El lado humano de Aza?a

"Manuel Aza?a fue especialmente odiado por la derecha, no solo porque intent¨® acabar con los privilegios de la Iglesia y del Ej¨¦rcito, tambi¨¦n porque ven¨ªa de una buena familia y se hab¨ªa pasado al enemigo", explica el periodista valenciano Miguel ?ngel Villena, "pod¨ªa haber sido perfectamente un burgu¨¦s que viv¨ªa de rentas y se dedicaba a escribir". Pero no lo hizo.

Villena (1956), que ayer present¨® en Valencia su libro Ciudadano Aza?a. Biograf¨ªa del s¨ªmbolo de la II Rep¨²blica (Pen¨ªnsula, 2010), ha intentado acercar al lector, bajo la forma de un gran reportaje period¨ªstico, la figura de un gran estadista, el ¨²ltimo presidente de la Rep¨²blica espa?ola, tan brillante como olvidado, tan comprometido con la democracia como vilipendiado por la dictadura franquista. Pero lo hace desde el enfoque m¨¢s humano posible. "?Aza?a era un fumador empedernido? S¨ª ?Beb¨ªa mucho? No ?Le gustaban los toros? No ?Y el teatro? Mucho...". Por ello rastrea otros m¨¦ritos olvidados y las virtudes desconocidas de Aza?a (Alcal¨¢ de Henares, 1880-Montauban, 1940).

"Casi nadie sabe que gan¨® el Premio Nacional de Literatura"

"Es lamentable que no tenga un busto en el Congreso"

"Casi nadie sabe que Manuel Aza?a fue Premio Nacional de Literatura en 1926, por una biograf¨ªa de Juan Valera. Ni que escribe novela, diarios, teatro, que fue periodista, escribi¨® ensayo, fue cr¨ªtico de arte..."

Aza?a se qued¨® hu¨¦rfano a los 10 a?os y fue a un internado al Escorial. Y todo eso le marc¨®, "Siempre tiene un punto de tristeza, de melancol¨ªa", explica el periodista, "pero eso contrasta con la capacidad de dar un mitin para decenas de miles de personas y encandilar a las masas". Villena recuerda c¨®mo sus abuelos le contaban con admiraci¨®n el famoso mitin que dio en Mestalla en 1935, previsto en una desbordada plaza de toros.

Villena, con una larga trayectoria period¨ªstica en EL PA?S y autor tambi¨¦n de biograf¨ªas de Victoria Kent y Ana Bel¨¦n, hace hincapi¨¦ en la vinculaci¨®n de Aza?a con Valencia, ciudad que se convirti¨® durante la Guerra Civil en sede del Gobierno y a la que se trasladaba Aza?a a diario desde La Pobleta, junto a la cartuja de Portaceli.

"El gran rasgo de Aza?a es que es de los pocos intelectuales que sin querer el poder llega a ejercerlo". Y eso se convierte en su gran dama, porque siempre antepone la moral y la ¨¦tica a sus intereses. "En sus memorias a?ora no poder escribir por las tardes o ir al teatro".

El franquismo se encarniz¨® con su memoria, hasta la histeria de cambiar el nombre de un pueblo toledano denominado con el vocablo de origen ¨¢rabe Aza?a. Y as¨ª sigue. Pero Villena se queja m¨¢s del olvido en estos 30 a?os de democracia. "Es lamentable que Aza?a no tenga un busto en el Congreso cuando ha sido uno de los mejores oradores de su historia; que no tenga calles importantes con su nombre; o que en su tumba en Montauban no haya ning¨²n monumento del Estado espa?ol".