El cl¨¢sico 'Starcraft' vuelve tras 12 a?os de silencio
Las razas en liza siguen siendo las mismas - Un servidor propio facilita las partidas entre jugadores - No habr¨¢ versi¨®n para las consolas
La fiebre de los revival, tan com¨²n en cine, televisi¨®n y c¨®mic, es uno de los males end¨¦micos del videojuego. Los avances tecnol¨®gicos consiguen que cualquier juego de los noventa tenga el aire de un viejo antepasado del que poco o nada se ha heredado. Al plantear una secuela, es complicado encontrar el justo equilibrio entre el absurdo de volver a hacer lo mismo una d¨¦cada despu¨¦s (para eso ya est¨¢n los emuladores) y el riesgo de cambiarle tanto la cara que no recuerde al original.
Starcraft, la epopeya futurista que enfrenta a tres razas por el control de la galaxia, regresa 12 a?os y 11 millones de copias despu¨¦s. Por el camino, la empresa californiana Blizzard se hizo con el control del rol online gracias a sus otras dos obras maestras: Diablo y Warcraft.
Frank Pearce, vicepresidente de Blizzard y uno de sus fundadores en 1991 (todo empez¨® en un garaje con dos amigos y el dinero de la abuela), explica: "Starcraft II se ha hecho para apoyar a nuestras comunidades". No habla de una secta, se refiere a los que siguen dedicando horas a deleitarse con el primer Starcraft, los que intercambian trucos en los foros y se compran en eBay camisetas, figurillas de acci¨®n o las cuatro novelas basadas en el juego.
El nuevo Starcraft tiene un parecido pasmoso con el viejo. Pura estrategia, muchas horas moviendo el puntero por la pantalla sin perder la concentraci¨®n, prestando atenci¨®n a los recursos y a las amenazas que aparecen en el mapa.
Las razas en liza siguen siendo las mismas (los humanos terran, los alien¨ªgenas protoss y los zerg, un virus que infesta los planetas por los que pasa). Esta ha sido una de las principales objeciones de los fans, que esperaban una nueva raza.
Lo ¨²ltimo que se sab¨ªa del relato de Starcraft (al que Blizzard dice dar mucha importancia) era que enigm¨¢ticos personajes estaban experimentando en probetas con h¨ªbridos de protoss y zerg. ?La gestaci¨®n del enemigo definitivo? Pues no.
M¨¢s all¨¢ de las apariencias (lo mismo de siempre, pero con gr¨¢ficos 3D), Starcraft II cuenta con las mejoras suficientes para que Pearce se encuentre absolutamente tranquilo: "No me preocupa que nuestro p¨²blico se lo tome como una simple actualizaci¨®n del original".
Diferentes objetivos
No se trata de completar una serie invariable de misiones en las que siempre hay que exterminar al enemigo, sino que todas tienen diferentes objetivos, algunos tan atractivos como asaltar el tren de mercanc¨ªas del ej¨¦rcito rival o competir junto a un volc¨¢n que entra en erupci¨®n cada dos minutos, abrasando a parte de nuestras unidades.
El men¨² principal ya no es un aburrido elenco de botones, sino el puente de mando de una nave interestelar, donde es posible reclutar mercenarios en una cantina (con jukebox incluido) o frecuentar el laboratorio para desarrollar tecnolog¨ªa alien¨ªgena.
Estas transiciones entre misi¨®n y misi¨®n -en total, 45 minutos de una calidad gr¨¢fica aceptable- son las que hacen progresar la trama, ayud¨¢ndonos a conocer a nuestro personaje, el capit¨¢n terran Jim Raynor.
Los efectos de sonido est¨¢n muy logrados, especialmente los de los repulsivos zerg, con sus desagradables gemidos de satisfacci¨®n al procrear. Pero el punto fuerte de Blizzard es su servidor Battle.net, que permite disfrutar de campeonatos en los que el jugador se enfrenta a otros de su mismo nivel para lograr galones online.
Starcraft II saldr¨¢ a la venta el 27 de julio por 60 euros, solo para PC y Mac. La exigencia de los fans, afilada al m¨¢ximo tras tantos a?os de espera, la ha tomado con algunos detalles que pueden hacer m¨¢s inc¨®modo el juego. En las batallas masivas, por ejemplo, resulta dif¨ªcil distinguir algunas unidades, con lo que se tarda m¨¢s en seleccionarlas y dar ¨®rdenes.
Pearce afirma que Blizzard cuenta con personal para rastrear la red e intentar mejorar a ra¨ªz de las cr¨ªticas que se van recopilando. Sin embargo, ninguna le inquieta. Ni siquiera las que apuntan a un cambio del ocio frente a una pantalla, cada vez m¨¢s interactivo, m¨¢s 2.0 y menos rat¨®n en la mano: "Proporcionamos una gran experiencia al jugador. Mientras sigamos consigui¨¦ndolo ser¨¢ mejor que la Wii".
Pearce, que puede completar Starcraft II en 30 horas, anuncia ya las secuelas de la secuela: dentro de un a?o una ampliaci¨®n permitir¨¢ controlar el juego no solo como terran, sino tambi¨¦n como protoss; dentro de dos, como virus zerg. ?Repetir la f¨®rmula una y otra vez? "No. Estamos haciendo los juegos a los que nos gusta jugar".
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