempre al acecho, nos avisa de su programa para estremecernos un poco m¨¢s si cabe, como la bruja malvada de los cuentos: reducci¨®n de salarios, privatizaci¨®n de las cajas, adelgazamiento de las comunidades aut¨®nomas, desregulaci¨®n de los mercados energ¨¦ticos. Si a ese recetario local -un potro de tortura- se le a?ade el pago de la deuda de los estados, que har¨¢ subir el tipo que regula las hipotecas m¨¢s pronto que tarde, el batacazo puede ser de ¨®rdago. No hay que ser catastrofistas pero ?s¨¢lvese quien pueda!
Sin embargo, podr¨ªa ser peor. El capitalismo podr¨ªa hacer implosi¨®n, como lo hizo la extinta Uni¨®n Sovi¨¦tica, y podr¨ªamos pasar, sobre las cenizas de un orden, a ser gobernados por una plutocracia clept¨®mana donde la democracia apenas disimulase su car¨¢cter de fachada de los manejos de las ¨¦lites. Por fortuna, no estamos ah¨ª, o eso espero. Tampoco es tranquilizador leer en MacMafia. El crimen sin fronteras (Destino, 2008) lo que escribe el periodista brit¨¢nico Misha Glenny: "En 2007 la consultor¨ªa MacKinsey estim¨® que con el PIB mundial alrededor de 50 billones de d¨®lares, los activos financieros del mundo triplicaban esta cifra. A¨²n m¨¢s aterradora es la cifra de 300 billones de d¨®lares en que se estiman los valores financieros derivados".
En Galicia el nuevo ciclo nos pilla en Babia. ?Hemos aprovechado los a?os de vacas gordas? Nos gustar¨ªa poder afirmar que s¨ª. Las estad¨ªsticas demuestran que el gasto en I+D+i ha aumentado. Es importante que los nuevos rectores, ahora en proceso de elecci¨®n, tengan claras las prioridades, porque el conocimiento es nuestra oportunidad. Pero los recursos han sido frecuentemente malgastados. El puerto exterior de A Coru?a, a dos pasos del de Ferrol, o la Cidade da Cultura, son ejemplos. Nuestro sistema financiero -que tan poco ha hecho por la econom¨ªa del pa¨ªs- ha sido casi colapsado por el espejismo de las urbanizaciones en el Mediterr¨¢neo. Nuestros empresarios, salvo las conocidas excepciones, son de tebeo. Su tono medio es el de gente escasamente formada, poco interesada en la innovaci¨®n y en generar valor a?adido.
M¨¢s grave aun es que en este tiempo de redefinici¨®n de objetivos nadie sabe lo que quiere el Gobierno de Feij¨®o, cu¨¢les son sus objetivos estrat¨¦gicos, qu¨¦ segmentos de producci¨®n o de valor le parecen susceptibles de apoyo. En el Pa¨ªs Vasco lo saben, como se deduce de lo que el PNV negocia en los Presupuestos del Estado -una fenomenal apuesta por los parques tecnol¨®gicos- y en Catalu?a lo saben. Galicia es m¨¢s pobre y depende en mayor medida del sector p¨²blico. El bipartito, hay que reconoc¨¦rselo, hizo un esfuerzo en I+D+i. Pero ?alguien sabe lo que propone la Xunta m¨¢s all¨¢ de joder el gallego?
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