Magdalena y el cura
La voz de aquel ejecutivo son¨® meliflua pero sutilmente amenazadora a trav¨¦s del hilo telef¨®nico: "He hablado con Polanco".
El recurso no era muy original. Lo hab¨ªa escuchado otras veces. Te dicen que han hablado con tu jefe para que te pongas a temblar y no publiques lo que tienes entre manos.
Era la tarde del viernes 27 de mayo de 2005. Hac¨ªa calor en Sevilla. Pero no me llev¨¦ ning¨²n sofoco. Mi jefe me hab¨ªa dicho: si la informaci¨®n es exacta, adelante.
Al d¨ªa siguiente, titul¨¢bamos a cuatro columnas en este peri¨®dico: "Un informe del Banco de Espa?a insta a Cajasur a revisar sus cuentas y alerta del riesgo de inversiones".
El ejecutivo de voz amenazante, Diego Jordano, director general de Servicios Institucionales y Jur¨ªdicos de Cajasur y ex secretario general del PP de Andaluc¨ªa, calific¨® la informaci¨®n de "falsa". Dos d¨ªas despu¨¦s, se tragaba sus palabras: Cajasur reconoc¨ªa que un informe del Banco de Espa?a advert¨ªa del alto riesgo contra¨ªdo en el sector inmobiliario, de la alta tasa de morosidad y de la necesidad de realizar dotaciones de fondos para hacer frente a esos riesgos.
Ma?ana se cumplen cinco a?os exactos de aquella informaci¨®n desvelada por este peri¨®dico. Aquel pecado venial se ha convertido en un pecado mortal... de necesidad.
Cajasur ha sido intervenida por el Banco de Espa?a. Se vender¨¢ al mejor postor o, si nadie la quiere, se liquidar¨¢.
La caja presenta ahora las mismas dolencias de entonces, aunque mucho m¨¢s graves: mayor morosidad, mayor riesgo en el ladrillo y baj¨ªsimo nivel de solvencia. Sus perdidas el pasado a?o eran de 596 millones; en este ya lleva perdidos otros 154. La caja se desangra a un ritmo de 40 millones mensuales.
?Nadie hab¨ªa alertado de la grav¨ªsima deriva que tom¨® Cajasur, bajo el mando durante 29 a?os del cura Miguel Castillejo, conocido como Fray Langostino, por su afici¨®n desmesurada al buen marisco?
S¨ª. Hubo quien denunci¨®, hace la friolera de siete a?os, el desgobierno de la caja: Magdalena ?lvarez.
La entonces consejera de Econom¨ªa present¨® en febrero de 2003 una denuncia ante la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n por un supuesto delito de falsedad documental y apropiaci¨®n indebida de 10,3 millones de euros de la obra social de la caja. Ese dinero fue repartido por el cura Castillejo entre consejeros en concepto de dietas por asistir a actos tan fundamentales para el desarrollo de una entidad financiera como ir a misa, al cine o a un concierto. O se compraron joyas. El propio Castillejo se regal¨® un generoso plan de pensiones de 2,9 millones de euros, que heredar¨¢n sus hermanas cuando ¨¦l desaparezca.
El entonces fiscal anticorrupci¨®n Carlos Jim¨¦nez Villarejo inici¨® una investigaci¨®n. El fiscal general del Estado (nombrado por el PP), Jes¨²s Cardenal, lo ces¨® cinco meses despu¨¦s. Lo sustituy¨® Antonio Salinas. Se cerr¨® el caso. ?C¨®mo iba a permitir Cardenal que se investigara a la Iglesia, siendo un fervoroso miembro del Opus Dei!
Esos d¨ªas, entrevist¨¦ a Magdalena ?lvarez. "Mi obligaci¨®n era presentar la denuncia, porque entend¨ª que entraba en el ¨¢mbito de lo penal; si el fiscal la ha cerrado, es cuesti¨®n suya", me dijo. La consejera cumpli¨® con su deber.
Quienes no cumplieron con el suyo fueron, por este orden, el cura Castillejo, los can¨®nigos del consejo, los sucesivos obispos de C¨®rdoba. El Banco de Espa?a, que conoc¨ªa desde hace a?os el descontrol creciente de la entidad y lo toler¨®. El PP que, desde Jordano al actual presidente provincial, Jos¨¦ Antonio Nieto, impidieron una salida digna a la entidad cordobesa, por ejemplo, mediante la fusi¨®n con Unicaja.
Al final, can¨®nigos y peperos han preferido una caja rota a una caja roja. Un estropicio que costar¨¢ a los contribuyentes, como m¨ªnimo, 523 millones de euros.
?A qui¨¦n van a amenazar ahora por tel¨¦fono?
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