El jefe de BP admite en el Congreso que el vertido "nunca debi¨® ocurrir"
El primer ejecutivo de la petrolera brit¨¢nica pide disculpas a Estados Unidos
Tony Hayward, el brillante consejero delegado de BP s¨²bitamente convertido en el mayor villano de Washington, ha pedido desde el Congreso y bajo juramento disculpas a todo el pueblo de EE UU por el accidente que su compa?¨ªa sufri¨® hace exactamente 60 d¨ªas en el golfo de M¨¦xico, algo que, seg¨²n ¨¦l mismo admiti¨®, "nunca debi¨® haber ocurrido". Los congresistas, que han sometido al interrogado a una despiadada andanada de reproches, le han acusado de negligencia y le han exigido la reparaci¨®n de todo el da?o causado.
Hayward es un personaje singular y este jueves, dadas las terribles circunstancias en las que comparec¨ªa en el Capitolio, ha actuado con razonable elegancia. Cuando empezaba a hablar, una mujer del p¨²blico se ha untado sus manos en petr¨®leo y, antes de ser expulsada, ha pedido la c¨¢rcel para el ejecutivo de BP.
Pocas personas, fuera del c¨ªrculo de la industria a la que pertenece, hab¨ªan o¨ªdo hablar de Hayward hasta hace unos pocos d¨ªas. ?l mismo disfrutaba discretamente de su ascenso, hace tres a?os, a la m¨¢xima jerarqu¨ªa de una de las mayores empresas del mundo y de un salario de cerca de cinco millones de d¨®lares anuales hasta que se vio situado en el ojo de este enorme hurac¨¢n. "Quiero recuperar mi vida", ha dicho, con ese irritante cinismo ingl¨¦s, cuando la plataforma a su cargo llevaba ya un mes derramando petr¨®leo desde el fondo submarino.
No es que Hayward carezca a los 53 a?os de experiencia en situaciones dif¨ªciles. Dirigi¨® los trabajos de su empresa en Colombia y en Venezuela, que no son plazas sencillas, y fue el encargado de negociar con las autoridades de Rusia la introducci¨®n de BP en ese pa¨ªs, que tampoco debe de ser una gesti¨®n rutinaria.
Pero nunca se hab¨ªa visto, desde luego, en la posici¨®n de que el propio presidente de EE UU recomiende su destituci¨®n o que cientos de investigadores del Congreso escarben en sus papeles privados con intenci¨®n de llevarlo ante los tribunales. No han encontrado nada de ese calibre. No, todav¨ªa. Pero s¨ª suficiente material como para acusarle de una negligente indiferencia ante los problemas de seguridad que afectaban a la plataforma hundida.
"No hemos visto ni una sola prueba de que usted prestara atenci¨®n a los tremendos riesgos que BP estaba tomando. Hemos revisado 30.000 p¨¢ginas de documentos de BP, incluidos sus propios correos electr¨®nicos personales, y no hay un simple e-mail, un solo papel, que muestre que usted prestara la m¨¢s m¨ªnima atenci¨®n a los peligros en que se encontraba la tuber¨ªa", ha dicho el representante dem¨®crata Henry Waxman, presidente del comit¨¦ ante el que Hayward prest¨® testimonio.
Otro dem¨®crata, Bart Stupak, le ha recordado sus palabras sobre el deseo de recuperar su vida y le ha dicho que no se preocupara, que estaba convencido de que lo conseguir¨ªa. Es m¨¢s, que "seguramente podr¨ªa volver pronto a su Inglaterra natal protegido por un contrato multimillonario". Una cierta reproducci¨®n de viejas rivalidades nacionalistas entre los norteamericanos y el imperio contra el que se levantaron est¨¢ presente en esta crisis.
En su comparecencia, Hayward ha tratado de ser humilde y solidario con el pueblo perjudicado por su empresa. No ha podido cambiar su educado acento de Eaton, pero ha intentado evitar la petulancia que a veces le acompa?a. "Comprendo enteramente la gravedad de la situaci¨®n", ha declarado, "mi tristeza aumenta en la medida en que el desastre contin¨²a".
Pero los congresistas han exigido algo m¨¢s que bonitas palabras. Le han recordado que, en los ¨²ltimos cinco a?os, se hab¨ªan recibido 760 denuncias por problemas de seguridad de BP, mientras que otras empresas de petr¨®leo apenas tuvieron una docena. Hayward ha reconocido que entre 2005 y 2006 hab¨ªan sufrido algunos incidentes en sus instalaciones, pero que estos hab¨ªan sido sustancialmente resueltos.
El consejero de BP ha admitido su responsabilidad por lo sucedido hace dos meses, pero no ha podido explicar las razones por las que ocurri¨® porque ha dicho desconocerlas. Adem¨¢s del fondo de 20.000 millones de d¨®lares que se comprometi¨® a crear el mi¨¦rcoles en su reuni¨®n con Barack Obama, Hayward ha prometido que su empresa va a dedicar "todos los recursos disponibles" para reparar lo destruido y compensar por los perjuicios causados.
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