Suicidio asistido
Si usted decide abrir cualquier negocio y acumula p¨¦rdidas supermillonarias se ver¨¢ obligado a declararse en quiebra, vender su patrimonio e irse directamente a la ruina. Sin embargo, si usted no ha montado un negocio cualquiera sino que ha tenido la suerte de abrir una entidad financiera, por muy mal que la haya gestionado, sus p¨¦rdidas pasar¨¢n a ser inmediatamente las p¨¦rdidas de toda la sociedad espa?ola. Si adem¨¢s ha tenido la inteligencia de unir el nombre de su entidad bancaria a una ciudad y a una bandera, la operaci¨®n de rescate se revestir¨¢ de la necesidad de salvar a ese territorio.
Finalmente, si el patr¨®n de esta entidad no es un particular sino todo un cabildo catedralicio, las vicisitudes de esta banca se ver¨¢n orladas con la comprensi¨®n de la divina providencia, la bula omn¨ªmoda de sus actuaciones y el apoyo pol¨ªtico de un sector de la derecha espa?ola que todav¨ªa huele a sacrist¨ªa.
Esta semana, seis sacerdotes consejeros de Cajasur, m¨¢s cuatro impositores y un representante del sindicato af¨ªn a la Iglesia tomaron una decisi¨®n que supon¨ªa, seg¨²n acertadamente titul¨® este peri¨®dico, el suicidio de esta caja pero trasladando los costes de su sepelio al bolsillo de todos los contribuyentes. En las horas siguientes, el Banco de Espa?a tuvo que inyectar precipitadamente 550 millones de euros a la entidad y no se descarta alcanzar una cantidad cercana a los 900 millones. Los jubilados a los que se va a congelar su pensi¨®n pueden tener la satisfacci¨®n de que con su sacrificio se van a amortizar los despilfarros y los dislates que esta caja ha cometido en los ¨²ltimos diez a?os.
Afirman los obispos que las cr¨ªticas a Cajasur han estado guiadas por intereses pol¨ªticos y por una ideolog¨ªa anticlerical, pero les pido que juzguen ustedes mismos estas actuaciones: en los ¨²ltimos diez a?os esta entidad no s¨®lo ha promocionado -como muchas otras- el juego piramidal del ladrillo sino que la propia caja decidi¨® convertirse en promotor inmobiliario con la constituci¨®n de varias sociedades que finalmente han sido ruinosas. Sus compa?eros societarios han sido Rafael S¨¢nchez G¨®mez, conocido como Sandok¨¢n, en el caso de Arenal Sur (Prienesur) y con Jos¨¦ Romero en Prasur, uno de ellos imputado en la operaci¨®n Malaya y el segundo en el caso Astapa. Estas sociedades han acumulado p¨¦rdidas cienmillonarias.
La obra social de la caja -a la que tanto se aferran para demostrar el car¨¢cter caritativo de su fundaci¨®n- ha tenido como proyecto estrella la construcci¨®n del Centro Sociocultural Miguel Castillejo que ha hecho honor a la trayectoria dilapidadora de este personaje, consumiendo m¨¢s de 26 millones de euros en su construcci¨®n, hoy tasado por debajo de los ocho millones.
Si en los ¨²ltimos diez a?os la sociedad disparaba con p¨®lvora de rey, la entidad cordobesa y el sacerdote Castillejo que la presid¨ªa, se desenvolv¨ªan en medio de un boato propio de los Medici sin su gusto est¨¦tico. Como muestra un bot¨®n: para la conmemoraci¨®n del aniversario del insigne Castillejo se organiz¨® una comida para m¨¢s de cinco mil comensales con cargo a la entidad.
Si famosos han sido sus gastos, m¨¢s conocidas han sido las disputas pol¨ªticas en las que han envuelto cada una de sus actuaciones. Cajasur ha sido siempre una novia a la fuga del sistema crediticio andaluz en busca de regazos menos exigentes ante su peculiar forma de actuaci¨®n. Huy¨® de la tutela jur¨ªdica de la ley de cajas andaluzas para acogerse al regazo del gobierno central -entonces gestionado por Jos¨¦ Mar¨ªa Aznar-, volvi¨® a Andaluc¨ªa a trav¨¦s de un acuerdo por el que manten¨ªan gran parte de sus privilegios. Finalmente la semana pasada, huy¨® de la fusi¨®n con Unicaja esta vez sin destino cierto, para caer en los brazos del Banco de Espa?a que quiz¨¢ tendr¨ªa que haberla intervenido muchos a?os atr¨¢s.
Todav¨ªa no comprendo por qu¨¦ la Iglesia, cuyos intereses deber¨ªan ser puramente espirituales, tiene tantos intereses en la Tierra. Dicen que Jes¨²s expuls¨® a los mercaderes del templo y no creo que lo hiciera para adue?arse de las franquicias.
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