El d¨ªa en que Beach House se subi¨® al trono de Pavement
El tr¨ªo de Baltimore triunfa en la segunda jornada del Primavera Sound
Beach House -con su propuesta tan fina como eso, tener una casa en la playa- fue el plato fuerte del arranque de la segunda jornada del festival San Miguel Primavera Sound. La expectaci¨®n preced¨ªa a este tr¨ªo (chicos y chica) de Baltimore. Su disco promet¨ªa convertirles en la mejor exportaci¨®n de la ciudad desde la revolucionaria serie televisiva The Wire. Y vive Dios que estuvieron a la altura. Esas armon¨ªas vocales, esos arreglos vagamente inspirados en los a?os ochenta, esa delicadeza pop, la puesta en escena eclesi¨¢stica es, hasta donde 2010 puede leerse, lo m¨¢s interesante de un a?o en curso y en quiebra. En un universo, el de las novedades pop, que a menudo cotiza en dracmas griegos, Beach House pareci¨® una propuesta a la que las agencias de calificaci¨®n otorgar¨ªan sin dudarlo una triple A.
Antes de ellos, el drama de los dilemas se desat¨® cuando no hubo m¨¢s remedio que elegir entre el decidido power pop estadounidense de Spoon, que, reconozc¨¢moslo, han hecho discos mejores que su ¨²ltimo, y Beak>, as¨ª, con signo de puntuaci¨®n gramatical. Tambi¨¦n lo ten¨ªan Neu!, luminarias de aquello que se dio en llamar krautrock y que Geoff Barrow, la cabeza pensante de Portishead, adora. Al menos eso parece tras catar su nueva aventura revisionista. Como sucede con la bigamia, ninguno de los dos conciertos lleg¨® a disfrutarse en plenitud.
Otro de los puntos de inter¨¦s de la tarde fue el recital del tr¨ªo de slowcore Low, una banda que puede tocar tan lento como tarda en cerrar una herida. Fue uno de esos conciertos en que un grupo interpreta con fidelidad un disco memorable. El suyo, The great destroyer, aunque un esfuerzo minoritario, sin duda lo fue. Por algo la sobresaliente California se coloc¨® en el segundo lugar en la lista de las canciones del ¨¢lbum (hay una teor¨ªa que dice que el segundo tema siempre es el mejor) y por eso, al sonar en su lugar encendi¨® a un Auditori, repleto de seguidores que hab¨ªan hecho hasta dos horas de cola.
En esa misma expectativa transcurri¨® la tarde, a la espera del advenimiento de Wilco, que cada vez se parece m¨¢s a la mejor banda de rock del mundo, y Pixies, los m¨¢s c¨¦lebres de los alumnos de los a?os noventa que comparecen este a?o en el Primavera. El cartel pareci¨® ayer un remedo algo ir¨®nico de aquella pel¨ªcula en la que Hugh Grant interpreta a una estrella pop ajada de los a?os 80 que declina participar en un reality show en el que estaba llamado a medirse a pu?etazos en un ring con otros compa?eros de d¨¦cada, tan olvidados como ¨¦l.
Si se produjese esta pelea de los noventa, Superchunk y Charlatans subir¨ªan al cuadril¨¢tero y seguramente ganar¨ªa por KO Pavement. Cabezas de cartel de la cita, se debatieron en la recta final de la jornada del viernes entre la nostalgia y la melancol¨ªa en la ¨²nica parada espa?ola de su esperad¨ªsima gira de reuni¨®n, tanto tiempo despu¨¦s. Los chicos y chicas que corearon hasta los tachones de su repertorio forman parte de esa generaci¨®n que aprendi¨® demasiado pronto, mucho antes de ingresar en la edad adulta, a a?orar "esos a?os en que eran j¨®venes". Y como precoces buscadores del tiempo perdido se comportaron ante un concierto sobresaliente. Despu¨¦s de todo, el primer disco de la banda, Slanted & Enchanted, fue de esos que marcan ¨¦poca y data del lejano 1991. Justo ahora que, bien lo supo Gil de Biedma, de casi todo hace veinte a?os.
Un s¨¢bado de lujo
- San Miguel Primavera Sound cierra esta noche con un cartel inabarcable. Va una gu¨ªa de imprescindibles:
- Justo tributo: Camar¨®n, la leyenda del tiempo, 30 a?os despu¨¦s promete una revisi¨®n de la obra maestra del jazz rock flamenco.
- Reinado: Pet Shop Boys siguen en sus trece, esto es: tecno pop de acusada sensibilidad para las masas.
- El abuelo: Van Dyke Parks es una leyenda de la m¨²sica arreglada. Por sus colaboraciones con Beach Boys y su brillante carrera en solitario.
Babelia
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