Comisiones para todos y... platitos de caviar

En mayo del a?o pasado, el negocio inmobiliario hab¨ªa recibido ya la estocada. Las ciudades rebosaban obras paradas, los Ayuntamientos se lamentaban de los n¨²meros rojos y los juzgados estaban desbordados de concursos de acreedores. El d¨ªa 9 de ese mes, a las siete y cuarto de la tarde, el entonces alcalde de Santa Coloma de Gramenet, Bartomeu Mu?oz, Bartu, discut¨ªa con Luis Garc¨ªa S¨¢ez, un ex diputado socialista reconvertido a comisionista y conocido como Luigi, d¨®nde quedar para ver el partido de f¨²tbol entre el Bar?a y el Villarreal. "No hay hoteles buenos. Si eso quedamos en alg¨²n sitio y vemos el f¨²tbol con un platito de caviar", le propone Mu?oz.

La crisis no iba con ellos. Luigi se hab¨ªa dedicado durante los a?os del boom inmobiliario, seg¨²n el sumario de la presunta trama corrupta Pretoria, a intervenir en pelotazos urban¨ªsticos que se daban con un simple tr¨¢mite administrativo que ¨¦l se encargaba de procurar. Cuando lleg¨® la recesi¨®n, le bast¨® aplicar a su negocio la receta en la que se basa cualquier administraci¨®n: tirar de la obra p¨²blica. As¨ª que se dedic¨® a poner en contacto a constructores y Administraciones. Su base de operaciones era Santa Coloma de Gramenet, de 120.000 habitantes, uno de los municipios de menor renta per c¨¢pita de Catalu?a.

El 'caso Pretoria' ha acabado salpicando casi por igual a CiU y al PSC

La trama corrupta logr¨® colar dos pelotazos al Gobierno catal¨¢n

La trama lleg¨® a embolsarse 32 millones de euros en comisiones. Eran los a?os felices. Entre los pol¨ªticos catalanes reinaba el convencimiento de que Catalu?a hab¨ªa quedado al margen de la corrupci¨®n urban¨ªstica que ya hund¨ªa Ayuntamientos y llevaba a la c¨¢rcel a alcaldes de media Espa?a. Todo pas¨® sospechosamente inadvertido hasta que Baltasar Garz¨®n desembarc¨® con la Guardia Civil en octubre pasado en la primera gran intervenci¨®n en Catalu?a del ex juez de la Audiencia Nacional desde 1992.

Todo se vino abajo. El Gobierno catal¨¢n hab¨ªa llegado a alardear de la limpieza que imperaba en esta comunidad. "En Catalu?a hoy no hay ning¨²n caso de corrupci¨®n urban¨ªstica equiparable a alguno de los que est¨¢n apareciendo", dec¨ªa en una entrevista a EL PA?S en 2006 el consejero de Pol¨ªtica Territorial y dirigente socialista, Joaquim Nadal. Probablemente ignoraba entonces el consejero que un subordinado suyo, Emili Mas, gerente del Instituto Catal¨¢n del Suelo, se hab¨ªa arrimado ya presuntamente a la red corrupta. Mas est¨¢ acusado hoy de asociaci¨®n il¨ªcita y actos prohibidos a un funcionario.

Los pelotazos de Luigi requer¨ªan de una amplia agenda de contactos de alcaldes, concejales, abogados y otros cargos p¨²blicos que se concentraban sobre todo en el ¨¢rea de Barcelona. Y sus negocios no entend¨ªan de colores pol¨ªticos. En su etapa en el Parlamento catal¨¢n hab¨ªa fraguado amistad en las filas convergentes con el ex consejero de Econom¨ªa Maci¨¤ Alavedra. Y este, a su vez, le present¨® al que fue secretario de Presidencia de Jordi Pujol, Llu¨ªs Prenafeta, para participar en varias operaciones urban¨ªsticas durante la ¨¦poca del boom. Dos antiguos pesos pesados de CiU que tambi¨¦n hac¨ªan sus negocios echando mano de su estatus de ex consejero.

La trama ha acabado salpicando casi por igual a los dos principales partidos catalanes. CiU ha visto caer del pedestal a Prenafeta y a Alavedra, dos de sus t¨®tems. Al PSC le han torpedeado la flota m¨¢s s¨®lida de la que dispone, su red de alcaldes metropolitanos. Alavedra y Prenafeta, seg¨²n el sumario, ve¨ªan oportunidades de negocio en toda Catalu?a; Luigi y Bartu se centraron en el entorno metropolitano, donde el PSC tiene consolidado su poder desde hace 30 a?os y nada indica que vaya a cambiar.

Pero ?c¨®mo logr¨® un sindicalista llamado Garc¨ªa tama?os contactos en la crema nacionalista catalana? "En su etapa de diputado ya apuntaba maneras; era buen orador y a veces parec¨ªa que trabajaba m¨¢s para caer bien a los de Converg¨¨ncia que al propio partido", dice un dirigente hist¨®rico del PSC. "Luigi es el Correa catal¨¢n", dice sin reparos este socialista que ve en Luis Garc¨ªa una copia de Francisco Correa, cabecilla de la trama G¨¹rtel. Y hablaban el mismo idioma, el del dinero contante y sonante. De eso y de c¨®mo mantener en el poder a los pol¨ªticos que les ayudaban.

La relaci¨®n entre el alcalde y Luigi viene de lejos, de cuando el conseguidor todav¨ªa militaba en el PSC y puso en marcha una empresa de gesti¨®n de servicios a Ayuntamientos que protagoniz¨® una sonora quiebra. Fue entonces cuando la direcci¨®n del partido le expuls¨® y lanz¨® la consigna de romper cualquier relaci¨®n con ¨¦l. Bartu no cumpli¨®. Tampoco lo hicieron otros alcaldes socialistas. Durante la bonanza inmobiliaria, la trama se embols¨® 32,3 millones de euros en perjuicio de los Ayuntamientos barceloneses de Santa Coloma, Badalona y Sant Andreu de Llavaneres. La din¨¢mica era siempre la misma: los consistorios aprobaban un proyecto que se paralizaba por alg¨²n motivo y despu¨¦s las Administraciones modificaban el plan urban¨ªstico para beneficiar a la empresa promotora. Siempre hab¨ªa un contacto. En Santa Coloma, Luigi controlaba el Ayuntamiento; en Badalona, era amigo ¨ªntimo del consejero delegado de la empresa p¨²blica Marina Badalona, Juan Felipe Ruiz, que tambi¨¦n fue subdelegado del Gobierno en Menorca, y en Sant Andreu de Llavaneres, Antoni Jim¨¦nez, el concejal de Urbanismo, que hab¨ªa pasado por Santa Coloma. Tres pelotazos en toda regla que reportaron a Luigi m¨¢s de ocho millones de euros, y a Alavedra y Prenafeta, 637.590 euros.

Luigi era, adem¨¢s, el alcalde de facto de Santa Coloma y dirig¨ªa con mano f¨¦rrea la actividad de la constructora p¨²blica Gramepark. En una conversaci¨®n intervenida, Luigi lleg¨® a prometer al alcalde montarle una campa?a como la de Obama, con comunidades de apoyo en Facebook y Twitter. El alcalde se lo agradece: "S¨ª, porque si lo tuvieran que hacer los m¨ªos [el PSC] vamos dados; me montar¨¢n la misma web de siempre, la porquer¨ªa de siempre".

Esa cercan¨ªa fue su tabla de salvaci¨®n tras la crisis inmobiliaria. Ah¨ª hac¨ªa y deshac¨ªa a sus anchas: decid¨ªa adjudicaciones, ama?aba concursos y fijaba las cantidades que deb¨ªa recibir del Ayuntamiento. "Fant¨¢stico. A la mejor oferta del mejor amigo", le dice Luigi a un constructor.

El sumario, de 10.600 folios, que instruye la Audiencia Nacional, est¨¢ plagado de conversaciones en las que se acuerdan adjudicaciones de obras o se piden favores. Mu?oz, por ejemplo, coloc¨® a su hermano en la constructora Proinosa, cuyo presidente, Josep Singla, tambi¨¦n est¨¢ encausado. Para ello, contaban, seg¨²n el sumario, con Emili Mas, gerente del Instituto Catal¨¢n del Suelo, con quien se reun¨ªa una vez al mes como si fuera el primer edil.

Prenafeta y Alavedra picaban todav¨ªa m¨¢s alto. Ambos ex dirigentes presionaron a consejeros y secretarios del tripartito para colar tres pelotazos. Lo lograron en dos casos: uno en El Prat de Llobregat y otro en Cerdanyola del Vall¨¨s. Para este ¨²ltimo, Prenafeta requiri¨® incluso de la ayuda del presidente de CiU, Artur Mas, quien lo puso en contacto con la concejal del partido en la localidad, que era contraria a los intereses de la trama. No fue la ¨²nica ocasi¨®n en la que los ex dirigentes convergentes recurrieron a Mas. Y eso que eran conscientes del riesgo que entra?aba. "?Co?o!, a este ni?o al final no le dejaremos ganar las elecciones si hacemos el burro", le espet¨® en una ocasi¨®n Alavedra a su socio nacionalista.

Prenafeta quer¨ªa endosarle, adem¨¢s, a la Generalitat por 89 millones un inmueble en la exclusiva zona de Diagonal Mar. Y durante m¨¢s de un a?o y medio, ¨¦l y Alavedra presionaron a los consejeros socialistas Antoni Castells y Joaquim Nadal. No les fue posible. Las llamadas y las presiones a Castells y a sus secretarios de departamento fueron constantes. Pero les sali¨® un obst¨¢culo: la secretaria de Vivienda, Carme Trilla, insist¨ªa en convocar un concurso p¨²blico. "A la que hay que apretar es a Trilla", dec¨ªa Prenafeta al empresario. "Supongo que el concurso es para cubrir el expediente, no para compr¨¢rselo a otro", le dice en otra llamada. Llegaron tarde, porque el tripartito concluy¨® que ya no hab¨ªa dinero para compras, lo cual no les impidi¨® seguir intent¨¢ndolo presionando el entorno de Jos¨¦ Montilla. La ¨²ltima salida fue la de intentar que la Generalitat realizara una opci¨®n de compra, con el c¨¢lculo de que Artur Mas ganar¨ªa este a?o las elecciones y deber¨ªa "cumplir".

Est¨¢ por ver si este caso de corrupci¨®n pasar¨¢ factura al PSC y a CiU. A este ¨²ltimo partido parece claro que no. Los nacionalistas de Artur Mas est¨¢n en su punto ¨¢lgido de popularidad desde que fueron desalojados del poder por la izquierda en 2003. Y eso ocurre mientras Converg¨¨ncia est¨¢ vi¨¦ndose salpicada por otro caso de corrupci¨®n de mayor impacto social en Catalu?a si cabe como es el del Palau de la M¨²sica, del que se esfumaron 35 millones y en el que algunos indicios apuntan a una presunta financiaci¨®n irregular del partido. Mas se desentiende diciendo que en el caso Pretoria ¨¦l se limit¨® a pasar un n¨²mero de tel¨¦fono a la trama corrupta. Tambi¨¦n mantiene que Alavedra y Prenafeta son el "pasado". Ya se ver¨¢ si los expulsa definitivamente del partido. Motivos no le faltar¨ªan. Aunque quiz¨¢s a estos ya no les importe. En una llamada del a?o pasado de Alavedra a Prenafeta, el primero mostraba una confianza limitada en los partidos y conclu¨ªa: "La pol¨ªtica se hace en las cloacas".