Obama obliga a BP a pagar por el vertido
La petrolera brit¨¢nica aportar¨¢ m¨¢s de 16.000 millones para compensar los da?os - El fondo para los damnificados ser¨¢ administrado por un comit¨¦ independiente
Barack Obama encontr¨® finalmente, rememorando sus propias palabras, el culo al que patear. Los ejecutivos de BP, puestos contra la pared del Despacho Oval, donde el l¨ªder m¨¢s poderoso del mundo los cit¨® para aclarar cuentas, aceptaron resignadamente aportar la cantidad de 20.000 millones de d¨®lares (16.300 millones de euros) para salvar el golfo de M¨¦xico y la presidencia de Obama, a cambio, quiz¨¢, de poner en peligro la propia supervivencia de la compa?¨ªa brit¨¢nica.
Fue un espect¨¢culo nunca visto en Washington. Los seis principales ejecutivos de una de las mayores petroleras del mundo, incluido su lenguaraz consejero delegado, Tony Hayward, llegaron poco despu¨¦s de las diez de la ma?ana a la Casa Blanca, acompa?ados por sus abogados, para someterse a la reprimenda del maestro, del pueblo, de la conciencia mundial, de Obama, actuando ayer en todos esos papeles.
"Estoy convencido de que BP cumplir¨¢ sus compromisos", dice el presidente
El Gobierno quiere aprovechar la crisis para hacer una reforma energ¨¦tica
No ten¨ªan escapatoria. Los responsables de BP, la compa?¨ªa propietaria de la plataforma accidentada hace casi dos meses, son, en estos momentos, el blanco del odio universal. No tienen m¨¢s margen que el de aceptar lo que les pidan, callar, esperar a que pase la tormenta pol¨ªtica actual y despu¨¦s, solo despu¨¦s, intentar maniobrar para esquivar algunas indemnizaciones. Algunos afectados por la marea negra provocada por el Exxon Valdez en 1989 han cobrado hace pocos meses. Obama quiere asegurarse de que eso no pase ahora y ha puesto cerco a la petrolera. "Estoy absolutamente convencido de que BP ser¨¢ capaz de hacer frente a sus obligaciones", declar¨® el presidente.
Algunos de sus compa?eros dem¨®cratas y muchos de sus votantes en la izquierda le ped¨ªan m¨¢s: quer¨ªan la nacionalizaci¨®n de la empresa y la confiscaci¨®n de sus bienes. Se entiende toda la pasi¨®n desatada por la cat¨¢strofe, pero la Casa Blanca tiene que actuar tambi¨¦n teniendo en cuenta otras consideraciones. No se puede apretar a BP, cuyas acciones ya han perdido la mitad de su valor desde el inicio de esta crisis, hasta el punto de que la empresa sea incapaz de hacer frente incluso a las indemnizaciones m¨¢s evidentes.
El fondo de 16.300 millones acordado, que coincide con la suma propuesta por el Congreso y se sumar¨¢ a los 1.000 millones que BP lleva gastados en la limpieza del vertido, es ya una apuesta de alto riesgo para el futuro de la empresa. Pendiente de algunos detalles, el pacto alcanzado dar¨¢ a BP varios a?os para inyectar dinero en ese fondo sin perder por completo la confianza de los mercados. La empresa tiene que encontrar el mecanismo para satisfacer las reclamaciones que se acumular¨¢n -el n¨²mero de personas que pueden considerarse afectadas directa o indirectamente es infinito- sin arruinar a sus accionistas, muchos de ellos pensionistas ingleses. Por el momento, la empresa ya anunci¨® que no pagar¨¢ m¨¢s dividendos este a?o.
El fondo ser¨¢ administrado por Kenneth Feinberger, un experto en la materia que ya gestion¨® las compensaciones a las v¨ªctimas del 11-S. Entre las responsabilidades de Feinberger, que actualmente ocupa un delicado cargo oficial como controlador de los sueldos de los directivos de empresas con ayuda p¨²blica, estar¨¢ la de asegurarse que BP cumple con los plazos de dep¨®sito sin demoras, sin excusas y bajo cualquier circunstancia. Adem¨¢s, si el tiempo demuestra que la cantidad destinada al fondo es insuficiente, se exigir¨¢ su ampliaci¨®n.
No es un momento para reclamar prudencia a la Casa Blanca. El presidente ha sido criticado por su frialdad en el manejo de la crisis -un 52% del electorado critica su gesti¨®n, seg¨²n un sondeo- y se ha puesto en pie de guerra para superar este momento, el peor de su a?o y medio de gesti¨®n. "Lucharemos contra este vertido con todo lo que tengamos a nuestra disposici¨®n y durante el tiempo que sea preciso", dijo Obama, en la noche del martes, en su primer discurso a la naci¨®n desde el Despacho Oval. La ¨²ltima vez que un presidente habl¨® sobre energ¨ªa en ese mismo escenario fue Jimmy Carter, en 1979, durante la crisis del petr¨®leo provocada por la OPEP. Ya entonces se vislumbraba el peligro de la excesiva dependencia mundial de ese producto y la necesidad de energ¨ªas alternativas. Poco se ha hecho en los 30 a?os transcurridos.
Obama ahora quiere aprovechar la sensibilidad recrudecida por el vertido de BP para hacer de la reforma energ¨¦tica, como dijo en su intervenci¨®n ante las C¨¢maras, una prioridad. La Casa Blanca se ha puesto ya a trabajar con los l¨ªderes del Congreso para acelerar la elaboraci¨®n de esa ley y tenerla lista, si es posible, antes de que acabe el a?o.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.