Met¨¢fora del gorr¨®n
El Pleno del Congreso convalid¨® el pasado jueves por un solo voto el decreto-ley del Gobierno para reducir a lo largo de dos a?os 15.000 millones el elevado d¨¦ficit de las cuentas del Estado. No ha sido una opci¨®n caprichosa, sino una amarga decisi¨®n dictada por la ofensiva de los mercados financieros contra los flancos d¨¦biles de la eurozona. Es cierto que Zapatero se equivoc¨® en sus diagn¨®sticos y pron¨®sticos iniciales sobre la recesi¨®n a causa de un peligroso cocktail de voluntarismo adolescente, superficialidad anal¨ªtica y obstinaci¨®n ciega. Pero tambi¨¦n es verdad que Espa?a no hizo despu¨¦s m¨¢s que seguir el ejemplo de otros socios de la Uni¨®n cuando, enfrentada al dilema de cumplir el Pacto Europeo de Estabilidad y Convergencia (unos techos m¨¢ximos del 3% de d¨¦ficit y del 60% de endeudamiento respecto al PIB) o de frenar la galopante destrucci¨®n de empleo, opt¨® por la f¨®rmula keynesiana de los est¨ªmulos fiscales en la confianza de que una r¨¢pida salida de la crisis permitir¨ªa el regreso a la ortodoxia presupuestaria antes de 2013.
El 'free-rider' es el que se aprovecha de un esfuerzo com¨²n al que no contribuye por falta de altruismo
La reacci¨®n -al menos en p¨²blico- de las fuerzas sindicales y de los restantes partidos de la izquierda del espectro pol¨ªtico ha sido el rechazo frontal de unas medidas que reducen los ingresos de los empleados p¨²blicos y congelan para 2011 las pensiones. La presunci¨®n de sinceridad ampara esas protestas, nacidas no s¨®lo de la ideolog¨ªa y de la militancia pol¨ªtica de sus portavoces, sino tambi¨¦n de las necesidades insatisfechas de amplios segmentos de la plural sociedad espa?ola. Cosa bien distinta ser¨ªa el comportamiento elector al de esos ciudadanos si se sintieran obligados a escoger entre la continuidad del PSOE en el poder y una abstenci¨®n ante las urnas favorecedoras del PP. En ese contexto, la reivindicaci¨®n de una pol¨ªtica fiscal que preste la debida atenci¨®n a la evasi¨®n de impuestos y al fraude es totalmente comprensible.
Los nacionalistas catalanes jugaron con dos barajas al abstenerse en el Pleno. Pero la conducta m¨¢s hip¨®crita y menos ejemplarizante en t¨¦rminos pol¨ªticos y morales fue la tentativa electoralista del PP de aprovechar la decisi¨®n del Gobierno socialista, forzado por la coyuntura a aplicar un duro ajuste. El principal partido de la oposici¨®n ha venido exigiendo casi con delectaci¨®n desde el arranque de la crisis una dr¨¢stica reducci¨®n del gasto p¨²blico, una medida que ahora combate con energ¨ªa. Las teor¨ªas de la acci¨®n colectiva y de los bienes p¨²blicos bautizan con el t¨¦rmino free-rider (traducible en este contexto como gorr¨®n, par¨¢sito o poliz¨®n) a quienes se aprovechan de los resultados de un esfuerzo com¨²n al que no contribuyen por falta de altruismo, pero que tambi¨¦n les beneficia.
De esta forma, el PP no solo pretende aprovecharse del sacrificio colectivo sin colaborar en la tarea sino que adem¨¢s se permite el lujo de condenar la estrategia del ajuste duro tras haberla defendido a capa y espada.
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