"La c¨¢mara es un pretexto para conocer el mundo"

Graciela Iturbide (Ciudad de M¨¦xico, 1942) lleva 40 a?os "atrapando" el mundo con una c¨¢mara. No era su intenci¨®n, dice, pero ha diseccionado culturas, costumbres y formas de vida con la perspicacia de un antrop¨®logo. "Lo he dicho tantas veces que me da hasta verg¨¹enza repetirlo: la fotograf¨ªa es un pretexto para conocer el mundo, la cultura y a m¨ª misma", explicaba ayer en Madrid, donde recibi¨® el premio PhotoEspa?a Baume & Mercier, el galard¨®n con el que el festival reconoce cada a?o la carrera de una figura de la fotograf¨ªa.

En esta ocasi¨®n le ha tocado a la mexicana, que estudiaba cinematograf¨ªa cuando se cruz¨® en su vida Manuel ?lvarez Bravo, uno de los grandes fot¨®grafos latinoamericanos, fallecido en 2002 a los 100 a?os. "Lo que me educ¨® como fot¨®grafa fue su forma de ser, tan po¨¦tica, tan mexicana. Con ¨¦l me form¨¦ tambi¨¦n como persona, oyendo m¨²sica, escuchando sus an¨¦cdotas, viendo c¨®mo revelaba". De ?lvarez Bravo, dice Iturbide, aprendi¨®, sobre todo, dos cosas: "Me dec¨ªa siempre que un fot¨®grafo tiene que ver pintura. Y tambi¨¦n, su lema: 'Hay tiempo'. Lo ten¨ªa colgado en un cartel en su estudio". Iturbide, que en alguna ocasi¨®n ha reconocido que busca descubrir su "propia nostalgia" en los seres humanos, asegura que la fotograf¨ªa es su vida y su terapia.

"No uso el digital. Necesito el tiempo que me da el equipo anal¨®gico"

"A veces pienso que he tomado una imagen fant¨¢stica y luego no es as¨ª"

?Es distinta esa vida que se ve a trav¨¦s de un objetivo? "Yo voy atrapando lo que me interesa del mundo, lo que me causa sorpresa y pasi¨®n". Al principio esa b¨²squeda la llev¨® a explorar su propio pa¨ªs. Pero no con un sentimiento de antrop¨®loga, insiste, sino "para compartirla con ellos". Ellos son los pueblos ind¨ªgenas de M¨¦xico, los que viven en el desierto de Sonora, las mujeres de Juchit¨¢n o los m¨¦xico-americanos de Los ?ngeles, que han protagonizado algunas de sus im¨¢genes m¨¢s conocidas. Su c¨¢mara tambi¨¦n ha pasado por India, donde recogi¨® im¨¢genes como Perros perdidos o Jaipur.

Ahora acaba de regresar de Cerde?a. ?ltimamente, dice, se est¨¢ dedicando a fotografiar paisajes: "Aunque eso no significa que me olvide de las personas. El paisaje es la huella del hombre, as¨ª que quiz¨¢s sea fotografiar lo mismo". Lo que no ha cambiado es su apego a su c¨¢mara anal¨®gica. "No tengo una digital. Yo necesito el tiempo que me da la fotograf¨ªa anal¨®gica, a m¨ª me gustan los papeles, los brillos. Ahora estoy regresando a los platinos, que es una t¨¦cnica antigua", dice la fot¨®grafa, que no usa tr¨ªpode ni flash y que hasta hace tres a?os imprim¨ªa ella misma las copias de sus im¨¢genes.

Defiende el factor sorpresa que desaparece con la fotograf¨ªa digital, el "error fotogr¨¢fico" del que habla Cl¨¦ment Ch¨¦roux, conservador de fotograf¨ªa del Centro Pompidou: "Muchas veces pienso que he tomado una imagen fant¨¢stica y luego veo en los contactos que no es as¨ª. O lo contrario, como sucedi¨® con la mujer de la grabadora [Mujer ¨¢ngel, imagen que tom¨® en el desierto de Sonora en 1979]. Yo no s¨¦ en qu¨¦ momento la fotografi¨¦".

El festival PhotoEspa?a tambi¨¦n ha concedido en esta edici¨®n premios, entre otros, al editor gr¨¢fico Chema Conesa (mejor trayectoria espa?ola en fotograf¨ªa), Vanessa Winship (Descubrimientos PHE) y a la galer¨ªa Casado Santapau por su exposici¨®n Yesterday's sandwich 1969-1970, de Boris Mijailov y Carlos Irijalba (fot¨®grafo revelaci¨®n).