La fuerza de la palabra

Con Jos¨¦ Saramago desaparece un novelista en¨¦rgico, comprometido con la fuerza de la palabra. Sus libros son testimonio de ello. Intensos, arrebatados, desvelan la precisi¨®n visionaria de quien escrib¨ªa desde dentro, invocando una pasi¨®n ¨ªntima que surg¨ªa de la imaginaci¨®n, pero que no renunciaba a tener los pies en la tierra, palpando sus contradicciones y sus injusticias. S¨¦ que no compart¨ªamos el mismo horizonte pol¨ªtico. ?l cre¨ªa en unos ideales que no son los m¨ªos, pero eso no impide que aprecie en su obra la convicci¨®n compartida de que la dignidad del hombre, m¨¢s all¨¢ de las diferencias, siempre cuenta. Sus personajes mostraban esta forma de pensar. En ellos lat¨ªa un aliento pesimista que dejaba abierta una puerta a la esperanza, a la espera de que el lector sacara sus propias conclusiones acerca de su conducta: de lo que hac¨ªa con su vida y de c¨®mo lo hac¨ªa. El a?o de la muerte de Ricardo Reis, Memorial del convento o Ensayo sobre la ceguera son ejemplos de este proceder literario. Saramago fue uno de los grandes escritores del siglo XX y un gran amigo de Espa?a. El reconocimiento internacional que mereci¨® su obra fue, tambi¨¦n, un homenaje esperado al portugu¨¦s: una lengua portentosa, bella y f¨¦rtil desde sus or¨ªgenes; una lengua pr¨®xima, ¨ªntima, hermana, como el pueblo que la habla y que siente a trav¨¦s de ella.

Mariano Rajoy preside el Partido Popular.