Enorme y subjetiva
Oficialmente existente solo a partir de la muestra que le dedic¨® el MoMA en 1982, cuando esta artista ya hab¨ªa rebasado la s¨¦ptima d¨¦cada de su vida, no quiere ello decir que Louise Bourgeois no estuviera relacionada con el arte desde, como quien dice, la ni?ez. Era hija de una familia dedicada a la restauraci¨®n de tapicer¨ªa y, tras una formaci¨®n universitaria en matem¨¢ticas, se form¨® en las instituciones art¨ªsticas parisinas m¨¢s adecuadas y se relacion¨® con figuras prominentes de la vanguardia hist¨®rica, como L¨¦ger, Brancusi y, sobre todo, Breton, cuyo cu?o surrealista port¨® en su obra hasta el final.
Ahora bien, que no estuviera de moda hasta ser septuagenaria no significa que fuese una desconocida. Se destap¨® en 1940 como escultora, tras haberse dedicado alg¨²n tiempo a la pintura, y reclam¨® la atenci¨®n internacional desde los a?os sesenta, a partir principalmente de su participaci¨®n en la muestra Eccentric Abstraction. No obstante ?c¨®mo iba a ser aceptada en los medios formalistas americanos una artista francesa, seguidora del surrealismo y tremendamente subjetiva? Tuvo que llegar la libertina d¨¦cada de los ochenta, al margen ya de todos los dogmas de vanguardia, para que fuese objeto de una aut¨¦ntica atenci¨®n cr¨ªtica, aunque, a mi juicio, pagando por ello el sambenito de ser mujer, que, por el momento, a favor o en contra, parece un fatum inexcusable. Es cierto que Bourgeois significativamente floreci¨® art¨ªsticamente tras la muerte de las tutelas patriarcales de su pol¨¦mico padre y de su marido, el historiador y cr¨ªtico de arte estadounidense Robert Goldwater, como tambi¨¦n lo es que reivindic¨® algunos iconos femeninos de una poderosa pregnancia simb¨®lica. Activa hasta su muerte, ahora nos preguntamos si solo la obra de los ¨²ltimos 30 a?os, tan publicitada, es la que tiene valor, o, si acaso, mantiene el inter¨¦s lo que ahora se exhibe en la fundaci¨®n Vedova de Venecia, donde se muestra lo realizado por esta escultora entre el 2002 y el 2008.
En cualquier caso, me parece dif¨ªcil encontrar a un artista que haya cargado el lenguaje moderno de tanta fuerza subjetiva y biogr¨¢fica.
Babelia
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