Una jefa sin peso ni galones
La polic¨ªa sit¨²a a la inexperta Iratxe Sorzabal en la c¨²pula de una ETA quebrada y muy d¨¦bil
Tras la detenci¨®n hace un mes de Mikel Carrera, las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado apuntan, merced a la documentaci¨®n incautada a los terroristas, que su sucesor al frente de ETA podr¨ªa ser una mujer. Se trata de Iratxe Sorzabal, de 38 a?os, natural de Ir¨²n (Guip¨²zcoa). Sorzabal se apoyar¨ªa a su vez en otra mujer, Izaskun Lesaka.
S¨®rzabal milita la organizaci¨®n terrorista desde los a?os 90. La polic¨ªa le atribuy¨® entonces la participaci¨®n en tres atentados mortales: el de Josefina Corresa, asesinada en diciembre de 1995 al explotar un artefacto en el Corte Ingl¨¦s de Valencia; el del jefe de Informaci¨®n de la Ertzaintza, Ram¨®n Doral, en marzo de 1996; y el del polic¨ªa Eduardo L¨®pez Moreno, a finales de 1994 en Endarlaza (Navarra).
La nueva jefa de la organizaci¨®n tiene 38 a?os y se apoya en Izaskun Lesaka
Tras ser detenida en 2001, denunci¨® torturas; posteriormente fue absuelta por los tribunales. En ese momento era portavoz de Gestoras Proamnist¨ªa, la organizaci¨®n que defiende los intereses de los presos etarras. Luego pas¨® a la clandestinidad, hasta que fue detenida en Francia, donde estuvo encarcelada tres a?os.
Sorzabal no es la ¨²nica mujer que ha ocupado cargos relevantes en la direcci¨®n de ETA. A finales de los a?os 70, Dolores Catarain, Yoyes, fue dirigente de ETA militar antes de desvincularse de la banda, lo que motiv¨® que un pistolero de la organizaci¨®n la asesinara en su pueblo, Ordizia (Guip¨²zcoa) en 1986. En tiempos m¨¢s recientes, Soledad Iparraguirre, Amboto, form¨® parte de la direcci¨®n de la banda antes de ser detenida en octubre de 2004 junto a su pareja, Mikel Antza, m¨¢ximo dirigente en aquel momento.
Pero la ETA en la que militaron Yoyes, e incluso la de Amboto, nada tienen que ver con la de Sorzabal y Lesaka. La organizaci¨®n terrorista est¨¢ ahora profundamente debilitada y dividida. El propio historial de las presumibles jefas de la banda lo delata. Es la expresi¨®n de una ETA languideciente, en la que el ¨²ltimo de sus dirigentes de alguna importancia y cierta experiencia fue precisamente Mikel Carrera.
Su arresto ha dejado por primera vez a la banda sin una direcci¨®n clara. Hasta entonces los jefes preparaban a sus sucesores, que los sustitu¨ªan de inmediato cuando eran detenidos. Carrera carece sin embargo de sucesor. Es en ese vac¨ªo de poder en el que asoman la cabeza Iratxe S¨®rzabal e Izaskun Lesaka.
En esta misma direcci¨®n, un informe de los servicios de la lucha antiterrorista fechado en marzo se?alaba que "la direcci¨®n de ETA ha expresado en varias ocasiones su preocupaci¨®n por carecer de banquillo". Un elevado porcentaje de los activistas clandestinos, seg¨²n el informe, procede de la violencia callejera (la conocida como kale borroka) y presentan, a decir de los terroristas m¨¢s veteranos, un ¨ªnfimo nivel de preparaci¨®n para la lucha armada y un p¨¦simo grado de ideologizaci¨®n. El resultado ha sido que en solo dos a?os han ca¨ªdo alrededor de dos centenares de etarras en Francia y Espa?a.
Las dificultades para regenerar la banda quedan reflejadas en este p¨¢rrafo del citado informe: "Cada vez son m¨¢s los miembros de la kale borroka que se ven obligados a huir de la acci¨®n de la justicia y que no desean integrarse en ETA, alegando motivos de poco peso: no estar capacitado, querer llevar una vida junto a su compa?era, situaci¨®n psicol¨®gica...".
El da?o infligido por la polic¨ªa ha afectado a todas las estructuras de la banda. No s¨®lo ha sido detenida su c¨²pula. Tambi¨¦n han sido tocados todos sus aparatos, hasta los segundos y terceros escalones de mando, y su propia retaguardia, con la entrega a Espa?a en los ¨²ltimos tres a?os de 66 militantes de ETA residentes en el extranjero.
La banda terrorista que heredan Sorzabal y Lesaka est¨¢ adem¨¢s cuarteada a consecuencia de sus divisiones internas, que ya se dejaron notar en 2006 con motivo de la anterior declaraci¨®n de tregua. De los cinco miembros de la direcci¨®n etarra, dos votaron en contra -Mikel Carrera y Garikoitz Aspiazu, Txeroki-, y otros tres, los pol¨ªticos, a favor -Javier L¨®pez Pe?a, Thierry; Igor Suberbiola, y un tercero no determinado-.
Posteriormente, se produjo una lucha de poder que se zanj¨® con la expulsi¨®n de Txeroki y Carrera por Thierry y los otros pol¨ªticos. Pero la detenci¨®n, en mayo de 2008, del propio Thierry y de su grupo, en Burdeos (Francia), permiti¨® recuperar las riendas del poder a Txeroki y Carrera hasta su detenci¨®n.
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