Cante de caramelo
Cante dulce, cante de caramelo, el que nos brind¨® el hijo de Juan Valderrama, en un espect¨¢culo ideado como homenaje al mismo y otros maestros de su tiempo: Pepe Marchena, Manolo Caracol, La Ni?a de los Peines, La Ni?a de la Puebla, Manuel Vallejo, Porrina de Badajoz... Y don Juan Valderrama, seg¨²n las palabras de su hijo, "el mejor cantaor de la historia".
Sobre un tejido de m¨²sicas diversas, todas flamencas por supuesto, Juan Valderrama hijo fue creando una red de cantes que tuvieron el denominador com¨²n de la dulzura, de la extremada dulzura incluso. Juan Valderrama hijo mima con su voz la forma de hacer el cante que ten¨ªa su padre, aunque obviamente no llega todav¨ªa al grado de perfecci¨®n que alcanzaba este en ocasiones. Canta, el hijo, con voz natural, que de pronto agudiza de forma casi agresiva, y sigue en esa tonalidad un tiempo, lo que resta flamencura a su forma de hacer. Un cante, en definitiva, bastante bien hecho pero que carece de la jondura que a veces esperamos.
Valderrama: Maestros.
Cante: Juan Valderrama hijo. Toque: Daniel Casares y Juan Habichuela. Piano: Laura de los ?ngeles. Chelo: Rafael Dom¨ªnguez. Viola: Alexander Tronchinsky. Viol¨ªn: Amaya Barrachina. Madrid, Teatros del Canal, 17 de junio.
Juan Valderrama hijo era la primera vez que hac¨ªa un repertorio flamenco, lo que le hab¨ªa tenido muy nervioso seg¨²n confes¨®. Comenz¨® por la farruca y el garrot¨ªn, dos cantes que se adaptan bien a sus facultades, y que hizo con bastante acierto. Cant¨®, dentro de esa l¨ªnea de dulzura a que antes he aludido, tres cantes de los llamados de ida y vuelta o americanos: vidalita, guajira y colombiana; cantes que van muy bien con su forma de cantar, y que ¨¦l bord¨® casi. Los campanilleros -"un cante que debiera ser el himno de Andaluc¨ªa", en palabras del propio cantaor- tambi¨¦n tuvieron su lugar. El preg¨®n del uvero, que en tiempos hizo singularmente Manuel Vallejo, sigui¨® a continuaci¨®n. Hizo tambi¨¦n dos estilos poco frecuentados: los cantes de ara, o temporeras, y los cantes de trilla. En un momento sali¨® Juan Habichuela, acompa?ante del padre en muchas ocasiones, y le toc¨® para unas malague?as bien dichas. Al final, con una silla y un sombrero centrando el escenario en una imagen que recordaba a su padre, cant¨® por sole¨¢ con inserciones cantadas por este, que result¨® de gran emotividad.
El espect¨¢culo estuvo bien presentado, con sobriedad y encanto. En el tel¨®n de fondo salieron las fotos de los maestros en los momentos m¨¢s culminantes en que se hablaba de ellos, pues Juan Valderrama hijo fue entreverando sus cantes con parlamentos alusivos. Sobre todo a su padre, l¨®gicamente. Daniel Casares acompa?¨® acertadamente, y la pianista Laura de los ?ngeles tuvo un solo bastante notable. Una cosa que no gust¨® fue que Juan Valderrama hijo introdujera textos hablados en algunos de los cantes, algo que en una ¨¦poca tuvo predicamento pero que est¨¢ desfasado.
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