El embajador de la ruta
Moncho P¨¦rez ejerce de diplom¨¢tico oficioso del Xacobeo en Melide
Ram¨®n P¨¦rez Garc¨ªa, Moncho, se ha especializado en idear iniciativas pintorescas alrededor del Camino de Santiago: murallas solidarias, carn¨¦s para peregrinos, gu¨ªas para el m¨®vil, paneles tur¨ªsticos... Adem¨¢s de ser inventor xacobeo, ejerce de embajador del Camino con sede diplom¨¢tica en Melide.
Antes de dedicarse al mundo del peregrinaje, tuvo que emigrar para labrarse un futuro en Barcelona. All¨ª hizo carrera profesional en el sector de la log¨ªstica, y acab¨® como responsable del ¨¢rea en el aeropuerto de El Prat, coincidiendo con la preparaci¨®n de los Juegos Ol¨ªmpicos del 92. Sus ideas contribuyeron a perfeccionar el sistema de seguridad de las terminales y permitieron incluso que el mismo Carl Lewis recuperase una cartera perdida. "Juan Antonio Samaranch nos vino a felicitar al aeropuerto en persona", recuerda orgulloso.
Gracias a sus ideas, Carl Lewis pudo recuperar una cartera perdida
Convive con los peregrinos entre la pulper¨ªa Ezequiel y el bar Sony
La morri?a le trajo de vuelta a Galicia, donde en 2003 se le ocurri¨® una iniciativa que bautiz¨® como La muralla de los momeros. Se trataba de construir un muro con bloques de piedra y barro donde los peregrinos estampasen la huella de su mano acompa?ada de un c¨®digo identificador. Como en los antiguos milladoiros que los romeros levantaban al lado de los caminos, las piedras se ir¨ªan apilando para levantar colectivamente un monumento a la solidaridad y la hermandad mundial. La pared acabar¨ªa por completar la silueta de Galicia, rodeando un ¨¢rea con un lago artificial y espacios de convivencia. "En un programa inform¨¢tico, se introducir¨ªan todos los c¨®digos para que cada peregrino pudiese localizar su bloque", explica. Lo ten¨ªa todo patentado e incluso hab¨ªa hecho un estudio de viabilidad, pero pese al inter¨¦s que suscit¨® su idea, nunca se materializ¨®.
Moncho no tir¨® la toalla y, aprovechando en parte su idea, inaugur¨® en Palas de Rei, su pueblo natal, la Embajada del Peregrino. En ella, a cada romero le abr¨ªa su expediente, en el que quedaba recogido su nombre, procedencia y fecha de paso por el lugar, junto a la huella de su mano estampada en color verde, de la esperanza, o azul, para quien quisiera agradecer un favor concedido. A cambio, les entregaba un carn¨¦ con su identificaci¨®n al lado de una foto con sombrero de peregrino y una peque?a leyenda, adem¨¢s de un c¨®digo para poder seguir su ficha a trav¨¦s de Internet.
As¨ª fue creando su Banco Mundial de Huellas del Camino, en el que 8.400 peregrinos han dejado ya su huella. Pero el servicio que ofrec¨ªa era a¨²n m¨¢s completo, ya que en la Embajada daba tambi¨¦n informaci¨®n tur¨ªstica y facilitaba el transporte de mochilas hasta el punto requerido. En sus estampas de manos no abundan los famosos: "Le ofrec¨ª a la hija de Bush hacerse el carn¨¦, pero sus escoltas no me permitieron acercarme". A pesar de eso, hay peregrinos de mucho m¨¦rito: "Guardo la huella de una mujer de 87 a?os que hizo el Camino para recuperarse de la muerte de su marido".
La idea del carn¨¦ tuvo tambi¨¦n ¨¦xito en otros sectores. En una sola noche, invitado a la cena anual de los empresarios gallegos en Barcelona, expidi¨® 500 carn¨¦s de Gallego en el Mundo. Fue all¨ª donde se le ocurri¨® otra iniciativa, a la que bautiz¨® como "acreditaci¨®n Ultramais". En esta ocasi¨®n, se trataba de una tarjeta con la que el peregrino pod¨ªa obtener descuentos en m¨²ltiples establecimientos. Le present¨® el proyecto a bancos y cajas, as¨ª como al Xacobeo. Y una vez m¨¢s, tuvo la callada por respuesta.
Entonces, con sensaci¨®n de incomprendido, abandon¨® Palas en un peregrinaje vital hasta Melide. All¨ª cre¨®, como a ¨¦l le gusta llamarla, su "embajada itinerante". Su tarea le convierte en algo as¨ª como un relaciones p¨²blicas xacobeo: convive con los peregrinos entre la pulper¨ªa Ezequiel y el bar Sony, les da consejos e informaci¨®n y les ofrece hacerse el carn¨¦.
El embajador no ceja en sus empe?os. El ¨²ltimo redunda en la idea de los milladoiros y entronca con su proyecto de muralla. Se llama El refugio de los sentimientos. Moncho aprovecha su idea de hacer piezas de piedra y barro con la huella de cada peregrino y su c¨®digo. Apil¨¢ndolas, se levantar¨ªan grandes columnas monumentales que podr¨ªan ubicarse en distintas localidades de paso de la Ruta. "Me gustar¨ªa que se hiciese esto en la Costa da Morte, al final del Camino", confiesa.
Asegura que son proyectos altruistas: "Me considero al servicio del Camino". Es su pasi¨®n. Sin embargo reconoce que le har¨ªa falta un asesor de marketing para poder rentabilizarlas o, al menos, cubrir gastos. Sabe que as¨ª es como se forjan las nuevas tradiciones en el siglo XXI.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.