Un juez investiga una trama de espionaje a altos cargos del Departamento de Industria
Imputados el ex director de Sprilur Antton Zubiarre y un funcionario de la SPRI
Un juzgado de Bilbao investiga desde hace meses una red que supuestamente espiaba a altos cargos del Departamento de Industria a trav¨¦s del acceso fraudulento a ordenadores de la sede en la capital vizca¨ªna de la SPRI, la principal sociedad p¨²blica de Industria dedicada al apoyo a las empresas vascas, seg¨²n ha podido saber EL PA?S de fuentes pr¨®ximas al caso. La Ertzaintza detuvo en la ma?ana de ayer en Mendaro, donde reside, a Antton Zubiaurre, director entre 1999 y 2007, bajo gobiernos de Juan Jos¨¦ Ibarretxe, de Sprilur, la sociedad dependiente de la SPRI y dedicada a la gesti¨®n de suelos industriales. Zubiaurre ha sido imputado por su relaci¨®n con la trama, seg¨²n confirmaron fuentes policiales.
Tras llegar el PSE al Ejecutivo, en la SPRI hubo cierta resistencia al cambio
La investigaci¨®n se extiende a m¨¢s personas, algunas ligadas al PNV
Zubiaurre, militante del PNV, partido por el que fue alcalde de Mendaro entre 1991 y 1999, pas¨® a disposici¨®n judicial por la tarde para que declarase ante el titular del Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 10 de Bilbao.
Tambi¨¦n ha sido imputado en el caso un funcionario de la SPRI, quien actualmente trabajaba como comercial y que anteriormente fue el ch¨®fer personal de Zubiaurre. Este empleado acudi¨® ayer voluntariamente a los juzgados de Bilbao al enterarse de que la Ertzaintza le buscaba para detenerle.
Las fuentes consultadas se?alaron que est¨¢n siendo investigadas m¨¢s personas, algunas de ellas vinculadas al PNV. Zubiaurre salt¨® a la luz p¨²blica hace cinco a?os por el litigio judicial entre el Athletic y la Real Sociedad a cuenta del fichaje de su hijo, el futbolista Iban Zubiaurre.
Los miembos de la trama hab¨ªan conseguido supuestamente piratear los ordenadores de altos cargos que trabajan de la sede de la SPRI en Bilbao, el edificio de la Plaza Bizkaia en el que se ubican varios organismos p¨²blicos dependientes del Ejecutivo. De esta forma pod¨ªan espiar su trabajo y, especialmente, sus correos electr¨®nicos.
La vigilancia ilegal se realizaba desde fuera de la sede de la SPRI, ya que, seg¨²n la investigaci¨®n, los ordenadores se manipularon supuestamente con el objetivo del espionaje antes de la llegada el a?o pasado del nuevo equipo socialista.
Las sospechas surgieron en el seno de la propia SPRI a principios de este a?o, al sucederse fallos en los ordenadores de algunos de sus empleados.
Al principio, se pens¨® que podr¨ªa tratarse de alg¨²n virus pero, al persistir los problemas, se comprob¨® que alguien estaba accediendo a la informaci¨®n de los terminales inform¨¢ticas.
Hacia marzo, responsables de la sociedad presentaron una denuncia ante la Ertzaintza en lo que se consideraba un caso de espionaje pol¨ªtico, al tener acceso los presuntos responsables de la trama a las gestiones cotidianas de directivos de la SPRI. Entre los implicados, adem¨¢s de personas sin ninguna relaci¨®n presente con la sociedad p¨²blica dependiente de Industria, se hallar¨ªan tambi¨¦n empleados actuales. Seg¨²n los datos iniciales, no existe una componente econ¨®mica en este caso.
Este esc¨¢ndalo es el segundo que afecta al PNV en apenas tres meses tras el estallido del caso De Miguel, destapado el pasado 17 de marzo. Un total de 13 personas, entre ellos el ex diputado foral y n¨²mero dos del PNV alav¨¦s Alfredo de Miguel, junto a otros cargos y militantes peneuvistas, est¨¢n imputados en esta supuesta trama de corrupci¨®n y cohecho.
Ambos casos solo coinciden en que afectan en parte al Departamento de Industria por los supuestos cobros de comisiones por la trama del caso De Miguel en las obras de ampliaci¨®n del Parque Tecnol¨®gico de Mi?ano, que fue el punto de partida de la investigaci¨®n judicial.
El presunto espionaje en la SPRI no tiene precedentes conocidos en el Pa¨ªs Vasco. El ¨²nico antecedente relevante fueron las escuchas telef¨®nicas a Carlos Garaikoetxea en agosto de 1986, en plena crisis interna del PNV, que desemboc¨® en la creaci¨®n por el entonces lehendakari de Eusko Alkartasuna. Varios ertzainas penetraron en la central de tel¨¦fonos de Zarautz con una orden judicial para intervenir las comunicaciones de supuestos narcotraficantes. Al tiempo, trataron de conectar el tel¨¦fono de Garaikoetxea al de un piso donde colocaron una grabadora. La grabaci¨®n no funcion¨® al dar uno de los agentes un n¨²mero distinto al del piso donde se iba a colocar este aparato.
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