Madrid ya no cree en los milagros
La crisis econ¨®mica tumba grandes proyectos como el Campus de la Justicia o el estadio de Vallehermoso
Ah¨ª est¨¢, como resto del naufragio entre una vegetaci¨®n tupida que rodea el vallado y que no deja ver las verg¨¹enzas. El cartel dice: "Demolici¨®n del Centro Deportivo Vallehermoso. Presupuesto: 2.609.160,3 euros. Plazo de ejecuci¨®n: 5 meses", que ya pasaron hace tiempo. Del m¨ªtico estadio de casi 50 a?os de antig¨¹edad (el atleta Edwin Moses perdi¨® ah¨ª su hegemon¨ªa en los 400 metros vallas) no queda m¨¢s que un socav¨®n, como el albero de una inmensa plaza de toros al que le han despojado de todo. Al prometido nuevo estadio de atletismo y con gran parque de 20.000 metros cuadrados le ha llegado el frenazo sine d¨ªe que anunci¨® esta semana el alcalde, Alberto Ruiz-Gallard¨®n, debido a la crisis econ¨®mica. As¨ª que esta obra (presupuestada en 98,6 millones de euros) y vinculada a la frustrada candidatura de Madrid como ciudad ol¨ªmpica 2016 tendr¨¢ que esperar tiempos mejores.
"Los vecinos hemos hecho reuniones para ver qu¨¦ pasa con el estadio"
Un cartel ante el hotel Eurostars dice: "?Hasta cu¨¢ndo aguantar¨¢?"
Como tambi¨¦n tendr¨¢n que hacerlo otros dos megaproyectos que iban a imprimir una nueva imagen de la ciudad. El Campus de la Justicia, gran apuesta de la presidenta, Esperanza Aguirre, que plane¨® concluir a finales de 2009, se queda de momento con un solo edificio como testigo inc¨®modo: el que iba a albergar el Instituto de Medicina Legal (IML) y que la Comunidad ofrece ahora en alquiler. El resto del total de 15 edificios destinados a reunir en Valdebebas las 23 dependencias de la judicatura diseminadas por toda la ciudad, se ha quedado en los planos.
En la otra punta de Madrid, bajo las cuatro torres de Castellana, otro cartel delator dice: "Acceso al Centro Internacional de Convenciones de la Ciudad de Madrid". "?Hasta cu¨¢ndo aguantar¨¢?", se lee en otro cartel a la salida del parking del hotel Eurostars, que con el centro ahora en dique seco ver¨¢ esfumarse una fuente importante de clientes.
Del estadio Vallehermoso solo quedan los (buenos) recuerdos. La piscina, que estaba muy solicitada; las famosas pistas de atletismo (una de ellas, era la ¨²nica homologada en Madrid); las canchas de tenis, frontones... "Pero qu¨¦ pasa, ?se ha esfumado el dinero? Porque si ya estaba presupuestada la obra no entiendo d¨®nde ha ido a parar esa cantidad y si lo necesitan para otras cosas m¨¢s importantes por lo menos que lo expliquen", brama Ernesto las Heras, vecino del barrio (distrito de Chamber¨ª) que, como tantos otros piden informaci¨®n sobre el estadio. Con edad de jubilado, ch¨¢ndal, deportivas e iPod se dispon¨ªa a entrar al jard¨ªn del Canal, el espacio para hacer ejercicio que sustituye ahora al fenecido Vallehermoso. "Cuando esto empez¨® est¨¢bamos contentos, iban a ser unas instalaciones nuevas para el distrito, incluso se oy¨® que iban a hacer un aparcamiento. Como residente me quise interesar para tener una plaza y en ning¨²n departamento, ni del Ayuntamiento, ni de la Comunidad, me dijeron nunca nada. Los vecinos hemos hecho reuniones para ver qu¨¦ pasaba con el estadio, pero nadie dice nada. Tiraron todas las gradas y ahora no queda ni un obrero. Estoy preocupado porque vamos como el cangrejo, para atr¨¢s", sentencia Las Heras.
"No ten¨ªan ni que haber empezado, era mucha obra y ya se ve¨ªa venir la crisis, no ha llegado por arte de magia. Es gastar por gastar y luego a pagar entre todos, pero quieren que les recuerden como al fara¨®n", observa una profesora de un colegio pr¨®ximo al antiguo estadio que prefiere guardar el anonimato. "Antes iban ah¨ª los ni?os del colegio, pero ahora no queda m¨¢s que un peque?o parque en el Canal que no me gusta porque es como caminar entre vallas", lamenta la profesora.
Ese peque?o parque est¨¢ dentro del Green Canal donde a media ma?ana se ven algunos corredores. "Nunca has podido aprender golf m¨¢s cerca de casa", proclama el anuncio. ?Pero qui¨¦n quiere aprender golf? Por lo que se ve, la mayor parte de los vecinos echa en falta otros elementos: la piscina y los espacios para pasear. "Esto de que ahora se pare el proyecto es un desastre, nos dejan sin las antiguas instalaciones y sin las nuevas", se queja Carlos Blanchar. "Estas obras se empezaron sin fundamento, con motivo de la olimpiada: no nos la dan y, de repente, lo derribaron, pero sin que nadie explicase qu¨¦ iban a hacer. Menos mal que nos queda el Canal para caminar".
Los restos de la candidatura de Madrid como ciudad ol¨ªmpica 2016 permanecen inc¨®lumes. Un gran mural con im¨¢genes de atletas en plena carrera rodean gran parte del per¨ªmetro del antiguo estadio Vallehermoso. Da a una apacible calle de buenas casas en las que ni se alquila ni se vende nada. Para 2016, el cartel anunciaba: "Estadio de atletismo + instalaciones deportivas. Polideportivo, piscinas, spa, gimnasios y salas de armas".
El conserje de una de las viviendas dice que las obras de demolici¨®n fueron bastante r¨¢pidas y que se notaron muy poco. Los vecinos no dijeron ni mu. "Yo pienso que lo hicieron con maquinaria muy buena que no hac¨ªa ruido ni molestaba. Como el proyecto era muy bonito, pusieron todo tan de color de rosa... ?bamos a tener algo nunca visto y ahora... no la vamos a ver", sentencia, sentado en una mesa a la entrada y con la mano encima de un pasatiempo a medio hacer.
El Ayuntamiento ha recortado el gasto en 1.041 millones de los cuales 600 corresponden a obras. Con Vallehermoso, ahorra 98,6 millones de euros y con el Centro de Convenciones, 327.
El Campus de la Justicia es otro de los proyectos que han quedado congelados por la tiritona econ¨®mica. "Ese es uno de los grandes problemas que tiene ahora la justicia en Madrid: la enorme dispersi¨®n de los juzgados. Los profesionales perdemos mucho tiempo en ir de un lado para otro, pero tambi¨¦n supone muy mala imagen para los ciudadanos, que muchas veces no saben d¨®nde tienen que acudir", protestaba hace unos d¨ªas Ana Mar¨ªa Ferrer, presidenta de la Audiencia provincial de Madrid, en una entrevista a este diario.
En cuanto a su presupuesto, solo la primera fase -que adem¨¢s del edificio destinado al Instituto de Medicina Legal, inclu¨ªa el juzgado de Menores, el Tribunal Superior de Justicia de Madrid y la Audiencia Provincial- supon¨ªa 300 millones. Para su dise?o contrataron a unas cuantas estrellas del firmamento de la arquitectura, como Richard Rogers, Norman Foster o Zaha Hadid.
El Centro Internacional de Convenciones, con una inversi¨®n de 327 millones, tambi¨¦n tendr¨¢ que esperar. A la una del mediod¨ªa de un viernes, en el parking del hotel Eurostars, de cinco estrellas, se puede aparcar donde uno quiera. Hay tantas plazas vac¨ªas que para s¨ª quisieran muchos aparcamientos de Madrid.
El hotel se levant¨® porque la constructora Sacyr quer¨ªa, adem¨¢s de un edificio de oficinas para alquiler, un hotel, seg¨²n explica Almudena Molinero, directora de Relaciones P¨²blicas de Eurostars. Se present¨® al concurso el consorcio Hotusa al que pertenece y lo gan¨®. Este de Madrid es, junto al de Barcelona y M¨²nich, el buque insignia de la cadena. Molinero enseguida canta las excelencias de este hotel que tiene en su planta treinta y tantos un restaurante desde el que se divisa todo Madrid. Dice que no teme al par¨®n del Centro de Convenciones. Y entre los ¨¦xitos menciona la estancia del equipo del Bayern; a la canciller alemana, Angela Merkel; al primer ministro de Turqu¨ªa (en la torre de al lado, en Espacio, hay cuatro embajadas: Australia, Inglaterra, Holanda y Canad¨¢). Pero, ?y las cifras de ocupaci¨®n? "No llevo n¨²meros", alega, y remite al responsable de comunicaci¨®n de la cadena, Daniel Guill¨¦n, que dice: "no facilitamos nada en ese sentido". Pero subraya que ese hotel es un proyecto para Madrid "como principal capital de congresos internacionales".
Una pareja joven entra por la gran puerta giratoria. ?l con un portatrajes al hombro. "No, no somos clientes. Solo venimos al concurso de Uralita y nos manda la empresa", contestan. Unos cuantos ejecutivos pululan por el hall.
Fuera, una gran menina, del escultor Manolo Vald¨¦s, plantada en medio de la nada, contempla el paisaje gris. Y detr¨¢s de esa mole, las verg¨¹enzas. Una valla rodea lo que alg¨²n d¨ªa, cuando se salga del agujero negro, ser¨¢ el Centro Internacional de Convenciones. Mientras, tres empleados perdidos en la enorme explanada sacan brillo a una barandilla de cristal que protege unos cuantos olivos, como si en estos tiempos fueran la joya de la corona.
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