Wilders o el poder bien vale la moderaci¨®n

Geert Wilders, el l¨ªder populista de la derecha xen¨®foba holandesa, tiene el verbo f¨¢cil y maneja un lenguaje castizo que desarma a sus oponentes. Habla de las necesidades y temores de Henk e Ingrid (el equivalente a Pepe y Mar¨ªa), como si fuera el confidente del holand¨¦s medio que la pareja representa. Una vez compar¨® el islam con "el caballo de Troya de Europa, que, desbocado, acabar¨¢ por crear Eurabia". Sin perder la compostura, desde su 1,80 metros de altura, tambi¨¦n ha hecho confidencias en voz alta. Educado en el catolicismo al sur del pa¨ªs, se declara ateo. Pero con claras preferencias teol¨®gicas. "Los cristianos son mis aliados. Sepan que no odio a los musulmanes, sino al islam". El mi¨¦rcoles le votaron 1,5 millones de personas por haber prometido "menos islam y menos inmigrantes pobres o musulmanes, y m¨¢s seguridad e integraci¨®n".

Wilders quiere demostrar que su fama tiene por fin una base s¨®lida. Hasta d¨®nde moderar¨¢ sus promesas contra "la marea musulmana" es un misterio. Porque sus seguidores le apoyan por verbalizar sus miedos y buscar soluciones protectoras. Si consigue entrar en el nuevo Gabinete, podr¨ªa sacudirse tambi¨¦n los apodos que le adjudican. Le llaman Mozart y Capit¨¢n Oxigenado por su rubia cabellera te?ida. Un estudio sobre su genealog¨ªa sostiene que trata de suavizar la parte indonesia de su herencia gen¨¦tica. El padre de Wilders era un holand¨¦s aut¨®ctono gerente de una firma editora. Su madre naci¨® en Sukabumi, actual Indonesia y antigua colonia de los Pa¨ªses Bajos. Tambi¨¦n se ha dicho que su paso por un barrio deprimido le marc¨® hasta el revanchismo xen¨®fobo. ?l lo niega con soltura: "Detesto la violencia. Defiendo nuestra identidad".

Ian Buruma, escritor angloholand¨¦s experto en Asia, cree que "es un populista exc¨¦ntrico, simpatizante de Israel, que explota las contradicciones de la tolerancia holandesa". Wilders ya domina las palabras. Hoy reclama un pedazo de poder real.