La salida de la crisis tiene color verde
Ahora que los datos macroecon¨®micos nos muestran ligeros signos de mejor¨ªa, ser¨ªa recomendable no dejarnos llevar por la inercia. Nos equivocar¨ªamos si evalu¨¢ramos esta crisis como una m¨¢s de la evoluci¨®n natural del ciclo macroecon¨®mico de la econom¨ªa de mercado y sigui¨¦semos adelante con las recetas de siempre.
El desplome de la demanda agregada experimentado ha sido un aviso estructural de que las cosas no funcionan como deber¨ªan. El sistema est¨¢ sumido en una grave crisis de valores. La especulaci¨®n y el rendimiento inmediato priman escandalosamente sobre la rentabilidad y sostenibilidad a largo plazo y nos olvidamos de los graves efectos de nuestras actuaciones en el medio y los recursos naturales, trat¨¢ndolos como si fueran infinitos e inagotables. La crisis clim¨¢tica que hemos generado y seguimos alimentando es el ejemplo m¨¢s patente de ello
Lo que hoy parecen obligaciones ser¨¢n ventajas competitivas globales
Sin dudar de que las reformas fiscales, financieras y del mercado de trabajo, que tanto ocupan el inter¨¦s de los medios las ¨²ltimas semanas, son urgentes y necesarias que lo son sin duda, creo que nuestro futuro de verdad se juega en otro campo que no est¨¢ tan presente en el debate p¨²blico. Nos esperan muy malos tiempos si no somos capaces de aprovechar la salida de la crisis para realizar una profunda transformaci¨®n de nuestro estilo de vida, con h¨¢bitos m¨¢s sostenibles que nos orienten hacia una econom¨ªa m¨¢s verde, baja en carbono y orientada a las personas y su talento.
La pelota est¨¢ en nuestro campo y no podemos eludir nuestra responsabilidad con la excusa de que estos asuntos de trascendencia global se deciden muy lejos de nuestras fronteras. El paso fundamental es sumarnos al liderazgo clim¨¢tico europeo, realizando el esfuerzo necesario para limitar nuestras emisiones de gases de efecto invernadero para avanzar hacia una econom¨ªa menos dependiente del petr¨®leo. Si somos audaces, lo que hoy parecen obligaciones y limitaciones que lastran nuestra econom¨ªa, se transformar¨¢n, en un plazo mucho m¨¢s corto del que imaginamos, en ventajas competitivas globales para nuestras empresas y en sustanciales mejoras de la calidad de vida de nuestras personas.
Se trata de una tarea que compete al conjunto de la sociedad y concretamente, supone un salto radical de nuestro modelo energ¨¦tico. El esfuerzo realizado en el Pa¨ªs Vasco en los ¨²ltimos 20 a?os con la incorporaci¨®n del gas natural ha supuesto una gran avance en t¨¦rminos de diversificaci¨®n energ¨¦tica y es un gran activo que ha posibilitado, adem¨¢s de la utilizaci¨®n de este combustible en la industria y en los hogares, un parque de generaci¨®n el¨¦ctrica (centrales de ciclo combinado y sistemas de cogeneraci¨®n) muy eficiente. Tenemos, sin embargo, que ir m¨¢s lejos poniendo en marcha un ambicioso plan que permita neutralizar el CO2 emitido por estas centrales, pugnando por estar en la vanguardia de las pruebas, e impulso de las tecnolog¨ªas de almacenamiento y captura de carbono, aprovechando las capacidades de nuestro sistema tecnol¨®gico que ya ha dado algunos pasos en este campo.
Por otro lado, el Pacto por la E¨®lica entre los Departamentos del Gobierno Vasco de Industria, Innovaci¨®n, Comercio y Turismo y de Medio Ambiente, Planificaci¨®n Territorial, Agricultura y Pesca, junto con las Diputaciones de Bizkaia y Gipuzkoa, y Asociaci¨®n de Municipios Vascos (Eudel), tiene que ser el elemento definitivo que permita avanzar en el aprovechamiento de todas las energ¨ªas renovables, y en particular de la e¨®lica, en el Pa¨ªs Vasco, acabando con los importantes desencuentros habidos en el pasado que lastraban el aprovechamiento del potencial energ¨¦tico existente. El compromiso alcanzado, tiene que servir, tambi¨¦n, para crear un caldo de cultivo favorable para el desarrollo e implantaci¨®n de sistemas renovables distribuidos e inteligentes de generaci¨®n y utilizaci¨®n de la energ¨ªa, que es un campo con enormes posibilidades tanto energ¨¦ticas como para la creaci¨®n de nuevo tejido empresarial.
El modelo energ¨¦tico, va m¨¢s all¨¢ de la generaci¨®n de energ¨ªa y su transformaci¨®n tiene que ver fundamentalmente con la utilizaci¨®n que hacemos de ella. La clave, ahorrar y ser m¨¢s eficientes y esto es labor no s¨®lo de los grandes consumidores industriales que ya han dado grandes pasos motivados por los importantes ahorros de costes que les supone, sino tambi¨¦n de las empresas en sectores no tan intensivos en energ¨ªa, en la industria y los servicios, as¨ª como de las familias. En este ¨²ltimo caso, el grueso de los ahorros est¨¢n en adecuar los edificios y en el transporte y la utilizaci¨®n de los veh¨ªculos. En ambos casos, el esfuerzo y las inversiones individuales tendr¨¢n que estar acompa?ados por pol¨ªticas y sistemas de regulaci¨®n que motiven conductas ahorradoras de energ¨ªa y faciliten las infraestructuras necesarias, principalmente de transporte p¨²blico.
El 5 de Junio de 2009, hace ahora justo un a?o, el lehendakari firmaba la Declaraci¨®n de Urdaibai y proclamaba la firma de un Pacto Social por la Sostenibilidad EcoEuskadi 2020. Si alineamos el conjunto de la actuaci¨®n p¨²blica, e iniciativas como el nuevo plan energ¨¦tico y la ley de cambio clim¨¢tico son claves para ello, junto al demostrado deseo de progreso y desarrollo manifestado por el conjunto de la sociedad vasca, no tendremos dificultades para enfrentar los retos actuales, por muy duros que sean los momentos que estamos atravesando.
I?aki Barredo es economista y socio de Naider.
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