Las torturas de Prometeo
El Grec arranca el domingo con el montaje de Portaceli
"El dolor es mi elemento", hace decir Shelley a Prometeo en su maravilloso drama l¨ªrico sobre el tit¨¢n filantr¨®pico. "Cuando interpreto a Prometeo", explica Carme Elias, que hace del mismo castigado personaje mitol¨®gico en el Prometeu de Esquilo/ Heiner M¨¹ller que abre el domingo en el anfiteatro el festival Grec, "no puedo dejar de pensar que en ese preciso momento en que yo hago del dios encadenado alg¨²n otro en otro lugar del mundo est¨¢ sufriendo torturas tan bestias como las de Prometeo". Ah¨ª, en buena parte, reside la actualidad del Prometeu que dirige Carme Portaceli. Ah¨ª y en la lucha contra el poder absoluto, contra la tiran¨ªa, a la que se entrega Prometeo y por la que sufre castigo terrible. Ese poder es el de Zeus, pero, sugiere Portaceli, tambi¨¦n podr¨ªa ser el del capital, que -v¨¦ase la crisis- muestra tan ol¨ªmpico desprecio por los mortales como el padre de los dioses y es capaz de fulminarnos desde lo alto de la misma manera, tan inesperada y arbitraria como devastadora.
Ayer se present¨® este Prometeu, espect¨¢culo que, como apuesta para abrir el Grec, ha hecho levantar alguna ceja. El director del festival, Ricardo Szwarcer, lo defendi¨® muy bien, como lo hicieron Portaceli, los actores (especialmente Carme Elias; algo de ella parece haber quedado impregnado de la p¨¦trea y fr¨ªa furia del tit¨¢n: valdr¨¢ la pena verla), el responsable de la m¨²sica en directo, Dani Nel¡¤lo, y el del espacio esc¨¦nico, Paco Azor¨ªn. El escen¨®grafo ha construido un no lugar fabuloso, ese C¨¢ucaso extremo a cuya monta?a Escitia ha sido encadenado a perpetuidad el tozudo Prometeo, un paisaje realmente impresionante. Carme Elias est¨¢ encerrada en una torre met¨¢lica, un ¨²ltimo faro finist¨¦rrico con grilletes imantados tipo Magneto. Alrededor agua, el mar, y detr¨¢s, la roca viva del escenario natural del anfiteatro. Habr¨¢ que verlo.
Portaceli destac¨® ayer el poder de los cl¨¢sicos griegos (no hab¨ªa hecho ninguno antes) y ella, el dramaturgo Pablo Ley y el traductor Feliu Formosa recalcaron que Heiner M¨¹ller, pese a que cofirma la pieza, no hizo sino traducir muy pulcra y fielmente la tragedia original de Esquilo. Entonces, para darle mayor ¨¦nfasis, comprensi¨®n e intencionalidad, se decidi¨® incluir en el espect¨¢culo un pr¨®logo que contextualiza el castigo de Prometeo y un ep¨ªlogo, "un grand finale" con la liberaci¨®n del tit¨¢n que procede de una obra del propio M¨¹ller, Zement. Portaceli no crey¨® necesario justificar que haga de Prometeo una mujer. "Prometeo es Carme Elias. Punto". El montaje, coproducci¨®n del Centro Dram¨¢tico Nacional (CDN), ir¨¢ al festival de M¨¦rida y se ver¨¢ luego en Madrid.
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