Derry y Ferrol
Para alguna gente, en Espa?a, la palabra "memoria" se ha vuelto sospechosa. Dices "memoria" en un caf¨¦ y ves rostros que se giran torvos. Es asombroso que una palabra as¨ª viva en la atm¨®sfera con un estigma. Sin embargo, en muchos medios al¨¦rgicos a la "memoria" se ha destacado con loable normalidad informativa que el premier conservador brit¨¢nico pide perd¨®n a las v¨ªctimas y reconoce la verdad del Bloody Sunday, despu¨¦s del demoledor Informe Saville. La investigaci¨®n desmonta la gran mentira de la versi¨®n oficial mantenida durante a?os. Lo ocurrido el 30 de enero de 1972 en Derry, en Irlanda del Norte, durante una manifestaci¨®n por los derechos civiles, fue una matanza de inocentes y no un enfrentamiento. En la prensa espa?ola se han sugerido algunos paralelismos hist¨®ricos, pero siempre referidos a otros pa¨ªses. A m¨ª me retumban los tiros en los t¨ªmpanos. Pocos d¨ªas despu¨¦s de aquel Domingo Sangriento, el 10 de marzo de 1972, una manifestaci¨®n de trabajadores fue baleada por la polic¨ªa franquista en el entonces llamado Ferrol del Caudillo. Corr¨ªa sangre por las calles de la ciudad natal del dictador. Murieron dos obreros. A uno le reventaron la cabeza. Al otro, el coraz¨®n. Y m¨¢s de medio centenar quedaron con heridas muy graves, v¨ªctimas de los "disparos al aire", seg¨²n las soeces informaciones gubernativas. Ning¨²n manifestante iba armado. Iban a cuerpo descubierto, aquella ma?ana de plomo. Se manifestaban por sus derechos laborales y por las libertades de todos. No hubo ninguna investigaci¨®n. No compareci¨® ning¨²n juez. Me equivoco. Decenas de v¨ªctimas fueron detenidas, sometidas a tormento, incluso estando heridas, y muchas condenadas a a?os de prisi¨®n. ?ramos estudiantes de instituto. Fuimos a un funeral, con la iglesia cercada por furgones policiales. El sacerdote tuvo la valent¨ªa de decir los nombres de los muertos: Amador Rey y Daniel Niebla. Mis respetos por su decencia, se?or David Cameron.
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