El ¨¢rbitro frena a EE UU

Faltaban apenas tres minutos para llegar al descanso cuando Ljubijankic se plant¨® solo ante Howard y le bati¨® por bajo. El delantero esloveno celebr¨® el tanto, que supon¨ªa el 2-0, con la falta de firmeza con que se celebran las conquistas inmerecidas. En ese instante, los eslovenos estaban aritm¨¦ticamente clasificados para los octavos de final. Demasiado premio para un juego discreto.

Los estadounidenses interpretaron la segunda mitad como un todo o nada. No quer¨ªan poner el punto final a su andadura y se esmeraron para prolongar los puntos suspensivos. Los eslovenos a¨²n estaban replante¨¢ndose su paradis¨ªaco escenario cuando Donovan se col¨® hasta la cocina con una diagonal que culmin¨® fusilando a bocajarro a Handanovic. A Eslovenia le pudo el miedo y la valent¨ªa estadounidense encontr¨® la recompensa con el empate de Bradley, hijo del seleccionador.Todav¨ªa quedaba tiempo y Estados Unidos carg¨® su ofensiva hasta el final. As¨ª lleg¨® la pol¨¦mica. Donovan colg¨® un bal¨®n al centro del ¨¢rea, que se convirti¨® en una pista de baile. Edu remat¨® a puerta y logr¨® el gol que culminaba la remontada. El colegiado mal¨ª Koman Coulibaly puso fin a la fiesta con un pitido indescifrable. No se apreci¨® nada punible. Eslovenia no refrend¨® la sorpresa. Estados Unidos no culmin¨® la proeza.