El bien y el mal

Carmen Laforet no s¨®lo fue la autora de Nada, aunque el resplandor de esta obra haya robado luz al resto de su producci¨®n. Menoscuarto re¨²ne por primera vez siete novelas cortas de los a?os cincuenta publicadas en anteriores ediciones. Son relatos que huelen a posguerra, ya que a ella se circunscriben, evoca ?lvaro Pombo en el pr¨®logo. Son historias que reflejan la miseria material y moral de la ¨¦poca y algo de la desolaci¨®n de su primera novela. Las m¨¢s logradas son El noviazgo, El viaje divertido, La llamada y La Ni?a. Con un arranque algo extra?o, Los emplazados da t¨ªtulo a otra historia de atm¨®sfera inquietante bajo el trasfondo de la Guerra Civil. Las estrecheces econ¨®micas de la ¨¦poca recorren todas ellas y son el eje medular de El ¨²ltimo verano. Sin embargo, descubrimos aqu¨ª a otra Laforet. Sus ojos son m¨¢s indulgentes. Han perdido su primitiva insolencia. En los cincuenta, la Laforet existencialista que insufl¨® aires renovadores a la narrativa espa?ola experiment¨® un s¨²bito acercamiento a la religi¨®n. Esa visi¨®n flota en estas novelas: el bien y el mal est¨¢n delimitados y, frente a los personajes malvados, aparece una contrafigura generosa e iluminadora. El Piano es una de las historias que, pese a su atractivo, se resiente de didactismo: el lector encuentra una dicotom¨ªa entre la ambici¨®n de Rafael, el marido, y la generosidad e indolencia de la esposa, bastante af¨ªn, por cierto, al modo de ser de Laforet. Se transparenta enseguida que este desinter¨¦s por el dinero es una apuesta de libertad, un impulso existencial, casi religioso. Aun as¨ª, la autora fuerza a la protagonista a aludir expresamente a la pobreza de las Bienaventuranzas. El lector tiene que tener en cuenta este contexto personal y, en ocasiones, obviarlo para disfrutar de una creadora que se reinvent¨® varias veces antes de abandonar la escritura.