La seguridad concentra el voto de los colombianos
Los candidatos debaten en el cierre de campa?a sobre la lucha contra las FARC y la situaci¨®n de los rehenes
Un debate de altura, con propuestas, controversia y algunos pullazos cerr¨® en la noche del jueves la campa?a presidencial m¨¢s emocionante y re?ida de Colombia, que culmina ma?ana en las urnas. Los seis principales candidatos se vieron las caras en un estudio de televisi¨®n, discutieron sobre los siempre candentes asuntos de seguridad -la mayor¨ªa rechaz¨® el canje de secuestrados propuesto por la guerrilla- y dejaron patente, una vez m¨¢s, su buena preparaci¨®n.
Fue el s¨¦ptimo de una serie de encuentros que han servido, entre otras cosas, para constatar que hay vida m¨¢s all¨¢ de los dos candidatos favoritos: Juan Manuel Santos, del oficialista Partido de la U (Unidad Nacional), y el matem¨¢tico Antanas Mockus , del Partido Verde. La ola verde de Mockus y la maquinaria de Santos han arrollado a otros cuatro aspirantes que no s¨®lo han contribuido a enriquecer un debate de calidad, sino que van a desempe?ar un papel decisivo en los pactos que se fraguar¨¢n ante una m¨¢s que probable segunda vuelta, el 20 de junio: la diplom¨¢tica y ex ministra Noem¨ª San¨ªn, del Partido Conservador, y los senadores Gustavo Petro, del izquierdista Polo Democr¨¢tico; el liberal Rafael Pardo y Germ¨¢n Vargas, de Cambio Radical (derecha).
Solo el liberal Pardo apuesta por un canje de rehenes con las FARC
Las encuestas auguran una ca¨ªda de la abstenci¨®n del 50% al 30%
Durante casi dos horas, en un formato ¨¢gil de intervalos de un minuto y medio, los candidatos discutieron sobre el fuero militar, la liberaci¨®n de los rehenes de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC), el acuerdo suscrito con EE UU para el uso conjunto de bases colombianas, la reducci¨®n de la edad penal o la lucha contra la corrupci¨®n.
Una vez m¨¢s quedaron de manifiesto las afinidades entre Santos, San¨ªn y Vargas; las posturas m¨¢s a la izquierda de Petro y de Pardo y la heterodoxia de Mockus. Con todo, el discurso pol¨ªtico colombiano supera los esquemas ideol¨®gicos y partidistas que suelen encasillar a los candidatos europeos o latinoamericanos. Marcados por la moderaci¨®n (que a Petro le ha costado el rechazo de los sectores m¨¢s radicales del Polo), los debates han mostrado a menudo una convergencia de posiciones al margen de las banderas.
El jueves, el principal desencuentro lleg¨® con el asunto de los secuestrados de las FARC. Solo el liberal Pardo abri¨® la puerta al "intercambio humanitario" que propone el grupo armado (rehenes a cambio de guerrilleros presos). Petro puso condiciones (que renuncien al secuestro definitivamente). Santos ("aceptar el canje es alentar el secuestro"), Mockus ("quieren arrodillar al Estado y ponerlo en condici¨®n de simetr¨ªa"), Vargas ("el canje expone a mayor riesgo a la sociedad y a la fuerza p¨²blica") y San¨ªn ("no les creo a las FARC, no hay que capitular") lo rechazaron de plano, y reivindicaron el rescate militar. Hubo un absoluto cierre de filas, sin embargo, en la defensa del Ej¨¦rcito y los cuerpos de seguridad ("son h¨¦roes", dijo Mockus).
El clima de buena sinton¨ªa que ha reinado en la campa?a no impidi¨® que el jueves se sacara la artiller¨ªa. Y las bater¨ªas apuntaron a Juan Manuel Santos. No solo porque algunas encuestas recientes lo dan como ganador por un margen de dos puntos sobre Mockus (34% frente a 32%), sino porque, en su calidad de ex ministro de Defensa, le toca lidiar con los esc¨¢ndalos que han salpicado al Gobierno de ?lvaro Uribe, como las escuchas telef¨®nicas por parte del Departamento Administrativo de Seguridad (DAS, cuerpo de inteligencia civil), a algunos jueces y pol¨ªticos, o casos de corrupci¨®n con contratistas del Estado. Petro y Pardo, antiuribistas beligerantes, acusaron al Gobierno de "abuso criminal de la inteligencia del Estado". Santos dijo que las investigaciones en curso dejar¨¢n patente la limpieza del presidente.
Tampoco faltaron los falsos positivos, la ejecuci¨®n extrajudicial, por parte de unidades del Ej¨¦rcito, de j¨®venes marginales a los que se hac¨ªa pasar por guerrilleros para cobrar recompensas. El ex ministro de Defensa esgrimi¨® un informe de la ONU para subrayar que nunca fue una pol¨ªtica de Estado y record¨® la reacci¨®n contundente del Gobierno, que puso en manos de la justicia ordinaria a 27 altos cargos militares. "Fue algo que me desgarr¨®, y nunca escondimos la verdad", dijo.
Los analistas han mostrado sus dudas acerca del impacto de los debates en la intenci¨®n de voto. Es cierto que los candidatos m¨¢s vibrantes y articulados, Petro y Vargas, no han despegado en los sondeos. Sin embargo, el formato r¨ªgido de las intervenciones ha podido perjudicar a Mockus, que a veces, como fil¨®sofo que es, tiende a irse por las ramas, y cuya espontaneidad, por otro lado simp¨¢tica, le ha llevado a dar alg¨²n que otro patinazo. Y cuando las encuestas se muestran tan cerradas, cualquier detalle puede ser decisivo, sobre todo con un rival como Santos, que ha mostrado experiencia en asuntos de Estado.
Influyan o no en el voto, los debates han contribuido a despertar a¨²n m¨¢s el inter¨¦s de una ciudadan¨ªa inmersa en un clima electoral efervescente, que hace vaticinar un aumento de la participaci¨®n: las encuestas auguran un descenso de la abstenci¨®n del tradicional 50% al 30%.
Los colombianos se muestran orgullosos de una campa?a que la influyente revista Semana no ha dudado en definir como "la m¨¢s ejemplar y emocionante de la historia". Por el buen tono pol¨ªtico, por los programas bien trabajados y por el ambiente festivo. Los a?os en los que los coches bomba ensangrentaban las votaciones, y en los que se asesinaba a los candidatos -tres murieron en la campa?a de 1990- parecen ahora muy lejanos.
El debate
- Canje de secuestrados: Santos: "Aceptar el canje
es alentar el secuestro".
Mockus: "Quieren arrodillar al Estado y ponerlo en condici¨®n de simetr¨ªa".
San¨ªn: "No creo a la
guerrilla de las FARC,
no hay que capitular".
Vargas: "El canje expone a mayor riesgo a la sociedad".
- Corrupci¨®n:
Mockus: "En Bogot¨¢ demostr¨¦ que era posible gobernar sin corrupci¨®n".
Santos: "Propongo duplicar las penas y que no prescriban estos delitos".
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