El dios fallido de la contracultura
Dennis Hopper fue quiz¨¢s la figura m¨¢s rock salida del cine. A primera vista, era otro m¨¢s del extenso batall¨®n de chicos malos de Hollywood. Pero ten¨ªa un perfil infinitamente m¨¢s rebelde que un Warren Beatty. Y m¨¢s trayectoria contracultural que cualquier Jack Nicholson.
Ya aparec¨ªa en Rebelde sin causa (1955), la pel¨ªcula que proporcion¨® una imagen narcisista al emergente rock and roll. Cuando Elvis Presley aterriz¨® en California, Dennis fue uno de sus contactos para juergas. Se ha sugerido que debi¨® aprovechar para dar al cantante algunas pistas respecto al cine pero tampoco se puede decir que Hopper supiera manejar su carrera. Tras el famoso choque con el director Henry Hathaway, recibi¨® la proverbial condena: "Nunca llegar¨¢s a nada en esta ciudad".
Ali¨¢ndose con otro bala perdida, Peter Fonda, firm¨® una pel¨ªcula esencial
Su filme 'Ca¨ªdo del cielo' recog¨ªa los ecos del nihilismo punk
En un negocio controlado por media docena de empresas, aquella maldici¨®n ten¨ªa peso. Dennis emigr¨® a Nueva York y sobrevivi¨® en la televisi¨®n, un medio entonces despreciado por los actores. Si a?adimos que se especializ¨® en papeles de western, parec¨ªa un candidato al cementerio de los elefantes de la serie B. Excepto que Hopper era un hipster: estaba en la onda, paladeaba las modernidades y supo entender la enormidad de los cambios sociales provocados por la p¨ªldora, las drogas y la guerra del Vietnam.
Ali¨¢ndose con otra bala perdida, Peter Fonda, firm¨® como director de la pel¨ªcula esencial de la contracultura estadounidense, Easy rider (1969), aqu¨ª Buscando mi destino. Su enorme ¨¦xito certific¨® la defunci¨®n del viejo Hollywood, obligando a los estudios a la sumisi¨®n hacia un p¨²blico juvenil. Millones de espectadores se identificaron con la odisea de aquellos motoristas, que se lanzaban a "buscar Am¨¦rica" y encontraban la muerte. La dramatizaci¨®n del conflicto social entre los pelilargos y los estadounidenses conformistas no fue del gusto de alguna de las luminarias de la d¨¦cada de los sesenta: Bob Dylan insisti¨® para que el final ofreciera esperanza y no confrontaci¨®n.
Easy rider ten¨ªa, aparte de la audaz fotograf¨ªa de Laszlo Kovacs, una banda sonora aut¨¦ntica: m¨²sica del momento, en vez de los esfuerzos de alg¨²n compositor profesional para acercarse a los ritmos cool. Fue la pel¨ªcula que sac¨® de la oscuridad a Jack Nicholson pero tambi¨¦n la que revel¨® que Hopper ten¨ªa una veta de maldad: racane¨® todo lo que pudo al escritor Terry Southern, coautor del gui¨®n, que muri¨® arruinado.
El subtexto de Buscando mi destino parec¨ªa establecer diferencias morales entre las drogas, criterios entonces vigentes en el mundo hippy californiano. Nada que oponer a la marihuana o el LSD pero ojo con la coca¨ªna: los protagonistas financiaban su viaje con una partida de coca, adquirida por -ay, ay- el productor Phil Spector. La broma de Sat¨¢n consisti¨® en que Dennis Hopper se aficion¨® al polvo blanco, una substancia que sacaba lo peor de su personalidad cuando se combinaba con el alcohol. Lo pudo comprobar la m¨¢s bella del baile: su matrimonio con Michelle Phillips, ex The Mamas & The Papas, dur¨® una semana.
No solo se transform¨® en un monstruo: tambi¨¦n perdi¨® su pulso cinematogr¨¢fico. The last movie (1971) padeci¨® un montaje interminable. Los muchos enemigos que ten¨ªa Hopper celebraron que aquello parec¨ªa ser definitivamente su ¨²ltima pel¨ªcula. Catapultado al espacio exterior, entr¨® en la din¨¢mica de los trabajos alimenticios, reducido a una caricatura.
Sin embargo, a la larga demostr¨® estar hecho de pasta dura. Resucit¨® en una pel¨ªcula tan tormentosa como las suyas, Apocalypse now (1979) y acompa?ar¨ªa a su director, Coppola, al limbo de las producciones modestas, con Rumble fish (1983). Pero tambi¨¦n demostr¨® que ten¨ªa voluntad expresiva al hacerse con la silla de realizador en Ca¨ªdo del cielo (1980), pel¨ªcula canadiense que recog¨ªa los ecos del nihilismo punk. Nuevamente, Dennis conectaba con las corrientes profundas de la est¨¦tica rock: el t¨ªtulo original, Out of the blue, derivaba de una canci¨®n de Neil Young que reconoc¨ªa el impacto del punk rock (para consternaci¨®n de Neil, su letra reaparecer¨ªa en la nota de despedida de Kurt Cobain).
Dennis Hopper supo manejar con dignidad el estereotipo de drogota rehabilitado. Adem¨¢s, nadie se tomaba a broma a alguien que encarnaba tan convincentemente al s¨¢dico malvado de Terciopelo azul (1986). A partir de ese momento, fue tan intocable como las superestrellas del rock de los sesenta: un superviviente afilado, con intereses art¨ªsticos pero nunca destinado a ganar concursos de popularidad.
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