Los jesuitas admiten d¨¦cadas de ocultaci¨®n de abusos a menores
La orden apunta en Alemania a 46 sacerdotes y profesores que agredieron a 200 alumnos - "Confieso con verg¨¹enza el fracaso", afirma el responsable
Los jesuitas alemanes ocultaron sistem¨¢ticamente durante d¨¦cadas los casos de abuso sexual y malos tratos cometidos en las escuelas de la congregaci¨®n en ese pa¨ªs. "En nombre de la orden reconozco con verg¨¹enza y culpa el fracaso de la misma", lament¨® ayer el provincial de los jesuitas en Alemania, Stefan Dartmann.
La verg¨¹enza tiene cifras: 46 agresores entre curas, profesores laicos y educadores -seis de ellos ya fallecidos- y al menos 200 v¨ªctimas, seg¨²n el informe encargado por la propia Compa?¨ªa de Jes¨²s a una comisi¨®n, que public¨® ayer sus conclusiones en M¨²nich. Ninguno de los presuntos abusadores puede ya ser perseguido. Los delitos han prescrito.
Los jesuitas alemanes han sido un ejemplo de transparencia al afrontar el esc¨¢ndalo de los abusos que sacude el pa¨ªs desde el pasado enero. Fue el rector del colegio Canisius de Berl¨ªn, padre Klaus Mertes, quien denunci¨® los graves episodios ocurridos en su escuela entre los a?os sesenta y ochenta. Mertes caus¨® un efecto domin¨® que anim¨® a ex alumnos de otras escuelas cat¨®licas y laicas a denunciar casos similares. Sus acusaciones han dejado maltrecha la reputaci¨®n de algunas de las m¨¢s prestigiosas instituciones del pa¨ªs y han alcanzado incluso al Papa Benedicto XVI.
El informe encargado por la congregaci¨®n revela conductas s¨¢dicas
Una mujer laica, Ursula Raue, abogada berlinesa, experta en violencia contra menores, ha coordinado el trabajo encargado por los jesuitas. El resultado es un informe que resume en 30 p¨¢ginas meses de investigaci¨®n.
"En total, hemos recibido 205 denuncias que se refieren a los jesuitas y otras 50 de casos que afectan a otras ¨®rdenes, la mayor¨ªa cat¨®licas", escribe Raue. Las agresiones denunciadas involucran a cuatro escuelas: el Canisius, la escuela St. Ansgar de Hamburgo, el colegio St. Blasien (suroeste), el colegio Inmaculada de B¨¹ren (que hoy ya no pertenece a la orden), adem¨¢s de asociaciones juveniles en Hannover y Gotinga. Y apuntan con especial insistencia a doce educadores, sospechosos de cometer m¨¢s de una agresi¨®n.
Los casos m¨¢s llamativos son los de dos religiosos con 41 y 40 denuncias, respectivamente. El primero, el padre Anton (nombre ficticio), obligaba a los alumnos del colegio Canisius a mantener entrevistas a puerta cerrada y les obligaba a sentarse en sus rodillas y, a veces, a tocarle o a masturbarse bajo su mirada. En 1981 fue trasladado a Gotinga, donde volvi¨® a cometer abusos. Tras las protestas de algunos padres, su superior, el Padre H?fer, decidi¨® alejarlo del trabajo con j¨®venes. En 1988 fue enviado a M¨¦xico. En ninguno de los dos traslados se mencion¨® la raz¨®n.
Interrogado acerca de las denuncias, el acusado, quien dej¨® la orden en 1995, rechaz¨® las acusaciones. Pero hay hombres "de m¨¢s de 70 a?os", como escribe Raue, "que han relatado los malos tratos y las agresiones sexuales que sufrieron entonces y que han condicionado su vida". Raue habla de "depresi¨®n, p¨¢nico y problemas en la esfera sexual, en particular con la pareja".
El otro acusado -el informe lo llama Padre Bertran- actu¨® justo a la inversa tras cometer las agresiones. Ya en 1991 admiti¨® que durante a?os, a causa de sus problemas psicol¨®gicos y emocionales, castig¨® con violencia a "varios cientos" de alumnos.
Seg¨²n el informe, sus puniciones corporales ten¨ªan un componente s¨¢dico con el que trataba de humillar a las v¨ªctimas. A pesar de que sus superiores estuvieran al tanto de sus tendencias suicidas y su desequilibrio mental, fue trasladado desde Berl¨ªn a Hamburgo y de ah¨ª a Sankt Blasien. En todas las ocasiones fue acusado de nuevo. Finalmente, fue trasladado a Santiago de Chile, donde en 1990 se enamor¨® de una mujer y decidi¨® abandonar los jesuitas.
Los jesuitas alemanes se han apresurado a reconocer el da?o causado y a reparar as¨ª moralmente a las v¨ªctimas. Pero a¨²n no han hablado de indemnizaciones. El provincial Stefan Dartmann no quiso pronunciarse sobre el asunto mientras la comisi¨®n nombrada por el Gobierno alem¨¢n para tratar ese asunto no haga una recomendaci¨®n al respecto.
Seg¨²n el Padre Klaus Mertes -quien desencaden¨® con su denuncia el esc¨¢ndalo cuando envi¨® cartas a los ex alumnos del Canisius que pod¨ªan haber sido v¨ªctimas-, "el informe no es el final de esta historia pero s¨ª un paso importante". Cuatro meses despu¨¦s, y pasado el peor momento del esc¨¢ndalo, concluye: "Por cada v¨ªctima que tuvo el coraje de confesar, mereci¨® la pena".
Pa¨ªs escandalizado
- Implicados cuatro educadores en marzo en casos de abusos en el coro de voces blancas de Ratisbona, que dirig¨ªa el hermano del Papa.
- La Iglesia ampar¨® en M¨²nich a un cura pederasta cuando Ratzinger era obispo.
- El colegio laico de Odenwald anunci¨® en abril que 40 alumnos denunciaron a 9 profesores por abusos.
- El Colegio cat¨®lico de Ettal reconoci¨® un centenar de abusos entre los 60 y 80.
- En abril, el Gobierno alem¨¢n organiz¨® una conferencia con pol¨ªticos, padres, profesores e Iglesia para discutir los abusos. Su trabajo seguir¨¢ hasta el 2011.
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