El masoquismo
?Estamos permitiendo un retorno al business as usual y al politics as usual, o tendremos la lucidez de aprender de los errores y fragilidades?; ?tendr¨¢n que ser de nuevo los libros de historia los que nos cuenten lo que debimos aprender y no hicimos? Cuestiones como estas son las que aborda el profesor Tugores en un libro aparecido poco antes de que se vayan a cumplir los tres primeros a?os de las dificultades econ¨®micas que el mundo sufre y que hacen de ellas las m¨¢s profundas y largas desde hace ocho d¨¦cadas (Crisis: lecciones aprendidas... o no. Fundaci¨®n Centro de Estudios Internacionales y Marcial Pons).
La conocida se?al francesa que informa cerca de la v¨ªa ferroviaria que hay que cruzarla con cuidado, dado que un train peur cacher un autre, ?es aplicable a la gran recesi¨®n?; ?puede haber factores de crisis aparcados que afloren cuando parezca que se est¨¢ saliendo de la iniciada en julio de 2007? Son oportunos estos interrogantes cuando se observan diagn¨®sticos y pol¨ªticas tan dispares como las que ocupan otra vez a responsables p¨²blicos como los estadounidenses y los europeos, e incluso a los propios economistas.
Vuelve el debate sobre la prioridad: ?d¨¦ficit o crecimiento? ?Hemos aprendido las lecciones o repetimos los errores?
Un ejemplo de ello son las posiciones defendidas por el Nobel de Econom¨ªa Paul Krugman, o el presidente de la Reserva Federal (Fed), Ben Bernanke, uno de los mejores expertos en el estudio de las lecciones de la Gran Depresi¨®n de la d¨¦cada de los treinta. En uno de sus ¨²ltimos art¨ªculos, Krugman califica de "masoquismo" la "man¨ªa" de Europa de aprobar planes de austeridad fiscal cuando la zona todav¨ªa tirita y no ha salido del estancamiento, y se pregunta si hay alguien con sentido global que piense con profundidad c¨®mo afecta esto al crecimiento del mundo entero y, m¨¢s en concreto, de EE UU. Y concluye: "Amigos, esto se est¨¢ poniendo feo y EE UU necesita pensar c¨®mo aislarse del masoquismo europeo".
Bernanke, en una intervenci¨®n en la C¨¢mara de Representantes, opina exactamente lo contrario: se mostr¨® "animado" por la respuesta que est¨¢n dando los l¨ªderes europeos a la crisis, y aunque es partidario de mantener las medidas de est¨ªmulo implantadas por Obama -en EE UU hay economistas que defienden nuevos planes keynesianos de reactivaci¨®n-, se inquieta por el d¨¦ficit y la deuda p¨²blica americana. Seg¨²n estimaciones del Departamento del Tesoro, la deuda de EE UU se elevar¨¢ al 103% del PIB en el a?o 2015 (ahora es del 93%, m¨¢s de 30 puntos superior, por ejemplo, a la espa?ola).
?Hemos vuelto al tradicional combate intelectual entre quienes piensan que siempre el primer problema es el de los equilibrios macroecon¨®micos (alojados b¨¢sicamente en los bancos centrales y los centros de estudio conservadores) y aquellos, m¨¢s cercanos al sector productivo, que opinan que la prioridad es estimular el crecimiento y reducir el paro, como si en estos tres ¨²ltimos a?os no hubiera ocurrido nada en el mundo? Qu¨¦ de perplejidades sin resolver. -
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