"El Mundial del bar de Me?aka"

El primer Mundial que recuerdo es el de 1966, en Inglaterra. Por entonces, ten¨ªa nueve a?os y la ¨²nica televisi¨®n del pueblo era la del bar de la plaza del Ayuntamiento de Me?aka (Vizcaya).

El ambiente del bar, por m¨¢s que el pueblo no tuviera intereses en los participantes -Espa?a cay¨® en la primera fase-, era de lo m¨¢s caldeado. En todos los partidos hab¨ªa divisi¨®n de opiniones. Todo empez¨® en los cuartos de final, cuando Corea arranc¨® con tres goles a favor sobre Portugal. "Tranquilo que ahora el negro empieza a meter goles", me dijo un aldeano, sabedor de que ya me hab¨ªa enamorado del f¨²tbol de Eusebio. As¨ª fue; replic¨® con cuatro dianas. Luego lleg¨® la final y me aclar¨® que el f¨²tbol no siempre es justo. Entend¨ª como ilegal el pol¨¦mico gol del ingl¨¦s Hurst, que rebot¨® en el larguero y del que todav¨ªa se discute su validez. No comprend¨ª tal injusticia porque Alemania, con mejor f¨²tbol, mereci¨® ganar.

Tambi¨¦n lo mereci¨® Eusebio, a quien me encontr¨¦ a?os despu¨¦s en un partido del Celta contra el Benfica. Al contarle la an¨¦cdota del bar, ¨¦l se sincer¨®: "?Qu¨¦ tiempos aquellos!".