Chile es fuego
Mark Gonz¨¢lez derriba el 'catenaccio' suizo, pero el equipo de Bielsa pierde a Carmona y Mati para medirse el viernes a Espa?a
Chile es fuego. Marcelo Bielsa ha construido un equipo que quema por su intensidad tanto en la defensa como en el ataque. Por la ambici¨®n y el despliegue f¨ªsico indesmayable. No es un conjunto refinado porque no tiene, ni de lejos, la pureza t¨¦cnica de Espa?a, su rival en el tercer partido, pero s¨ª contagia pasi¨®n a la grada, no solo a sus enloquecidos seguidores, y ser¨¢ un adversario temible para el combinado de Del Bosque.
Aunque algo menos debido a las tarjetas que vieron Carmona y Mati Fern¨¢ndez, sancionados frente al combinado espa?ol. En eso a¨²n no pensaba Bielsa cuando, en su primer gesto de alegr¨ªa, busc¨® a todos los miembros del banquillo chileno para abrazarse. Hab¨ªa que festejar la sufrida y merecida victoria sobre el catenaccio suizo, abierto por un cabezazo rabioso de Mark Gonz¨¢lez.
12 polic¨ªas heridos y 135 hinchas detenidos en Santiago en las celebraciones
El partido fue ¨¢spero, afeado por un viento desagradable y la predisposici¨®n al duelo de navajas de ambos equipos. Si los suizos cre¨ªan que iban a tener un rival tan tierno como Espa?a, se equivocaron. Puesto a ser agresivos, los chilenos compiten con cualesquiera. Aunque eso le costara a Carmona la sanci¨®n que le impedir¨¢ medirse a Espa?a. El mediocentro del Reggina es la pieza t¨¢ctica m¨¢s codiciada para Bielsa: pega las dos mitades en las que suele partirse el conjunto.
En contra de la creencia popular, no fueron los italianos sino los suizos los inventores del catenaccio. O, al menos, los que acogieron a un austriaco, Karl Rappan, que en los a?os 30 del siglo pasado comenzaron a implantar, tanto en la selecci¨®n suiza como en el Servette, la simiente de lo que ser¨ªa el cerrojazo. El alem¨¢n Ottmar Hitzfeld, el actual seleccionador, no es que haya bebido en esas fuentes, pero de alguna manera ha imitado a su compatriota Otto Rehhagel, campe¨®n as¨ª en la Eurocopa de Portugal 2004 con Grecia. Los suizos jugaron con la maza, machacando el bal¨®n a la primera ocasi¨®n. Y tratando de rapi?ar alg¨²n error del contrario.
El viento actu¨® en contra del juego m¨¢s preciso de Chile, el ¨²nico con intenci¨®n de crear algo. La apuesta era disparar desde lejos: la mezcla del Jabulani con el viento pod¨ªa convertirse en el mejor aliado. Desde fuera del ¨¢rea, Vidal y Carmona sometieron a Benaglio a un pelot¨®n de fusilamiento. El portero respondi¨® con agilidad. A Behrami se le fue la mano en el acoso a Vidal, que exager¨® el golpe recibido. Y obtuvo lo que quer¨ªa: la expulsi¨®n del volante suizo. Con uno menos desde la media hora, Hitzfeld no tuvo ninguna duda: m¨¢s defensa. Retir¨® al veterano Frei y dio paso a Barnetta, lateral izquierdo del Leverkusen. Ya ten¨ªa recompuesto otra vez el muro, dos l¨ªneas de cuatro, con Nkufo solo arriba. Arriba es un decir; en el centro del campo, ser¨ªa m¨¢s ajustado.
Bielsa tom¨® decisiones importantes en el descanso. Relev¨® a Vidal y Suazo por Mark Gonz¨¢lez y Valdivia. Chile ten¨ªa prisa por ganar. Y Alexis S¨¢nchez hab¨ªa so?ado tanto ese momento, el de celebrar un gol en un Mundial, que se pas¨® un minuto largo festejando un tanto que hab¨ªa sido anulado por fuera de juego de un compa?ero. El partido sigui¨® muy bravo y Mati Fern¨¢ndez, amonestado, tambi¨¦n faltar¨¢ a la cita con Espa?a. La barrera suiza era cada vez m¨¢s espesa y solo la velocidad de Alexis S¨¢nchez amenaz¨® con resquebrajarla. Claro que, en los metros finales, el extremo del Udinese se aturullaba. Bielsa vio que se le escapaba la victoria y meti¨® a Paredes, otro delantero m¨¢s. Atacaba con cuatro (S¨¢nchez, Valdivia, Paredes y Beausejour) y dejaba todo el medio del campo para Carmona, el motor de este equipo, una baja doloros¨ªsima para Bielsa.
La ambici¨®n chilena dio sus frutos. El peque?o Medel, central veloz y aguerrido, envi¨® un pase en profundidad, a las espaldas de los defensores, con varios posibles destinatarios. Lo alcanz¨® Paredes en la l¨ªnea de fondo, lo centr¨® al otro lado y Mark Gonz¨¢lez lo cabece¨® fuerte y picado. El fuego chileno se impuso al viento y el cerrojo suizo. Eso s¨ª, las celebraciones del triunfo se saldaron en Santiago con al menos 12 polic¨ªas heridos y 135 hinchas detenidos.
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