'Castells' integradores
Participaci¨®n de inmigrantes en los talleres organizados por 28 'colles'
Shanin comprueba que lleva la faja bien ajustada y se prepara para subir a los hombros de Muhid. Rodilla en el costado, un poco de fuerza y para arriba. Objetivo cumplido. Esta vez no tiene que romper esa olla llena de leche, reques¨®n, mantequilla y miel que cuelga de una soga a 12 metros de altura, como se suele a hacer en algunas ciudades de la India. Hoy, Shanin y Muhid no son govindas, sino castellers. No conmemoran el nacimiento del dios Krishna, sino una tradici¨®n centenaria en Catalu?a. "En mi pa¨ªs es una religi¨®n, aqu¨ª creo que no tanto", opina Shanin mientras se pone los zapatos otra vez. Es uno de los muchos inmigrantes que han participado en los talleres de introducci¨®n a los castells organizados por 28 colles de toda Catalu?a.
En el barrio del Poble Sec de Barcelona, han tenido un ¨¦xito especial. La primera clase atrajo a casi 70 personas y la segunda, a cerca de 30. Antes de ponerse manos a la obra, los miembros de la colla de este barrio les cuentan qu¨¦ son los castells y de d¨®nde vienen. La mayor¨ªa de participantes nunca han presenciado el espect¨¢culo en vivo y cuando ven ensayar a los profesionales se quedan boquiabiertos. "Yo, mirar, s¨ª, pero no voy a subir, me da mucho miedo", confiesa Carolina, ecuatoriana de 13 a?os. Los hay m¨¢s valientes, sobre todo, chicos. Al grito de "zapatos fuera", los chavales entran en acci¨®n. "Lo bueno de los castells es que uno no es m¨¢s importante que otro", explica Benet ??igo, uno de los miembros del grupo, "todo el mundo es necesario y hace falta gente de todo tipo".
Este es uno de los ganchos del proyecto Tots som una colla, que pretende promover la integraci¨®n de los inmigrantes a trav¨¦s de los castells. La Coordinadora de Colles Castelleres de Catalunya, que organiza la iniciativa, detect¨® en 2007 que los extranjeros desconoc¨ªan el fet casteller y se pusieron las pilas. El a?o pasado, hicieron los talleres con cuatro grupos y ahora ya se han apuntado 28 colles.
Un grupo de amigos
"El objetivo, adem¨¢s de hacer difusi¨®n y conseguir m¨¢s castellers
[en Catalu?a hay cerca de 7.000], es poner en valor la capacidad de cohesi¨®n de las colles", cuenta el coordinador del proyecto, Sergi Benedicto, quien recuerda, adem¨¢s, que muchos inmigrantes espa?oles llegaron a ser reconocidos caps de colla. De hecho, este compa?erismo es lo que atrap¨® a Filip, canadiense de 34 a?os, a quedarse en el Poble Sec. "En el fondo, somos un grupo de amigos", remarca.
A Tifo, de momento, lo que m¨¢s le interesa es subir "y ver a la gente desde arriba", cuenta este chico marroqu¨ª nacido en Barcelona hace 18 a?os. "?No mires abajo!", le grita, muy profesional, a una compa?era que busca la mirada del chico desde las alturas. La pi?a no tiene tanto ¨¦xito. Mientras los m¨¢s peque?os siguen levantando torres con algunos de los castellers del Poble Sec, los mayores ven un v¨ªdeo y aprenden c¨®mo se construye la estructura que refuerza los primeros pisos del castillo. "Es mucho m¨¢s grande de lo que pensaba, no cre¨ªa que hubiera tanta gente en la pi?a", confiesa Shanin. M¨®nica es demasiado peque?a para meterse ah¨ª abajo. A sus nueve a?os, sin embargo, s¨ª se ha atrevido a hacer un pilar con D¨¦bora, miembro de la colla. Aunque mientras estaba arriba cerraba los ojos, al bajar s¨®lo recordaba lo bueno: "Parece que vayas a tocar el cielo", cuenta entusiasmada.
Terminada la clase, los miembros de la colla del Poble Sec recogen el material que han utilizado para el taller, desde fotograf¨ªas a elaborados gr¨¢ficos sobre las posiciones de la pi?a. Antes de irse, comentan las buenas condiciones de unos cuantos chavales que han participado en la clase. Al menos Shanin y Muhid aseguran que volver¨¢n.
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