El calvario de Tony Hayward
Odiado en EE UU, el jefe de BP personifica la crisis del golfo de M¨¦xico
La acartonada declaraci¨®n de Tony Hayward ante el Congreso de Estados Unidos fue una visi¨®n dolorosamente predecible. Pero al menos no hubo fallos. Aunque sus t¨¢cticas obstruccionistas enojaron a los legisladores, tambi¨¦n ayudaron al dirigente de BP a evitar meteduras de pata que podr¨ªan haber dejado a la principal empresa petrolera de Reino Unido en una situaci¨®n a¨²n m¨¢s vulnerable.
Declarar ante el Congreso es como la costumbre medieval de poner a los delincuentes en el cepo. Los l¨ªderes de los bancos o empresas automovil¨ªsticas en bancarrota saben que su papel es sencillamente aguantar el chaparr¨®n. El desaf¨ªo de Hayward era particularmente dif¨ªcil. Desafortunadamente, se ha convertido en una figura odiada en todo el mundo y la personificaci¨®n de la crisis del golfo de M¨¦xico. El menor fallo podr¨ªa haber avivado la ira pol¨ªtica contra BP.
Ir a lo seguro quiz¨¢ haya sido la mejor estrategia de Hayward. El brit¨¢nico, visiblemente cansado, logr¨® evitar cualquier muestra ambigua de regocijo cuando un activista cubierto de petr¨®leo fue expulsado a empujones de la sesi¨®n por gritar durante el principio de su declaraci¨®n. Escuch¨® con la debida solemnidad casi una docena de reprimendas verbales id¨¦nticas de congresistas indignados. Pero, en general, intent¨® ocultarse tras el escudo de las garant¨ªas legales y declar¨® que la investigaci¨®n del desastre que est¨¢ haciendo la propia BP est¨¢ en marcha y cualquier conclusi¨®n ser¨ªa prematura.
Fue una intervenci¨®n carente de encanto, y no cabe duda de que Hayward dio una mala impresi¨®n. Por alg¨²n motivo, no puede evitar proyectar un car¨¢cter que no despierta simpat¨ªa, fr¨ªo hasta rayar en la altivez.
Al menos Hayward no dio a los legisladores mucha cuerda para colgar a BP. El peor posible fallo fue el cuestionario t¨¦cnico del presidente del comit¨¦, Henry Waxman, y su predecesor John Dingell, que est¨¢n empe?ados en demostrar que BP sacrific¨® seguridad para obtener beneficios. Han identificado cinco decisiones de ahorro de costes que tom¨® la empresa y que aumentaron el peligro de que un pozo "saltara por los aires", tal y como ocurri¨® el 20 de abril. Hayward hizo un amago de defensa al insinuar que utilizar el revestimiento de estr¨ªa ¨²nica para el pozo, m¨¢s econ¨®mico, podr¨ªa haber mejorado la "integridad a largo plazo del pozo". Tambi¨¦n hizo hincapi¨¦ en que el dise?o del pozo se ajustaba a las normativas de Estados Unidos.
Hayward tardar¨¢ en olvidar su dolorosa experiencia en el Congreso. Pero esta podr¨ªa haber dejado a BP en una situaci¨®n mucho peor. Afortunadamente para los accionistas de BP, las cosas solo son igual de malas que antes.
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