La innovaci¨®n es el ¨²nico camino

Espa?a ha mostrado desde su ingreso en la UE un extraordinario crecimiento. En 2006 nuestra renta per c¨¢pita en d¨®lares era un 344% de su valor en el a?o 1986. La evoluci¨®n de la renta en el mismo periodo fue del 172% para Alemania, 165% para Francia, 189% para Italia y 295% para Reino Unido. A?o tras a?o, y atravesando varias crisis, nuestra econom¨ªa ha superado ampliamente el crecimiento de los pa¨ªses m¨¢s desarrollados de nuestro entorno.

La actual crisis est¨¢ sembrando dudas, por desgracia en ocasiones de forma intencionada y deslealmente interesada, sobre la solidez y capacidad de nuestro tejido productivo. Un aspecto que conviene no olvidar es que la crisis no se ha originado en Espa?a, sino en el sistema financiero de Estados Unidos, extendi¨¦ndose r¨¢pidamente a los dem¨¢s pa¨ªses occidentales.

El reto no es recuperar el crecimiento, sino la transformaci¨®n radical de nuestra econom¨ªa

Curiosamente, las empresas basadas en la innovaci¨®n interpretan la crisis como una oportunidad. A modo de ejemplo, podemos ver c¨®mo la farmac¨¦utica espa?ola Grifols acaba de adquirir a un fuerte competidor, la norteamericana Talecris, por 3.300 millones de euros, posicion¨¢ndose as¨ª como la tercera multinacional de hemoderivados del mundo. O Telef¨®nica, que en mitad de la crisis est¨¢ realizando una oferta de 6.500 millones de euros por la operadora de m¨®viles brasile?a Vivo.

Es incuestionable que la econom¨ªa espa?ola se recuperar¨¢ y saldr¨¢ fortalecida. Pero el verdadero reto al que nos enfrentamos no es la recuperaci¨®n, con la importancia que ello tiene, sino la transformaci¨®n radical de nuestra econom¨ªa para poder continuar con un elevado crecimiento en los pr¨®ximos 20 a?os.

Para ello debemos alcanzar el objetivo fijado por el Gobierno de transformar nuestra econom¨ªa en sostenible, basada en la innovaci¨®n y el conocimiento, fuertemente internacionalizada, con una balanza tecnol¨®gica positiva y empleo de trabajo de alto valor a?adido. Una econom¨ªa capaz de atraer y retener talento internacional.

Desde 2004, el Gobierno ha promovido esta transformaci¨®n incrementando fuertemente el apoyo de la I+D+i, y dise?ando nuevos mecanismos de cambio estructural. Ahora, en 2010, desde el Ministerio de Ciencia e Innovaci¨®n se ultima la estrategia estatal de innovaci¨®n (e2i), que establece un plan plurianual a lo largo de cinco ejes, basado en un profundo cambio estructural de nuestro actual modelo socioecon¨®mico y cultural. Hemos de transformar Espa?a en uno de los mejores lugares del mundo para innovar.

Este cambio promovido por la e2i debe afectar a numerosos elementos de la sociedad, entre los que puedo citar: la percepci¨®n social de la innovaci¨®n; la valoraci¨®n del ¨¦xito empresarial-tecnol¨®gico; la valoraci¨®n, tambi¨¦n, del fracaso; los mecanismos de defensa de la propiedad intelectual; una ense?anza Primaria y Secundaria biling¨¹e en ingl¨¦s, y orientada a la creatividad, la iniciativa y el esp¨ªritu emprendedor; el fomento de la compra p¨²blica innovadora; la orientaci¨®n empresarial hacia la innovaci¨®n y los mercados internacionales; la cooperaci¨®n y b¨²squeda de sinergias entre las Administraciones; el fomento de la inversi¨®n privada en I+D+i, y de la actividad empresarial orientada a la innovaci¨®n; un entorno cient¨ªfico de excelencia, que contribuya activamente a la aplicaci¨®n comercial de sus descubrimientos; una educaci¨®n superior de calidad, competitiva internacionalmente, que atrae a los mejores talentos internacionales a nuestras universidades.

Pero esto no es tarea solo del Gobierno, es tarea de todos nosotros.

Arturo Azcorra es director general del Centro para el Desarrollo Tecnol¨®gico Industrial (CDTI).