Y el pa¨ªs se pregunta sobre su identidad
Los franceses debaten acerca de si este equipo fracasado es un reflejo de su sociedad
M¨¢s all¨¢ de la cat¨¢strofe deportiva, de no haber ganado ni un partido y de despedirse del Mundial de Sud¨¢frica a la primera, de la indignaci¨®n y la decepci¨®n y de los ataques a Raymond Domenech, a quien solo defiende su madre -hace dos d¨ªas la entrevistaron y llor¨®-, los franceses se preguntan: ?Es este equipo un reflejo nuestro?, ?representa este equipo perdedor, maleducado, fatuo, descoordinado, mal avenido y antip¨¢tico a nuestra sociedad?
En 1998, cuando la selecci¨®n bleu comandada por Zidane, Thuram y Barthez gan¨® el Mundial en campo propio, todos se apresuraron a identificar ese equipo con la Francia moderna. Jacques Chirac, a quien el f¨²tbol le importaba un comino, les recibi¨® en El El¨ªseo no solo como triunfadores, sino tambi¨¦n como representantes de lo franc¨¦s, y todo el pa¨ªs hablaba de la selecci¨®n black-blanc-beur (negra-blanca-¨¢rabe), compuesta por jugadores de todas las razas. El propio Zidane, de padres argelinos, originario de la periferia marsellesa, encarnaba a la perfecci¨®n ese sue?o franc¨¦s. Desde entonces, en Francia han pasado muchas cosas. Entre ellas, la explosiva retirada de Zidane en 2006 y los disturbios en la banlieue en 2007.
El diario Le Monde recordaba todo esto el pasado s¨¢bado en un editorial y luego a?ad¨ªa: "?C¨®mo no ver en este equipo de ahora un espejo de la sociedad actual? Dominado por egos atormentados, fraccionado en varios grupos -negros de origen antillano, negros de origen africano, blancos, musulmanes, expatriados de lujo o alojados en Francia-, este equipo casa con todos los par¨¢metros del pa¨ªs".
El fil¨®sofo Alain Finkielkraut, en un art¨ªculo en Le Journal du Dimanche, dec¨ªa: "Este equipo devuelve a Francia el espect¨¢culo de su desuni¨®n y su inconsistencia (...) Aunque no representa a Francia, por desgracia la refleja: con sus clanes, sus divisiones ¨¦tnicas, la persecuci¨®n del primero de la clase, Yoann Gourcuff. Es un espejo terrible".
Finkielkraut se refer¨ªa al rechazo del centrocampista Gourcuff, un futbolista blanco, de clase media-alta de un pueblo de Breta?a, por parte de un grupo de compa?eros provenientes de los suburbios de Par¨ªs. En el partido contra M¨¦xico, Domenech le dej¨® en el banquillo.
Hay pol¨ªticos, como Fran?ois Bayrou, que relacionan la debilidad del equipo franc¨¦s con "la debilidad de Francia". Hay otros, como el ministro de Cultura, Fr¨¦d¨¦ric Mitterrand, que se niegan a hacerlo. Pero el debate -a este pa¨ªs le encantan los debates colectivos- seguir¨¢: ?Hasta qu¨¦ punto la identidad de un pa¨ªs se esconde en su equipo de f¨²tbol?
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.