Cuanto peor, mejor
En los ¨²ltimos tiempos, el presidente de la Xunta parece dedicar m¨¢s tiempo y atenci¨®n a sus giras por las distintas tierras de Espa?a que a dirigir la pol¨ªtica gallega. Es raro el fin de semana que su agenda no registra la celebraci¨®n de un bolo pol¨ªtico en un punto de la geograf¨ªa espa?ola. En esta ocasi¨®n, Feij¨®o dirigi¨® sus pasos a Andaluc¨ªa y, en sus comparecencias p¨²blicas en las provincias de C¨¢diz y Sevilla, no dej¨® lugar a dudas acerca de su verdadera personalidad pol¨ªtica.
En efecto, de sus proclamas en tierras andaluzas solo se extraen an¨¢lisis apocal¨ªpticos, soflamas incendiarias o terribles anatemas, pero en ellas resulta dif¨ªcil advertir siquiera indicios de una alternativa pol¨ªtica coherente. Al parecer, el liberal Feij¨®o se ha pasado con armas y bagajes al sector ultramontano de su partido, aquel que considera que la ¨²nica forma de retornar al poder es mantener con insistencia un discurso duro, capaz de generar, aprovechando la grave crisis econ¨®mica que nos asola, un feroz enfrentamiento social y una insoportable crispaci¨®n pol¨ªtica. M¨¢s preocupante todav¨ªa, pero tambi¨¦n m¨¢s clarificador, es la reivindicaci¨®n que Feij¨®o realiz¨® del modelo Aznar. Sinceramente, creo que el efecto euforizante de las ¨²ltimas encuestas le ha hecho perder la prudencia y, creyendo que ha llegado el momento de sacar las m¨¢scaras, empieza a aparecer el verdadero rostro pol¨ªtico de Feij¨®o. Pero aunque al presidente de la Xunta le resulte incomprensible, y pese al indiscutible desgaste del Gobierno socialista, los ciudadanos no queremos retornar a una etapa -la del aznarismo- en la que la restricci¨®n al debate pol¨ªtico era norma; en la que el adversario era considerado un enemigo; en la que el discrepante era descalificado pol¨ªtica y moralmente y en la que expresar un simple matiz con la l¨ªnea oficial o gubernamental era considerado un s¨ªntoma que anunciaba la reencarnaci¨®n de la antipatria de otros y desdichados tiempos. En todo caso, Feij¨®o ha de saber que ¨¦l "cuanto peor, mejor" no ha sido nunca una divisa democr¨¢tica.
M¨¢s preocupante, pero clarificadora, es la reivindicaci¨®n que Feij¨®o realiz¨® del modelo Aznar
Pero en su periplo andaluz, nuestro desinhibido presidente no se ha parado ah¨ª. Aprovechando el entusiasmo de sus seguidores ha reclamado elecciones anticipadas. Pero es evidente que cuando un pol¨ªtico de su nivel solicita un adelanto electoral, en mitad de la legislatura y en el contexto de una seria crisis nacional, es porque su partido dispone de un proyecto y de un programa alternativo s¨®lido y fiable. Y reconocer¨¢ Feij¨®o que nada de esto conoce la sociedad espa?ola. Pongamos algunos ejemplos que confirmar¨¢n, creo, tal afirmaci¨®n. Si el PP se opone al programa de ajuste del Gobierno y al mismo tiempo se niega a incrementar los ingresos del Estado (subida de determinados impuestos), ?cu¨¢l es su programa de lucha contra el d¨¦ficit? Teniendo en cuenta su oposici¨®n cerrada al proyecto gubernamental, ?se deduce acaso que si el PP ganase las pr¨®ximas elecciones generales derogar¨ªa inmediatamente el decreto aprobado por el Ejecutivo y restablecer¨ªa el poder adquisitivo de los pensionistas y de los empleados p¨²blicos? Por supuesto, nada de esto nos aclara el presidente de la Xunta. ?Por qu¨¦ se niega Feij¨®o y su partido a subir los impuestos a las rentas m¨¢s altas, medida que no s¨®lo incrementar¨ªa los ingresos del Estado, sino que tambi¨¦n ayudar¨ªa a repartir de forma m¨¢s justa las cargas para salir de la crisis? Mas all¨¢ de reducir gastos superfluos, recortar asesor¨ªas o cargos de libre designaci¨®n -todo ello necesario pero abiertamente insuficiente-, ?cu¨¢les son los recortes de gasto que propone el PP? ?En qu¨¦ cuant¨ªas y en que partidas? ?Cu¨¢les son las medidas del PP para combatir el escandaloso fraude fiscal existente en Espa?a? ?Cu¨¢l es el contenido de las reformas estructurales que propone, y en particular cu¨¢l es el contenido de la reforma laboral que defiende el partido conservador? Tampoco a todo esto contesta Feij¨®o. Pero los hechos responden por ¨¦l. Porque, en efecto, cuando en Galicia tiene que realizar un ajuste de m¨¢s de 200 millones de euros, no recurre, como hacen los catalanes, a subir el tipo marginal en el tramo auton¨®mico del IRPF del 43% al 50% para las rentas superiores a 100.000 euros, o a reducir los conciertos con la sanidad y la ense?anza privadas, sino que recorta las partidas destinadas a la inversi¨®n o a la sanidad y ense?anza p¨²blicas. Estos son los hechos. Todo lo dem¨¢s, palabrer¨ªa para incautos.
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