Escucha Israel
El Gobierno que preside Benjam¨ªn Netanyahu tiene muchos motivos para la satisfacci¨®n. Acaba de obtener el enorme ¨¦xito diplom¨¢tico que significa su ingreso en la OCDE (Organizaci¨®n para la Cooperaci¨®n y el Desarrollo Econ¨®mico), con el voto un¨¢nime de todos sus 31 miembros, incluyendo pa¨ªses muy cr¨ªticos con su comportamiento en la franja de Gaza. ?nico inconveniente para el Gobierno israel¨ª es que tendr¨¢ la obligaci¨®n de desglosar las estad¨ªsticas seg¨²n las fronteras reconocidas internacionalmente, de forma que pueda suministrar a los otros Estados miembros la informaci¨®n que le requieran sobre los Altos del Gol¨¢n, Jerusal¨¦n Este y Cisjordania.
Segundo motivo de satisfacci¨®n. Barack Obama, el hosco presidente de Estados Unidos que dej¨® plantado a Netanyahu la ¨²ltima vez que le recibi¨® en la Casa Blanca, est¨¢ preparando alfombras y fot¨®grafos porque quiere borrar el efecto de las malas relaciones y, como S¨ªsifo, intentar una vez m¨¢s que israel¨ªes y palestinos hagan la paz. Su enviado especial a Oriente Pr¨®ximo, George Mitchell, ha conseguido finalmente que avancen esas extra?as conversaciones de proximidad, en las que este veterano diplom¨¢tico, sobradamente bregado en la zona y en la otrora espinosa Irlanda del Norte, se dedica a recorrer los 15 kil¨®metros que separan los despachos de Abbas y de Netanyahu para intentar dentro de tres meses su transformaci¨®n en conversaciones directas para la creaci¨®n de un Estado palestino al lado de un Israel reconocido por todos sus vecinos. Esto ha sucedido porque Netanyahu ha impuesto silenciosamente la congelaci¨®n efectiva de nuevas construcciones en los asentamientos de los territorios ocupados, incluso en Jerusal¨¦n, aunque en este caso con doble sordina.
Una potente fronda jud¨ªa y liberal se est¨¢ levantando en EE UU y Europa contra Netanyahu
Hasta aqu¨ª las vi?etas rosa. Ahora llegan otras menos amables, e incluso oscuras. En lo que afecta a Espa?a, la suspensi¨®n de la Conferencia Euromediterr¨¢nea que deb¨ªa celebrarse en julio, entre otras razones por la insistencia del ministro de Exteriores, Avigdor Lieberman, en viajar a Barcelona, sabiendo que su presencia, considerada indeseable por la mayor¨ªa de los socios ¨¢rabes, bastaba para impedir que asistiera el copresidente de la Uni¨®n por el Mediterr¨¢neo, Hosni Mubarak, al que en su d¨ªa mand¨® al diablo. Poca emoci¨®n ha suscitado este golpe a la presidencia semestral espa?ola de la UE, todo lo contrario de lo que ha sucedido con la prohibici¨®n de entrada en Israel, donde estaba invitado para impartir una conferencia, al ling¨¹ista y militante izquierdista jud¨ªo norteamericano, Noam Chomsky. Y tambi¨¦n la va a suscitar, adem¨¢s de abundante pol¨¦mica, al igual que ha venido sucediendo cada a?o, el informe anual de Amnist¨ªa Internacional, que denuncia "los cr¨ªmenes de guerra y otras infracciones graves del derecho internacional en la Franja de Gaza", as¨ª como las "severas restricciones a la libertad de circulaci¨®n de la poblaci¨®n palestina de los Territorios Palestinos Ocupados", los desalojos forzosos, la demolici¨®n de casas y expropiaci¨®n de tierras en dichos territorios, la ampliaci¨®n de los asentamientos israel¨ªes ilegales, el uso excesivo de la fuerza a veces con medios letales, los malos tratos a personas, las detenciones administrativas, los juicios militares injustos y los abusos graves e impunes contra palestinos por parte de colonos y militares.
Tambi¨¦n hay una vi?eta nueva, inquietante para el Gobierno de Netanyahu y muy reveladora acerca de las tensas relaciones con Washington, que responden a un mar de fondo que desborda ampliamente a las ideas y a la personalidad de Barack Obama. Una potent¨ªsima fronda jud¨ªa y liberal (de izquierdas en lenguaje europeo) se est¨¢ levantando en Europa y en Estados Unidos en contra del Gobierno extremista que preside Netanyahu, con la compa?¨ªa nada recomendable de varios destacados ministros xen¨®fobos y racistas, que quisieran unos expulsar a todos los ¨¢rabes de Israel, y otros impedir por cualquier medio la constituci¨®n del Estado palestino. El periodista jud¨ªo norteamericano Peter Beinart es quien ha encendido la chispa en Estados Unidos con su art¨ªculo El fracaso del establishment jud¨ªo americano, publicado en la The New York Review of Books, en el que reivindica dram¨¢ticamente los valores liberales que han caracterizado la cultura jud¨ªa frente al etnicismo identitario del juda¨ªsmo ortodoxo, muestra su preocupaci¨®n por la democracia israel¨ª y se?ala el divorcio entre el actual Israel de los colonos anti¨¢rabes y los j¨®venes jud¨ªos norteamericanos. Algo similar ha ocurrido en Europa, donde cerca de 3000 intelectuales jud¨ªos, encabezados por fil¨®sofos como Alain Finkielkraut y Bernard Henri-L¨¦vy, han firmado un llamamiento en el que expresan su temor por el futuro de Israel como Estado jud¨ªo y democr¨¢tico. "Esperemos que estas voces de los amigos de Israel en Par¨ªs, Londres y Bruselas se escuchen en Jerusal¨¦n", ha escrito el diario israel¨ª Haaretz.
La vi?eta final de balance es bien clara: a pesar del ingreso en la OCDE y del viaje de Netanyahu, nunca un Gobierno de Israel hab¨ªa llegado tan lejos en su desprestigio internacional.
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