Ocho a?os esperando un ri?¨®n
5.300 personas aguardan para un trasplante en Espa?a. En Europa son 56.000 - La nueva directiva europea intentar¨¢ que no se pierda ning¨²n ¨®rgano en la UE
Adri¨¢n del Olmo conoce la m¨¢quina de di¨¢lisis casi como si la hubiera inventado ¨¦l. Tiene 12 a?os y lleva desde que naci¨® someti¨¦ndose a ese tratamiento unas cinco horas, tres d¨ªas a la semana, para paliar la insuficiencia renal cr¨®nica que padece. No es suficiente. Necesita un ri?¨®n nuevo. Lleva ocho a?os esperando un ¨®rgano apto. Ser¨ªa su segundo trasplante. Su cuerpo rechaz¨® el primero, que le realizaron cuando ten¨ªa solo tres a?os. Como Adri¨¢n, m¨¢s de 5.300 personas esperan un ¨®rgano en Espa?a. Son 56.000 en toda Europa. Ahora, con la futura entrada en vigor de la directiva europea de trasplantes de ¨®rganos -que se aprob¨® el jueves pasado-, el tiempo de dilaci¨®n puede reducirse. Con esta legislaci¨®n se crear¨¢, entre otras cosas, una red por la cual un ¨®rgano de un finland¨¦s puede ir a parar a un espa?ol, por ejemplo.
Adri¨¢n, de 12 a?os, lleva someti¨¦ndose a di¨¢lisis desde que naci¨®
La espera media de un pulm¨®n es de cinco meses y de un h¨ªgado, cuatro
A Adri¨¢n, un torbellino rubio de ojos azules, le da igual de d¨®nde venga su ri?¨®n nuevo. El peque?o no para quieto en la cama del hospital madrile?o de La Paz, donde va tres veces a la semana a di¨¢lisis. All¨ª, sentado o tumbado, con el pitido de las m¨¢quinas de fondo, juega a las cartas, a la Play Station, o recibe, junto a los otros ni?os de su habitaci¨®n, clases de la profesora del hospital. "Quiero ser futbolista, como Cristiano Ronaldo", cuenta con mirada traviesa. Le encanta jugar al f¨²tbol con sus amigos de Illescas (Toledo), el pueblo donde vive. Dentro de un par de meses, adem¨¢s, se va de vacaciones con otros ni?os. Van a Benic¨¤ssim con la Federaci¨®n Nacional de Asociaciones para la Lucha contra las Enfermedades Renales (Alcer). Ir¨¢n con ellos m¨¦dicos, enfermeras y las inevitables m¨¢quinas de di¨¢lisis.
La coordinaci¨®n europea de intercambio de ¨®rganos que consagra la nueva directiva ya existe, pero el grupo de pa¨ªses que participan en ella se ampliar¨¢. Esto beneficiar¨¢ sobre todo, seg¨²n Rafael Matesanz, director de la Organizaci¨®n Nacional de Trasplantes, a los ni?os. Los que por tama?o y especificidad tienen m¨¢s dificultades de conseguir un ¨®rgano nuevo. Tanto si es su primer trasplante como su segundo. Como Adri¨¢n.
El n¨²mero de pacientes en lista de espera para conseguir un ¨®rgano se mantiene desde hace unos a?os estable en unos 5.000 o 5.500, seg¨²n Matesanz. Una cifra baja en comparaci¨®n con los pa¨ªses del entorno. En Alemania hay casi 12.000 personas en lista de espera. En Francia, unos 8.000. Pero en realidad lo que importa no es cu¨¢nta gente aguarde para someterse a un trasplante, sino cu¨¢nto tiempo tienen que esperar. "Var¨ªa para cada ¨®rgano, para un coraz¨®n el tiempo medio de espera son unos dos meses, para un h¨ªgado, cuatro, y para pulm¨®n, alrededor de cinco. Los pacientes que necesitan un ri?¨®n son los que m¨¢s tiempo aguardan: una media de 18 meses. El ri?¨®n no es un ¨®rgano vital y el paciente puede, mientras, someterse a di¨¢lisis", explica Matesanz.
Mar¨ªa Jos¨¦ Gonz¨¢lez lleva dos a?os y cinco meses esperando un ri?¨®n. Ser¨ªa su segundo trasplante. "Estuve trasplantada ocho a?os pero lo rechac¨¦", cuenta con voz cantarina. Tiene 28 a?os. Trabaja en Alcer, vive con su pareja y lleva una vida completamente normal. Salvo por un detalle: la di¨¢lisis. Aunque Gonz¨¢lez lo ha solucionado integrando la m¨¢quina que le permite seguir adelante en su rutina. Acude a una cl¨ªnica cinco d¨ªas a la semana entre tres y cuatro horas. Incluso en vacaciones. "Este verano me voy a Canarias y ya he reservado una plaza para la di¨¢lisis all¨ª", dice. Padece insuficiencia renal cr¨®nica desde los 14 a?os y tiene grandes esperanzas puestas en una nueva donaci¨®n.
En Espa?a, la tasa de donantes de ¨®rganos es de 34 por mill¨®n de habitantes. Muy superior a la media de la Uni¨®n Europea, que est¨¢ en 18 por mill¨®n. Sin embargo, a pesar de que en Espa?a las donaciones son muy altas, no son suficientes. Se calcula, por ejemplo, que hay unas 4.000 personas que lo necesitan, pero solo lo reciben unas 2.200 cada a?o. Para lograr un aumento de donaciones, Espa?a aprob¨® hace poco la donaci¨®n de ¨®rganos de vivos entre desconocidos, lo que se conoce como el m¨¦todo del buen samaritano. La cesi¨®n de ¨®rganos entre familia o amigos ya exist¨ªa. Mar¨ªa Jes¨²s Garc¨ªa, la madre de Adri¨¢n, la conoce bien. Quiso donar un ri?¨®n para su hijo, pero los anticuerpos que el cuerpo del ni?o generaron al rechazar su primer trasplante lo hubieran impedido. "As¨ª que... ah¨ª seguimos esperando", dice agitando la cabeza. Observando a esta secretaria de 40 a?os est¨¢ claro de d¨®nde ha sacado Adri¨¢n su car¨¢cter vivaz. "El ni?o lleva enfermo tanto tiempo que yo ya me lo tomo con calma y normalidad. Por ejemplo, para la di¨¢lisis yo me hago a la idea de que es como si fuera al colegio", explica. As¨ª, d¨ªa tras d¨ªa, a?o tras a?o, lo van sobrellevando.
A Benito Taberner, de 73 a?os, y Sebasti¨¢n Pons, de 70, la espera no se les est¨¢ haciendo todav¨ªa larga. Ambos son de Palma de Mallorca y se han trasladado a Madrid en espera de un trasplante hep¨¢tico. Mientras llegan los h¨ªgados compatibles, viven con sus esposas en un piso que la Federaci¨®n Espa?ola de Trasplantados de Coraz¨®n tiene en la capital. Cuentan, entre risas, que han pasado de no conocerse -"Nunca nos vimos por la isla", dice Pons- a compartir piso. Adem¨¢s, curiosamente, padecen la misma patolog¨ªa de las consideradas raras: la enfermedad de Andrade. Un mal que se caracteriza por el hormigueo constante de las extremidades. "Tengo los pies completamente helados y las piernas y las manos como dormidas todo el rato. Si me hago una herida, por ejemplo, aunque sangre ni me doy cuenta", explica Taberner ante la atenta mirada de Isabel, su esposa que no deja de acariciarle el brazo. Lo mismo le ocurr¨ªa a Pons, gu¨ªa tur¨ªstico jubilado y aficionado a la literatura que pasa el d¨ªa con su esposa Elena y escuchando m¨²sica por Internet.
Los dos mallorquines se someter¨¢n a un trasplante domin¨®. Aunque sus h¨ªgados no les sirven a ellos, s¨ª pueden ser v¨¢lidos hasta para dos personas. "Adem¨¢s de receptores nos convertiremos en donantes", explica Taberner. A este hombre de mirada tranquila le encanta caminar. Siempre ha sido un gran amante del monte y ahora lo echa un poco de menos. "Qui¨¦n me ha visto y qui¨¦n me ve. Ahora me cuesta hasta subir las escaleras", se lamenta. Isabel le mira y dice r¨¢pido: "Seguro que cuando le hagan el trasplante puede volver a sus paseos por el campo. Como antes". Sebastian Pons y su esposa se r¨ªen. "Como antes o mejor", dice el gu¨ªa tur¨ªstico.
Taberner lleva tres meses esperando un h¨ªgado. Pons cinco. Ninguno ha podido volver desde entonces a su isla. Esperan que el trasplante hep¨¢tico que aguardan se desarrolle pronto. Tambi¨¦n que el n¨²mero de donaciones aumente. "Que la gente se conciencie de que lo mejor es donar", dice Pons. De un solo donante pueden beneficiarse siete personas. Siete pacientes como Adri¨¢n, Mar¨ªa Jos¨¦, Sebasti¨¢n o Benito.
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