Superposici¨®n de crisis
De las crisis econ¨®micas se sale siempre. Lo que ocurre es que no siempre se sale igual. De algunas el pa¨ªs sale fortalecido y de otras debilitado. Y ello no depende tanto de la envergadura de la crisis, como de la forma en que se reacciona pol¨ªticamente ante la emergencia. Espa?a, desde la muerte del general Franco y el comienzo de la Transici¨®n ha tenido que superar unas cuantas crisis econ¨®micas, alguna de las cuales, como la que vivimos en la segunda mitad de los 70 y primeros a?os de los 80, gener¨® una situaci¨®n de emergencia de no menor calado que la actual.
De todas hemos salido fortalecidos como pa¨ªs. Espa?a no solo fue capaz de constituirse democr¨¢ticamente sino de revolucionar incluso su estructura territorial sin dejar por ello de dar respuesta de manera apropiada a todas las emergencias de naturaleza econ¨®mica con las que tuvimos que enfrentarnos. Y en este sentido creo que la ejecutoria del sistema pol¨ªtico espa?ol frente a las crisis se puede calificar no solo de positiva, sino incluso de satisfactoria.
Parece que no vamos a lograr un acuerdo para salir de la emergencia
Parecer¨ªa que ser¨ªa l¨®gico que, despu¨¦s de m¨¢s de 30 a?os de vigencia de la Constituci¨®n y cuando Espa?a dispone por primera vez en su historia de un Estado social y democr¨¢tico de derecho digno de tal nombre, estuvi¨¦ramos en mejores condiciones para hacer frente a la emergencia econ¨®mica con la que tenemos que enfrentarnos de lo que hemos estado en el pasado. Entre otras cosas porque, como recordaba Jordi Pujol hace unas semanas en una entrevista en Informe Semanal, la diferencia entre la crisis actual y la crisis de 1980, es que la de hoy es la crisis de un pa¨ªs rico mientras que la de entonces era la de un pa¨ªs pobre. En 1993 llegamos a tener una tasa de paro del 24% con una poblaci¨®n ocupada de 12 millones. Hoy tenemos una tasa de 20%, pero con una poblaci¨®n ocupada de 20 millones. Cualquier tiempo pasado siempre ha sido peor.
Y sin embargo, la impresi¨®n que tengo y, lo que es peor, la impresi¨®n que creo que estamos transmitiendo tanto hacia dentro como hacia fuera, es que no vamos a ser capaces de llegar a un punto de encuentro para hacer frente a la emergencia en la que nos encontramos.
El pasado mi¨¦rcoles, Miguel Boyer public¨® un art¨ªculo, La hora del ajuste y de las reformas laborales, en el que sosten¨ªa que no se pod¨ªa hacer responsable de la crisis al Gobierno presidido por Jos¨¦ Luis Rodr¨ªguez Zapatero, que hab¨ªa hecho en 2009 lo que hab¨ªa que hacer en 2009 y estaba haciendo en 2010 lo que hay que hacer en 2010 y a?ad¨ªa: "Quienes hablan de 'medidas a destiempo y, por tanto, m¨¢s duras', yerran. Estas medidas de ajuste no eran las propias para 2009, sino para la inesperada situaci¨®n actual". En el mismo sentido se expresaba Andreu Mas en una entrevista publicada en el suplemento dominical de Negocios de EL PA?S.
Sin embargo, quien siguiera la sesi¨®n del pasado jueves en el Congreso de los Diputados de convalidaci¨®n del decreto ley de medidas de ajuste, pudo comprobar que, sobre todo el PP, pero no solo ¨¦l, no tuvieron la m¨¢s m¨ªnima duda en identificar al presidente del Gobierno como el responsable de la crisis, llegando a decir expresamente Mariano Rajoy que su continuidad era el principal, por no decir que el ¨²nico obst¨¢culo, para salir de ella.
En tales circunstancias resulta imposible alcanzar el m¨¢s m¨ªnimo acuerdo. La f¨®rmula del decreto ley era muy apropiada para haber podido alcanzar uno, ya que la Constituci¨®n permite que el decreto ley, una vez convalidado, pueda ser tramitado como proyecto de ley por el procedimiento de urgencia y, en consecuencia, se pod¨ªa alcanzar el objetivo de dar la respuesta urgente insoslayable y hacer los ajustes que fueran necesarios despu¨¦s durante la tramitaci¨®n del proyecto de ley. Esto se ha hecho en m¨²ltiples ocasiones en todas las legislaturas anteriores. En circunstancias menos dram¨¢ticas y con menos en juego de lo que hay ahora mismo. Ya veremos qu¨¦ ocurre en las pr¨®ximas semanas, porque todav¨ªa quedan decisiones nada f¨¢ciles que tomar y que es muy dif¨ªcil que puedan tener la eficacia que tienen que tener, si la respuesta es la misma que la que ha tenido el decreto ley reci¨¦n aprobado. Y, mientras la receta para salir de la crisis sea la de conseguir que Zapatero deje de ser presidente, no cabe esperar otra respuesta.
Es la superposici¨®n de la crisis pol¨ªtica sobre la econ¨®mica lo que puede acabar haciendo que esta sea inmanejable. De tanto ir el c¨¢ntaro a la fuente, lo podemos acabar haciendo a?icos.
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