Chico bueno, chico malo

Jerome y Kevin-Price, jugadores de la selecci¨®n alemana y la ghanesa respectivamente, comparten algo m¨¢s que la misma profesi¨®n: tienen el mismo apellido, Boateng. Ambos nacieron en Berl¨ªn y son hermanos por parte de su padre, ghan¨¦s. Los dos fueron de la mano en el comienzo de sus carreras: jugaron juntos en el equipo amateur del Hertha. Sin embargo, poco a poco, los Boateng empezaron a distanciarse. Ahora son algo m¨¢s que adversarios dentro del campo.

Su relaci¨®n atraviesa por un mal momento y han dejado de hablarse. Cada vez les separan m¨¢s cosas de las que les unen y se acent¨²an m¨¢s sus diferencias. Jerome, que acaba de fichar por el Manchester City, es un ejemplo de persona que ha asimilado casi por completo su germanizaci¨®n. Aunque lleva tatuada en su brazo derecho la palabra Agyenim, que significa "grande" en el idioma de su progenitor, y escucha m¨²sica ghanesa, siempre tuvo claro que solo estaba dispuesto a jugar "en la selecci¨®n alemana". Asegura que se identifica por completo "con la mentalidad y cultura de Alemania". Al igual que su hermano, nunca ha estado en la tierra de su padre. Sin embargo, Kevin-Price, que milita en el Portsmouth, se siente "orgulloso de ser africano" y por eso no ha dudado en incorporarse a la selecci¨®n de Ghana, con la que disputa el Mundial. El jugador de la Premier, a?o y medio mayor que Jerome, tambi¨¦n lleva varios tatuajes: en su brazo derecho y la frase The world is yours.

Su padre, Prince Boateng, resalta que es dif¨ªcil encontrar en Kevin alguna de las caracter¨ªsticas t¨ªpicas que se les suponen a los alemanes. Por el contrario, a su otro hijo, Jerome, le ve como un joven germano en toda regla y le califica de "puntual y responsable". La relaci¨®n familiar entre Prince y Kevin tampoco pasa por su mejor momento. Pap¨¢ Boateng se enter¨® por la prensa de la incorporaci¨®n de su hijo a la selecci¨®n ghanesa. Reconoce que desde que su hijo mayor se march¨® a Inglaterra, hace tres a?os, han perdido el contacto con ¨¦l y no contesta a los mensajes que le env¨ªa. "El chico necesitaba ayuda, pero no ha dejado que le echen una mano", afirma resignado el progenitor en una entrevista concedida a Der Spiegel. A su llegada al Portsmouth, el jugador ghan¨¦s se hizo c¨¦lebre enseguida por sus excentricidades y salidas nocturnas. En un d¨ªa se compr¨® tres coches, 160 pares de zapatos, 200 gorras y 20 chaquetas de cuero. La madre de Jerome, Martina Boateng, tambi¨¦n califica de complicado el car¨¢cter de Kevin: "Es muy gracioso y le encanta hacer re¨ªr a los dem¨¢s. Su problema es que tiene la boca muy grande y no es disciplinado". Martina reconoce que siempre temi¨® que su hijo se dejara influir por su hermano.

El ambiente en el que han crecido ambos hermanos en Berl¨ªn tampoco tiene nada que ver. El mayor se cri¨® en Wedding, uno de los barrios m¨¢s problem¨¢ticos de la capital, donde "uno solo puede ser traficante, g¨¢nster o futbolista", seg¨²n Kevin. Por el contrario, el peque?o vivi¨® en una zona adinerada del oeste, Charlottenburg.

El jugador de Ghana refleja su car¨¢cter dentro del campo. A pesar de ser un buen futbolista, le cuesta poco perder la cabeza. En la pasada temporada hizo una terror¨ªfica entrada que caus¨® a su rival una herida en la pierna y le tuvieron que dar siete puntos. Por si fuera poco, el africano fue responsable de la lesi¨®n que ha apartado a Ballack del Mundial en la final de la Copa inglesa. Eso le cost¨® que se creara una red social en Facebook llamada 82.000.000 (n¨²mero total de habitantes de Alemania) contra Boateng. Ahora se enfrenta con su selecci¨®n a Alemania y el encuentro se ha convertido ya en algo m¨¢s que un duelo entre hermanos.