El gran salto pendiente
El 60% de los espa?oles considera que la justicia funciona mal, y m¨¢s de la mitad de la poblaci¨®n duda de la imparcialidad e independencia de los tribunales. El sistema judicial est¨¢ en entredicho y tendr¨¢ que dar un enorme giro si quiere conectar con la sociedad
La carrera est¨¢ poco ventilada. Huele a rancia y no es un problema de conservadores y progresistas porque tambi¨¦n hay progres que no ventilan la neurona", indica el magistrado barcelon¨¦s Jos¨¦ Mar¨ªa Fern¨¢ndez Seijo. Ventilar la neurona viene a ser integrarse en la realidad social, compleja y vers¨¢til, evitar que, como dice el magistrado donostiarra I?aki Subijana, "el juez se vuelva autista en su torre de marfil". ?Nuestros magistrados respiran, sienten y padecen con el resto de los mortales o componen una casta endog¨¢mica mal adaptada socialmente y refractaria a la expresi¨®n servicio p¨²blico? No es una pregunta ret¨®rica. Seg¨²n las encuestas del Consejo General del Poder Judicial (CGPJ), el 60% de los espa?oles considera que la justicia est¨¢ anticuada y funciona mal o muy mal. Es una cr¨ªtica que no ha dejado de crecer ¨²ltimamente, como no han dejado de crecer las quejas ciudadanas y las dudas sobre la independencia e imparcialidad de los tribunales -alcanzan ya el 51% de la ciudadan¨ªa- y, ?atenci¨®n!, el porcentaje de quienes creen (el 48%) que con dinero bajo manga puede uno librarse hoy en Espa?a de ser procesado.
"No deber¨ªamos poder decidir en asuntos de familia hasta contar con la experiencia vital que da la madurez"
Con la reforma desaparecer¨¢n la figura del juez francotirador solitario due?o y se?or de su juzgado
Ser n¨²mero uno de la promoci¨®n no previene contra los trastornos mentales y la incompetencia
Aunque la imagen exterior no les haga justicia e ignore la calidad profesional y el sobreesfuerzo con el que la mayor¨ªa de los jueces hace frente al incremento exponencial de los litigios, parece claro que el sistema judicial tendr¨¢ que dar un gran salto adelante si pretende salvar su creciente divorcio con la sociedad. Tendr¨¢ que generar empat¨ªa hacia los ciudadanos y poner coto a los jueces endiosados y a los vagos, a los atacados por el exceso de responsabilidad y los lun¨¢ticos, que los hay; a los jueces-bomba y a los jueces-esc¨¢ndalo, que tambi¨¦n los hay.
?Pertenece al ¨¢mbito privado en el que nadie deber¨ªa inmiscuirse que una magistrada haga de stripper en una barra americana? "En Espa?a no se puede castigar como falta disciplinaria la conducta privada de los jueces. Con la democracia, se retiraron de la ley las sanciones a 'las conductas del juez que le hagan desmerecer de la consideraci¨®n ajena' porque en el franquismo fueron utilizadas contra los homosexuales. Aqu¨ª, el juez puede perfectamente emborracharse e ir de putas: no est¨¢ obligado a guardar su imagen p¨²blica las 24 horas del d¨ªa. En eso, somos una excepci¨®n del panorama internacional", explica el magistrado de Oviedo, Agust¨ªn Azparren, encargado de la comisi¨®n disciplinaria en el anterior CGPJ. Las encuestas internas muestran que la p¨¦rdida de fe en su trabajo alcanza ya a la cuarta parte de la plantilla judicial. Tenemos, pues, a un millar largo de jueces frustrados y desencantados en sus funciones; todo un problema habida cuenta del enorme poder que la sociedad ha depositado en manos.
El salto que la situaci¨®n reclama exige, antes que nada, el desarrollo y conjunci¨®n del sistema inform¨¢tico, hoy fraccionado en compartimentos auton¨®micos estancos, no compatibles. Ha tenido que llegar la tragedia de Mari Luz Cort¨¦s -el juez Tirado no supo que el supuesto asesino ten¨ªa antecedentes y estaba reclamado por juzgados de otras capitales-, para que sus muy celosas y recelosas se?or¨ªas bajaran los brazos y aceptaran la conexi¨®n que pondr¨¢ a disposici¨®n de todos ellos un banco de datos com¨²n. "Antes de un a?o vamos a darle un vuelco total a la situaci¨®n", anuncia el director general de Modernizaci¨®n de la Justicia, Ignacio S¨¢nchez Guiu. "Nuestro objetivo es cero papel. Se trata de escanear y digitalizar toda la informaci¨®n e instalar potentes sistemas de b¨²squeda de datos, de forma que lo que circular¨¢n por los juzgados ya no ser¨¢n los cl¨¢sicos carritos cargados de expedientes, sino los l¨¢pices de memoria USB o, directamente, la remisi¨®n telem¨¢tica. Se instalar¨¢n en los juzgados videoc¨¢maras con la plataforma de firma digital y que posibilitar¨¢n las videoconferencias y evitar¨¢n muchos desplazamientos engorrosos", subraya S¨¢nchez Guiu.
M¨¢s dif¨ªcil que informatizar el sistema ser¨¢ lograr el cambio cultural de mentalidades que exige aplicar un modelo de formaci¨®n y selecci¨®n de jueces, alternativo al actual. Nuestros jueces recitan como nadie la letra grande y peque?a de la ley porque la ¨²nica prueba que tienen que superar para pasar la oposici¨®n consiste en la exposici¨®n oral de los cinco temas que les toquen en suerte de un total de 360. ?No es anacr¨®nico seguir utilizando lo memor¨ªstico como criterio exclusivo ahora que la legislaci¨®n entera puede ser almacenada en un dispositivo electr¨®nico de bolsillo? ?D¨®nde se ense?a sentido com¨²n, equilibrio emocional, empat¨ªa social, capacidad de an¨¢lisis, argumentaci¨®n y comunicaci¨®n a los que opositan a juez? Porque puede muy bien ocurrir, y ocurre, que el talento memor¨ªstico que gana la oposici¨®n ocupa su despacho de juez hu¨¦rfano de la elemental experiencia vital y carente del sentido de la realidad.
Despu¨¦s de una d¨¦cada de estudio dedicada a sacar la carrera de Derecho, la oposici¨®n y el t¨ªtulo de esa Escuela Judicial en la que todo el mundo aprueba -solo dos suspensos en 12 a?os, entre 1.500 alumnos-, los jueces se encuentran de sopet¨®n al frente de un juzgado en el que tienen que decidir sobre los asuntos m¨¢s variados y espinosos. "No deber¨ªamos poder decidir en asuntos de familia: violencia de g¨¦nero, separaciones y divorcios con menores de por medio sin haber alcanzado antes la experiencia vital, los conocimientos psicol¨®gicos que te dan la madurez", afirma I?aki Subijana. Parte de los que acceden a la carrera tienen escasos conocimientos inform¨¢ticos o de ingl¨¦s y casi ninguno ha trabajado con anterioridad. "Llegan con el lastre de haber pasado bastantes a?os volcados en preparar la oposici¨®n y sin contacto con la sociedad. Suelen ser poco conscientes de su condici¨®n de servidores p¨²blicos y algunos salen endiosados, se creen Dios porque gracias a su gimnasia memor¨ªstica han ganado una oposici¨®n muy dif¨ªcil", se?ala Alfredo Mu?oz, presidente de la asociaci¨®n Concepci¨®n Arenal, que agrupa a los jueces sustitutos. Cree que los aspirantes deber¨ªan ser examinados sobre su sentido com¨²n y su capacidad de resolver, adem¨¢s de pasar por un periodo de pr¨¢cticas similar al MIR de los m¨¦dicos.
Tener memoria de elefante y saber recitar, aunque sea como un "papagayo ilustrado" no preserva contra los trastornos mentales, la incompetencia o la inmoralidad, no detecta a la personalidad imbuida de un "poder autoritas" que se considera por encima del mundo. El juez valenciano Guillermo Forteza fue suspendido de sus funciones a los 30 a?os porque, erigido en abanderado de la moralidad y las buenas costumbres, dirigi¨® grandes redadas contra las prostitutas y proces¨® por un supuesto delito de profanaci¨®n a los nueve componentes del grupo teatral Els Joglars. Tambi¨¦n intent¨® que sus compa?eros detuvieran a un m¨¦dico ginec¨®logo que, seg¨²n ¨¦l, no hab¨ªa atendido adecuadamente a su mujer. Dos a?os m¨¢s tarde, fue denunciado por su mujer y condenado por "coacci¨®n y vejaci¨®n injusta". Seg¨²n los m¨¦dicos, padec¨ªa un tipo de paranoia que "no anula sus facultades intelectivas ni volitivas aunque disminuye su capacidad de raciocinio".
Al contrario que los aspirantes a bombero, polic¨ªa o piloto, por ejemplo, los candidatos a juez no pasan por controles psicol¨®gicos que eval¨²en sus facultades mentales, pese a que el ¨ªndice convencional de trastornados aceptable en otras profesiones resulta, en su caso, socialmente insoportable. A la vista de la situaci¨®n -todos los a?os se dictamina la incapacidad permanente de entre ocho y diez magistrados-, el CGPJ estudia la posibilidad de extender a toda la plantilla el test psicol¨®gico. "Hay que detectar el desequilibrio del juez en el minuto cero", subraya Ignacio S¨¢nchez Guiu. Y es que est¨¢ demostrado que se puede ser el n¨²mero uno de la promoci¨®n y estar seriamente trastornado. En la pr¨¢ctica, el Gobierno de los jueces, el CGPJ, tarda a?os en detectar el problema, y no interviene hasta que el da?o es irreversible y ya ha engordado la antolog¨ªa del disparate judicial.
"Funciona mucho el proteccionismo interno, el recurso a la pol¨ªtica de traslado, a la patada hacia arriba", admite una alta fuente de la magistratura. El CGPJ tard¨® nueve a?os en incapacitar a ?ngel Falc¨®n, titular del Juzgado de lo Penal de Guadalajara que durante este tiempo juzg¨® todos y cada uno de los cr¨ªmenes cometidos en esa provincia. ?Qu¨¦ se puede esperar de las resoluciones de la juez que detuvo a la encargada de una perfumer¨ªa y precint¨® la tienda porque se hab¨ªan negado a reembolsarle el dinero pagado por un frasco de perfume, ya abierto, que pretend¨ªa devolver? ?Y del fundamento racional de los autos dictados por la magistrada bilba¨ªna que acus¨® al jefe de la Polic¨ªa Judicial y a otros agentes de espiarla desde el piso inmediatamente superior a su vivienda cuando se duchaba desnuda?
"El problema con las sentencias disparatadas o extravagantes es que las resoluciones judiciales solo pueden resolverse por la v¨ªa del recurso", explica F¨¦lix Az¨®n, presidente de la Comisi¨®n de Selecci¨®n del CGPJ. Seg¨²n Agust¨ªn Azparren, parte de los retrasos injustificados, que dan lugar al 60% de las sanciones, son debidos a trastornos mentales, particularmente a una enfermedad profesional achacable a un exceso de responsabilidad. "El exacerbado sentido de la responsabilidad les lleva a dedicar muchas horas a un caso pero no les ayuda a resolverlo, as¨ª que al final se encuentran ante una monta?a de trabajo y se angustian m¨¢s y m¨¢s", se?ala el ex responsable de la comisi¨®n disciplinaria del CGPJ. El miedo a resolver atenaz¨® al magistrado Manuel Garc¨ªa Navarro, de Ja¨¦n. Pese a los apremios y expedientes disciplinarios, no pudo sentenciar un centenar y medio de juicios, gran parte de los cuales tuvieron que ser repetidos. Como la v¨ªa sancionadora es la ¨²nica que puede apartar a un juez, el CGPJ castiga como negligencia lo que, en muchos casos, es fruto de una patolog¨ªa profesional.
Otra cosa son los comportamientos achacables a la desidia. No faltan ejemplos: la olvidadiza magistrado de Motril (Granada) Adelina Entrena que mantuvo 437 d¨ªas en prisi¨®n a un imputado que ella misma hab¨ªa declarado absuelto; la juez de guardia de Collado Villalba, Mar¨ªa Jes¨²s Garc¨ªa P¨¦rez que se neg¨® a hacerse cargo de un detenido porque estaba en el gimnasio o el magistrado que se lleva los expedientes a casa para calzar la pata coja de una mesa, dice, y los devuelve a trav¨¦s de su ch¨®fer desparejados e incompletos... Desde luego, no cabe atribuir a la patolog¨ªa profesional los casos de los jueces corruptos, culpables de cohecho, o prevaricadores que se resisten a aplicar leyes que les resultan antip¨¢ticas.
El magistrado murciano Fernando Ferr¨ªn Calamita que retras¨® la solicitud de adopci¨®n presentada por una mujer lesbiana con el argumento de que los ni?os adoptados por parejas homosexuales son "cobayas humanas" y la juez de Denia que se neg¨® a inscribir a un matrimonio del mismo sexo ilustran el boicoteo judicial a la ley de Violencia de G¨¦nero. Tambi¨¦n hay quien exculpa a activistas de la kale borroka con el argumento peregrino de que no ten¨ªan por qu¨¦ saber que la inscripci¨®n Ertzaintza, bien visible en las furgonetas atacadas, corresponde a la polic¨ªa auton¨®mica y no faltan los que piensan que el juez debe acabar con el capitalismo.
?Qu¨¦ fundamento tiene la creencia de que los jueces son de naturaleza conservadora? Salvo que se disponga de becas, solo los v¨¢stagos de familias econ¨®micamente desahogadas pueden permitirse estudiar durante 10 o 12 o m¨¢s a?os para tratar de ser juez. ?Hasta qu¨¦ punto es significativa la presencia en distinguidos puestos de la Judicatura de personas vinculados al Opus Dei? Algunos magistrados calculan que los ligados a esa orden religiosa suponen el 5% de la magistratura. Lo que se sabe es que m¨¢s del 90% de los jueces se sienten ajenos a la politizaci¨®n partidista que aqueja a las altas esferas del sistema y desean sacudirse la sospecha de parcialidad y arbitrariedad.
La estructura demogr¨¢fica judicial ha experimentado un vuelco espectacular hasta el punto de que las mujeres constituyen ya el 66% de los jueces de edades comprendidas entre 31 y los 40 a?os en un pa¨ªs en el que las ¨²nicas juezas que existieron hasta 1978 eran las mujeres de los jueces. Ellas conforman la base del sistema, aunque su presencia en las altas instancias apenas si alcanza el 12% en el Tribunal Supremo, el 29% en los tribunales superiores de justicia, el 32% en las audiencias provinciales y el 33% en la Audiencia Nacional. A la luz de esa abultada presencia femenina, puede que se comprendan mejor las reivindicaciones de reducci¨®n de horarios y cargas laborables orientadas a lograr conciliar trabajo y vida familiar, la p¨¦rdida de car¨¢cter sagrado que envolv¨ªa la funci¨®n judicial. El del juez es, en muchos casos, el segundo sueldo en parejas en las que la otra parte ejerce de abogado o notario.
Se ignora por qu¨¦ los aspirantes a juez tardan actualmente una media de seis a?os en sacar la oposici¨®n, cuando hasta los a?os noventa, con la misma materia, solo les costaba dos o tres a?os. "?Ser¨¢ que la universidad no cultiva ya la memoria como antes y que por eso los nuevos aspirantes a juez tienen m¨¢s dificultades?", se pregunta F¨¦lix Az¨®n. El presidente de la Comisi¨®n de Selecci¨®n del CGPJ anuncia que el Ejecutivo de los jueces est¨¢ decidido a acotar el tiempo de preparaci¨®n de las oposiciones y a potenciar el acceso a trav¨¦s del 4? turno (abogados con m¨¢s de 10 a?os de experiencia). "Necesitamos m¨¢s jueces, pero solo con la condici¨®n de que sean buenos profesionales; no nos interesan los que llevan 11, 12 o 13 a?os opositando", indica. "Dice que el CGPJ quiere crear una escuela judicial selectiva que m¨¢s que potenciar la memoria, cultive la capacidad de aprender, entender y manejarse con las bases de datos. Hay que aplicar criterios de salud laboral para poder detectar las anomal¨ªas lo antes posible", afirma.
M¨¢s revolucionarias que todas estas medidas, resultan las propuestas que la Comisi¨®n de Expertos ha presentado al Ministerio de Justicia. Proponen, nada menos, que los juzgados dejen de ser ¨®rganos individuales, estructuras de funcionarios y secretarios sujetas a un juez titular, para convertirse en entidades colegiadas dirigidas por varios jueces. "Supondr¨¢ un cambio radical de las mentalidades, en la medida en que una vez transformado en ¨®rgano colegiado, el tribunal tendr¨¢ que tener un criterio com¨²n. Se limitar¨¢ as¨ª la situaci¨®n, tan desconcertante para los ciudadanos, en la que los magistrados se pronuncian de manera distinta ante asuntos id¨¦nticos", afirma I?aki S¨¢nchez Guiu.
Con la reforma desaparecer¨¢n tambi¨¦n las figuras del juez como francotirador solitario y virrey due?o y se?or de su juzgado, aunque, de acuerdo con las propuestas de los expertos, conservar¨¢ su capacidad de dictar resoluciones individuales en asuntos de menor entidad o semejantes a los resueltos colectivamente. Y por supuesto, los casos de la envergadura y complejidad del Prestige no quedar¨¢n en ning¨²n caso en manos de un solo juez. La idea de crear juzgados colegiados fue ya expuesta por Alonso Mart¨ªnez, art¨ªfice de la Ley de Enjuiciamiento Criminal de 1870, y abandonada entonces por falta de dinero. Aunque la crisis ahoga tambi¨¦n ahora, parece que su sue?o de entonces puede materializarse 140 a?os m¨¢s tarde en este gran salto que la justicia espa?ola tiene pendiente de dar.
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