Miguel R¨ªos dice adi¨®s en Granada con un ¨²ltimo disco
Despu¨¦s de 50 a?os sobre los escenarios, el roquero granadino Miguel R¨ªos ha decidido poner punto y final a una carrera que lo ha convertido en una leyenda del rock espa?ol. As¨ª quiere ser recordado, lleno de vitalismo, con un car¨¢cter que contagia la alegr¨ªa y que es capaz de hacer saltar a miles de seguidores. De esa forma va a cerrar su trayectoria el emblema del rock espa?ol, con una peque?a gira que se llamar¨¢ Bye Bye R¨ªos Rock hasta el final.
La primera cita tendr¨¢ lugar el 17 de septiembre en Granada, en un concierto en el que contar¨¢ con la compa?¨ªa de muchos amigos sobre el escenario. La actuaci¨®n se convertir¨¢ en el ¨²ltimo disco de R¨ªos, el ¨¢lbum 30, que distribuir¨¢ EL PA?S. A la actuaci¨®n en su Granada le seguir¨¢n Barcelona (4 de noviembre) y Madrid (6 de noviembre).
"El hecho de escoger despedirme de un oficio del que dice la leyenda que no se va nadie ni con agua hirviendo s¨¦ que es chocante. No voy a explicar todas las razones por las que me apetece dejarlo, aunque mi madre tiene algo de culpa, ya que advirti¨® de que no deb¨ªa hacerme viejo en un escenario", aclar¨®.
Ahora, el futuro del roquero pasa por la literatura y la solidaridad. "He pensado poner en marcha una fundaci¨®n y escribir una autobiograf¨ªa, esos son mis pr¨®ximos proyectos", explic¨®. "No quiero convertirme en un rolling stone", a?adi¨®. Es la ¨²ltima vuelta al ruedo de Mike, que ten¨ªa que esconderse en los a?os sesenta cuando llegaba a su barrio -para que no se rieran de ¨¦l los vecinos, que no entend¨ªan nada de ingl¨¦s y bromeaban con su nombre- y el final de una carrera musical que ha influido a varias generaciones de roqueros. Ese final imposible solo pod¨ªa haberlo elegido ¨¦l. Ni el p¨²blico ni la enfermedad han podido echarlo de los escenarios. A sus 66 a?os seguir¨¢ en las autopistas y en las aventuras que m¨¢s le apasionen. Pero ya lejos del mundo del rock y de su adrenalina. "Hay pocas personas que puedan elegir su principio y su final. Tengo una ambici¨®n muy controlable y he sabido que un paso de tuerca a esa ambici¨®n pod¨ªa arruinar mi fama. Quiero vivir de civil, no desde la atalaya en la que estoy ahora". Eso ser¨¢ m¨¢s complicado. Aunque se echen a un lado, los viejos y grandes roqueros nunca mueren.
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