Licio Gelli y la mordaza de Berlusconi
Hace unas cuantas noches, en Roma, Licio Gelli sal¨ªa del Hotel Excelsior en plena Via Veneto. El Venerable Maestro de la logia mas¨®nica P-2 -empleado de una f¨¢brica de colchones de Arezzo, voluntario con los fascistas italianos en la Guerra Civil espa?ola, agente de los Servicios Secretos en medio mundo, poeta en la estela de D'Annunzio, esp¨ªa, fact¨®tum, protagonista de media docena de intentos de golpes de Estado en otros tantos pa¨ªses del globo, Italia incluida, naturalmente- cumpli¨® 91 a?os de edad en abril.
Est¨¢ algo fr¨¢gil de salud, viaja a Roma con mucha menos frecuencia: no todos los mi¨¦rcoles, como ten¨ªa por costumbre para sus encuentros con pol¨ªticos, empresarios, generales. Su "Plan de Renacimiento Democr¨¢tico" -el vadem¨¦cum para un golpe blanco, el manifiesto de la masoner¨ªa manipulada por los Servicios Secretos- fue encontrado por error y requisado en las macetas de su casa de campo toscana hace 30 a?os. Conten¨ªa una lista parcial de nombres, casi 1.000 de un total de 3.000 afiliados. Entre esos 1.000, Silvio Berlusconi, carn¨¦ mas¨®nico de la P-2 n¨²mero 1.816, entonces un simple empresario de televisi¨®n embarcado en negocios con los bancos, y una decena de pol¨ªticos que en los a?os sucesivos y hasta hoy han sido o siguen siendo ministros, subsecretarios, consejeros de confianza, hombres de enlace con el Vaticano, plenipotenciarios del IOR. A las puertas del IOR, el Istituto per le Opere di Religione [Instituto de Obras Religiosas, el banco vati-cano], coraz¨®n de las finanzas vaticanas, se detuvo la primera Tangent¨®polis, la de Manos Limpias. A las puertas del IOR, dicen los poderosos asiduos del Hotel Excelsior, se detendr¨¢ tambi¨¦n este nuevo, en¨¦simo esc¨¢ndalo.
El Gobierno italiano va cumpliendo paso a paso el Plan de Renacimiento de la logia mas¨®nica P-2
Ya hace 30 a?os, se teorizaba el control de la opini¨®n p¨²blica y la magistratura
?Qu¨¦ anda haciendo el viejo Gelli todav¨ªa por Roma? Para conseguir informaci¨®n hay que llamar sucesivamente a tres intermediarios entre Pistoia, Montecatini, Arezzo. Hay que preguntar por el T¨ªo, as¨ª quieren que se le llame por tel¨¦fono, nada de nombres por tel¨¦fono, ya se sabe. Recibe en Villa Wanda, se acerca a Roma "solo para cuestiones delicad¨ªsimas y urgentes al m¨¢ximo nivel". ?Cu¨¢l podr¨¢ ser esa cuesti¨®n tan delicad¨ªsima y urgente de estas semanas, con los titulares dominados por los ¨²ltimos esc¨¢ndalos de corrupci¨®n y por la urgencia que el presidente del Gobierno parece sentir para promulgar una ley mordaza que enmudezca a los peri¨®dicos y televisiones, que impida las investigaciones de los jueces, que ayude a las mafias? Pues bien, podemos preguntar todo eso, desde luego, pero no nos est¨¢ permitido saberlo. "?Qu¨¦ pregunta m¨¢s impertinente!". La misma respuesta que Licio Gelli me dio hace siete a?os, cuando fui a entrevistarlo un 28 de septiembre a Villa Wanda. ?Sigue trat¨¢ndose con Silvio Berlusconi, lo ve? "?Qu¨¦ pregunta m¨¢s impertinente!". En aquella larga conversaci¨®n me dijo cosas que a la luz de los acontecimientos actuales -la privacidad, el decreto ley sobre las interceptaciones- conservan todo su inter¨¦s: su "Plan de Renacimiento Democr¨¢tico" sosten¨ªa que era
necesario elaborar "una nueva legislaci¨®n sobre la prensa con una orientaci¨®n protectora de la dignidad del ciudadano, siguiendo el modelo ingl¨¦s". La privacidad, como se dice hoy. Dijo: "Contemplo el pa¨ªs, leo los peri¨®dicos y pienso: veo que todo se va cumpliendo poco a poco, paso a paso. El control de las televisiones, el control de la magistratura, la divisi¨®n de los sindicatos. La verdad es que deber¨ªa exigir derechos de autor. La justicia, la televisi¨®n, el orden p¨²blico. Lo escrib¨ª ya todo hace 30 a?os, me corresponde el copyright".
M¨¢s citas del "Plan de Renacimiento" de la logia mas¨®nica P-2: "En el caso de que las circunstancias permitieran contar con el acceso al Gobierno de un personaje pol¨ªtico (o de un equipo) en sinton¨ªa con el esp¨ªritu del club, es evidente que los plazos del procedimiento recibir¨ªan una fuerte aceleraci¨®n". Las circunstancias lo permiten. El carn¨¦ 1.816 es presidente del Gobierno, en las salas contiguas a su despacho pululan antiguos afiliados. Quienes compartieron aquel proyecto est¨¢n en los m¨¢s altos cargos del Gobierno del pa¨ªs. Y no solo en esas supremas posiciones. Est¨¢n en los ganglios vitales de la burocracia, en las secretar¨ªas enmoquetadas, en los ministerios, en las antesalas. Es un club, como lo defin¨ªa Gelli, cuyos miembros aparecen continuamente en los documentos de las investigaciones sobre la corrupci¨®n, nombres a veces an¨®nimos para el gran p¨²blico, pero sobradamente conocidos, por el contrario, entre la gente que cuenta.
De manera que el poder sigue siendo ocupado por los mismos, la historia no se entiende si no se arranca de ah¨ª. Por decirlo con palabras del Venerable Maestro: "Si las ra¨ªces son buenas, la planta germinar¨¢". Desde luego, ha germinado.
A?adamos otros breves extractos del "Plan de Renacimiento Democr¨¢tico", pues es posible que quienes tengan menos de 30 a?os no lo recuerden o no lo hayan le¨ªdo. A prop¨®sito de la prensa y de la televisi¨®n: "Comprar a dos o tres periodistas por cada diario o medio de prensa, de forma tal que ninguno est¨¦ al corriente de los dem¨¢s. Esta iniciativa debe difundirse como una mancha de aceite, o mejor, mediante una cadena de no m¨¢s de tres o cuatro elementos que conozcan bien el ambiente". Gratificaciones econ¨®micas adecuadas. "Disolver la RAI, la televisi¨®n estatal", "abolir el monopolio de la RAI". Hasta aqu¨ª, ha germinado. Cuesti¨®n central: "Controlar la p¨²blica opini¨®n media en el meollo del pa¨ªs". La prosa no es especialmente feliz, pero su sentido no puede ser m¨¢s preciso: la p¨²blica opini¨®n media, la masa de los ciudadanos. En el meollo del pa¨ªs: un control minucioso. Domesticar a la opini¨®n p¨²blica a trav¨¦s de las televisiones. Proceder a continuaci¨®n a "algunos retoques de la Constituci¨®n". Tampoco en cuesti¨®n de retoques vamos mal. Trabajar para dividir a los sindicatos, desarticular a la judicatura: esta es la parte m¨¢s densa del plan. Tambi¨¦n la m¨¢s meticulosamente perseguida. Ser¨ªa interesante detenerse en otros detalles: en la "legislaci¨®n que subordine el derecho de residencia a la demostraci¨®n de que se posee un puesto de trabajo y el r¨¦dito suficiente", por ejemplo, posici¨®n de la que es hoy palad¨ªn Bossi. Bossi, de quien Gelli dec¨ªa: "Ha sabido crearse su propia fortaleza con la Padania, ha aportado muchos parlamentarios, excelente, sin duda. Pero ten¨ªa muchas deudas...".
La prensa, para terminar. "Nueva legislaci¨®n sobre la prensa con una orientaci¨®n protectora de la dignidad del ciudadano, siguiendo el modelo ingl¨¦s (la privacidad, que decimos hoy). Obligaci¨®n de publicar cada a?o balances contables y retribuciones. Abolir todas las medidas estatales de apoyo". Crear una Agencia central que controle las noticias locales. Adquirir algunos semanarios de batalla, semanarios populares. Revistas, dir¨ªamos hoy. De esas que venden miles de ejemplares y se encuentran en las salas de espera del dentista, del pediatra, de las peluquer¨ªas: esas que llegan m¨¢s lejos que los semanarios de periodismo de investigaci¨®n, por lo dem¨¢s -con las nuevas leyes sobre la privacidad o dignidad del ciudadano, como se prefiera decir- destinados a desaparecer. De Berlusconi, aquel d¨ªa de hace siete a?os, Gelli me dijo: "Berlusconi es un hombre fuera de lo com¨²n. Recuerdo bien que ya entonces, en la ¨¦poca de nuestros primeros encuentros, destacaba por una caracter¨ªstica: sab¨ªa llevar a cabo sus proyectos. Un hombre de acci¨®n. De eso es de lo que estamos necesitados en Italia: no de palabras, sino de acciones".
Sobre la corrupci¨®n, los sobornos, las contratas fraudulentas y el amiguismo: "En el fondo, Manos Limpias no deja de ser un asunto de cuernos. ?O es que cree usted que la corrupci¨®n ha desaparecido? ?No ve que est¨¢ por todas partes, peor que antes, mucho m¨¢s extendida que antes?".
Concita de Gregorio, periodista y escritora italiana, es directora de L'Unit¨¤. Traducci¨®n de Carlos Gumpert.
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