Emotivo y algo cursil¨®n

Victoria de Suecia escribi¨® un final feliz en su particular historia de amor. La heredera del trono, de 32 a?os, contrajo matrimonio ayer con su pr¨ªncipe azul, Daniel Westling, de 36, al que conoci¨® hace ocho a?os cuando ¨¦l era su entrenador personal y ella luchaba por salir de una anorexia. En el siglo XXI los cuentos de princesas parece que existen y la monarqu¨ªa tiene sentido, en parte, porque hay gente a la que le gustan estas historias.

Fue en la catedral de San Nicol¨¢s, la misma en la que contrajeron matrimonio sus padres, los reyes Carlos Gustavo y Silvia, donde Victoria y Daniel se dijeron "s¨ª, quiero" ante cerca de 1.500 invitados, entre ellos representantes de todas las casas reales del mundo. En las primeras filas del templo, las Reinas de Espa?a, Holanda, Dinamarca y los reyes de Noruega, B¨¦lgica y Jordania, y, por supuesto, los padres de la novia, los reyes de Suecia. Tambi¨¦n todos los pr¨ªncipes herederos, un club al que pertenece Victoria y desde ayer tambi¨¦n Daniel. No hay duda de que esta boda real, la primera que se celebra tras la de los pr¨ªncipes de Asturias hace seis a?os, es por amor. Los novios lo dejaron claro. Durante la ceremonia ella derram¨® alguna que otra l¨¢grima y a ¨¦l le temblaron tanto las manos que hubo momentos de incertidumbre a la hora del intercambio de anillos.

Victoria luci¨® un vestido blanco perla de terciopelo de manga corta dise?ado por el sueco P?r Engsheden. Un modelo muy sencillo y favorecedor que se complementaba con una tiara de la familia real sueca, de la que sal¨ªa un velo, el mismo que llev¨® su madre, la reina Silvia, en su boda en 1976.

Se oyeron risas cuando el oficiante se dirigi¨® a Daniel y le llam¨® pr¨ªncipe -adem¨¢s tambi¨¦n es ahora duque de V?ster-g?tland- y hubo sorpresa cuando antes de abandonar el templo se escuch¨® una melod¨ªa moderna y por supuesto rom¨¢ntica que, al parecer, es la canci¨®n favorita de la pareja. Tras una hora de ceremonia los reci¨¦n casados recorrieron la ciudad. Primero, en un coche de caballos y luego, en barco hasta llegar al palacio real donde la pareja fue vitoreada por cientos de personas. Y es que la boda real ha logrado las simpat¨ªas hasta de los l¨ªderes pol¨ªticos suecos partidarios de la rep¨²blica, que defendieron a Victoria cuando el rey se opuso al matrimonio y llegaron a comparar su situaci¨®n a la que sufren mujeres bajo un burka.

La boda ha costado un mill¨®n de euros, sufragados por el Gobierno sueco y la casa real. Habr¨¢ una auditor¨ªa de las cuentas. Adem¨¢s, por expreso deseo de los novios y atendiendo a razones medioambientales, durante los festejos no se lanzaron fuegos artificiales, ni globos ni confeti y los invitados se desplazaron en autobuses ecol¨®gicos.