Pol¨ªtica vertedero
Es bien sabido que la pol¨ªtica gallega no acostumbra a ofrecer unas prestaciones de gran altura, pero desde la sucia campa?a electoral de marzo de 2009 no ca¨ªamos ni tan bajo ni tan r¨¢pido. La democracia feijoniana que aparcara sus audis ante Monte P¨ªo prometiendo regeneraci¨®n y decencia, va degenerando en una deprimente y previsible mezcla entre Los Soprano y Aqu¨ª no hay qui¨¦n viva, protagonizada por concejales corruptos, asesores insaciables y maletines comprados en los chinos. Hace bien poco a¨²n se hablaba de la fusi¨®n de las cajas, aunque fuera para inventar a Supergayoso, el hombre que miraba fijamente a los presidentes. O incluso mezcl¨¢bamos el g¨¦nero rosa con el periodismo de investigaci¨®n para glosar el gusto del presidente Feij¨®o por rondar de meritorio en las tertulias de Madrid. No era para enorgullecerse, pero resultaba soportable comparado con estos ¨²ltimos d¨ªas en los que, sin previo aviso, Galicia se destapa como tierra de promisi¨®n para corruptos y prevaricadores en general. Los especiales sobre "el nuevo panorama financiero", han dejado paso en los medios a cuadernillos sobre "la corrupci¨®n pol¨ªtica". Todo vale para justificar la tesis principal. Tanto cuenta una sentencia judicial como una sospecha deslizada en rueda de prensa, para dejarle clarito al votante que todos son iguales y da igual.
Si Rueda tiene algo que destapar, debe ponerlo en manos de la justicia, no de los justicieros del PP
Con un extra?o sentido de la simetr¨ªa, mientras un juicio con todas las garant¨ªas dirime en Gondomar las responsabilidades de cargos electos por el PP, la democracia feijoniana ha usado sus capacidades m¨¢s brillantes para extender la sospecha sobre toda la pol¨ªtica. En tal esfuerzo institucional, ha empleando sus mejores armas. Desde Rodr¨ªguez Miranda, el diputado que convirti¨® en un m¨¦rito devolver dietas indebidamente cobradas, al ya cl¨¢sico show de desembarcar armados con prensa en los archivos de San Caetano. En el caso Gondomar, al menos sabemos qui¨¦n investiga y por qu¨¦. En las subvenciones bajo sospecha popular, lo ¨²nico que sabemos es que las mismas coincidencias y legalismos que acreditan inocencias populares en el caso G¨¹rtel, devienen pruebas irrefutables contra los dem¨¢s.
Resulta inquietante o¨ªr al presidente afirmar que desconoce si qui¨¦n investiga a la oposici¨®n es el Gobierno o el partido. Cualquier Administraci¨®n tiene el derecho y el deber de revisar los cajones heredados. Incluso cuando ya lleva un a?o gobernando y m¨¢s a¨²n si carece de ¨¦xitos de gesti¨®n para presentar. A quien no sabe crear debe respet¨¢rsele siempre su derecho a destruir. Pero las instituciones acusan en los juzgados, no en las ruedas de prensa del Gobierno. El Partido Popular es muy libre de querer que todos digamos pol¨ªtica donde a ellos les dicen G¨¹rtel. Pero qui¨¦n ejerce el gobierno tienen el deber de velar por la pol¨ªtica y la integridad de sus administrados, pues es el gobierno de todos y cada uno de ellos. Como bien dijo Adam Smith, "el Gobierno ha de procurar causar a sus gobernados el menor n¨²mero de incomodidades, descortes¨ªas y humillaciones posibles".
El candidato Rueda puede enlodar la honorabilidad de quien le plazca. As¨ª lo ha hecho con frecuencia, acreditando siempre un notable desinter¨¦s por la verdad, el pudor o siquiera el buen gusto. Pero el conselleiro Rueda custodia la integridad de la informaci¨®n que prueba o destruye la honorabilidad de sus administrados. Si tiene algo que destapar, su obligaci¨®n es ponerlo en manos de la justicia, no de los justicieros del partido.
En este esfuerzo tan institucional por convertir la pol¨ªtica gallega en un vertedero, conviene no desde?ar por ¨²ltimo la relevante aportaci¨®n socialista. A falta de liderazgo o ideas que ofrezcan una visi¨®n alternativa sobre el pa¨ªs, ha apostado por devolver ojo por ojo la guerra sucia que aup¨® al candidato Feijo09. Se ha empe?ado en proseguir un viaje a ninguna parte que el electorado m¨¢s experimentado ha amortizado hace tiempo, pero que genera da?os irreparables entre ese cuerpo electoral menos cansado y m¨¢s dispuesto a seguir creyendo que, si bien es cierto que cuando la indecencia entra por la puerta la pol¨ªtica salta por la ventana, no tiene por qu¨¦ continuar siendo siempre as¨ª.
antonlosada.blogspot.com
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