Denle un problema
La tecnolog¨ªa se puede patentar, la investigaci¨®n se puede financiar, pero ?se puede estimular el genio cient¨ªfico? Parece casi imposible, si nos guiamos por Grigori Perelman. El genial ge¨®metra ruso que demostr¨® hace unos a?os la conjetura de Poincar¨¦ ha sido reconocido ya con el m¨¢ximo galard¨®n internacional de su disciplina (la medalla Fields) y con el mayor estipendio que consta en la larga historia de las matem¨¢ticas (un mill¨®n de d¨®lares), pero no ha recogido ni el uno ni el otro.
El mecenas norteamericano Landon Clay, asesorado por algunos de los mejores matem¨¢ticos del mundo -como Andrew Wiles, que demostr¨® en 1995 el teorema de Fermat- estableci¨® en el a?o 2000 los "siete enigmas matem¨¢ticos del tercer milenio", una lista de los problemas fundamentales que se les hab¨ªan atascado a los matem¨¢ticos del segundo. Clay ofreci¨® un mill¨®n de d¨®lares por la soluci¨®n a cada problema. El primero entre los enigmas era la conjetura de Poincar¨¦, un pilar de la topolog¨ªa, la disciplina que solo se ocupa de aquellas propiedades de un objeto que permanecen constantes por mucho que se le deforme.
Para la topolog¨ªa, una esfera equivale a una barra de pan, puesto que la primera puede deformarse hasta la segunda. No as¨ª un donut. El gran matem¨¢tico franc¨¦s Henri Poincar¨¦ mostr¨® en 1904 que, en nuestro mundo de tres dimensiones, la esfera tiene una propiedad topol¨®gica que llam¨® "conectividad simple". Quiere decir que, si uno pone una goma el¨¢stica alrededor de la esfera, siempre puede correrla hasta que forme un punto (lo que no ocurre con un donut). Poincar¨¦ supuso que las esferas en un mundo de cuatro dimensiones tendr¨ªan tambi¨¦n esa "conectividad simple", pero no logr¨® demostrarlo. Su idea qued¨® como la conjetura de Poincar¨¦.
En 1994, Perelman empez¨® a tratar el problema, y durante ocho a?os trabaj¨® solo. Cuando encontr¨® la soluci¨®n, en 2003, la hizo p¨²blica en Internet. Los matem¨¢ticos buscaron durante tres a?os un fallo en la soluci¨®n, pero no lo encontraron. As¨ª que le dieron la medalla Fields y el mill¨®n de d¨®lares: no los recogi¨®. Lo ¨²ltimo que se sabe es que vive con su madre en San Petersburgo.
?Quieren estimular a un genio? No le den un premio: denle un problema.
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