?Qu¨¦ tiene de especial un beso entre mujeres?
Se piense lo que se piense sobre el?talento interpretativo de Scarlett Johansson, la del 6 de junio en Los ?ngeles no fue su mejor actuaci¨®n. La actriz estadounidense, de 25 a?os, se insin¨²a con el gesto nervioso de una colegiala. Con su voz ahumada, habla de suaves y dulces besos mientras sus carnosos labios se ofrecen en un truco de elemental manual de seducci¨®n. Finalmente, una mano le agarra la rubia cabeza y detiene su coqueto balanceo para plantarle un morreo.
Esta pantomima no tendr¨ªa mucho futuro como noticia si no fuera porque los labios que salen a su encuentro pertenecen a Sandra Bullock. Bullock, de 45 a?os, ya hab¨ªa coqueteado con las posibilidades de ese gesto -en enero, con Meryl Streep- y orquest¨® esta presentaci¨®n para recibir el premio honor¨ªfico de los MTV Movie Awards. No era una ocasi¨®n cualquiera, sino la primera vez que aparec¨ªa en p¨²blico tras el pintoresco esc¨¢ndalo que ha rodeado su separaci¨®n matrimonial. Un agrio postre para celebrar su primer Oscar, con la extra?a guinda de una mujer intensamente tatuada con la que, al parecer, su marido le ha sido frecuentemente infiel, y llamativos rumores que ella misma despach¨® con humor al recoger el premio de la cadena MTV.
"A los hombres heterosexuales les pone ver la pantomima del deseo sexual entre dos t¨ªas", seg¨²n Mar¨ªa Llopis
"Nuestros espectadores esperan lo inesperado. Solo Sandra y Scarlett saben qu¨¦ pas¨® entre ellas realmente", dice MTV
Dado que Bullock no solo es otra guapa actriz de Hollywood, sino tambi¨¦n -perd¨®n por la obviedad- otra mujer, el teatrillo dio la vuelta al mundo y se convirti¨® en la foto m¨¢s vista y comentada del d¨ªa. Algo parecido hab¨ªa ocurrido el jueves anterior con la coreograf¨ªa del tema Can't be tamed que Miley Cyrus, de 17 a?os, estren¨® en un programa de televisi¨®n brit¨¢nico. Incluye un falso beso a una de sus bailarinas que parece tan estrat¨¦gicamente calculado para cambiar su imagen como la exacta medida de sus escasos pantalones. ?Qu¨¦ tendr¨¢ ver a dos mujeres besarse -aunque sea mentira-, que sigue generando tanto alboroto? "La regla sigue siendo la heteronormalidad, y todo lo que se sale de eso es considerado una transgresi¨®n y crea morbo", opina Mar¨ªa Llopis, artista, activista y autora del libro El postporno era eso. "Hay un cierto terror a la homosexualidad masculina, pero con las t¨ªas es divertido. A los hombres heterosexuales les pone ver la pantomima del deseo sexual entre dos mujeres. Que algo como esto sea noticia es un s¨ªntoma de lo enferma que est¨¢ la sociedad, me resulta vergonzoso estar hablando de ello".
"Cualquier beso en la boca en una entrega de premios es noticia, y m¨¢s si ocurre en un pa¨ªs tan conservador como Estados Unidos", apunta Gema Arquero, coautora del c¨®mic de tem¨¢tica l¨¦sbica Salidas de emergencia. "Supongo que si es entre personas del mismo sexo es m¨¢s escandaloso, simplemente, porque la gente no est¨¢ tan acostumbrada a verlo". Pero teniendo en cuenta la proliferaci¨®n de besos p¨²blicos entre mujeres, no est¨¢ tan claro que la novedad sea el principal argumento para su notoriedad. The?New York Post escrib¨ªa con sorna en 2003: "Para las estrellas que teman que su carrera est¨¦ en horas bajas: besen a otra mujer y acabar¨¢n en, ejem, los labios de todo el mundo". Ese art¨ªculo fue solo uno de los muchos que se publicaron ese a?o a partir del m¨¢s c¨¦lebre beso entre famosas en lo que va de siglo: el de Madonna a Britney Spears y Christina Aguilera. Qu¨¦ casualidad, aquel momento hizo que otra gala de MTV trascendiera el ¨¢mbito de unos premios musicales. "Supongo que actrices y cantantes pretenden demostrar lo tolerantes que son, y la cadena, que se hable de ello. Justo lo que estamos haciendo aqu¨ª ahora", se?ala Arquero.
Dos semanas despu¨¦s, en el programa de Oprah Winfrey, Madonna defendi¨® con poca credibilidad que no hab¨ªa previsto que el encuentro de sus labios con el de sus j¨®venes herederas fuera a generar tantos titulares. "Yo era el novio y ten¨ªa dos novias. Hicimos lo que se supone que se hace al final de una boda: besarse", afirm¨® juguetona. "No s¨¦ por qu¨¦ se est¨¢ haciendo tanto ruido. Era solo algo amistoso y divertido". "?No estaba tratando de reivindicar nada?", le preguntaba Oprah. "?Sobre qu¨¦? Hace 10 a?os que hice esa clase de afirmaciones", dec¨ªa Madonna en referencia a las fantas¨ªas que poblaban su libro Sex, de 1992.
"?Es un signo de progreso o una pura maniobra publicitaria?", se preguntaba a su vez la web afterellen.com, especializada en la representaci¨®n de mujeres lesbianas en los medios. Sarah Warn se?alaba all¨ª que el objetivo medi¨¢tico no impide que la imagen de dos megaestrellas bes¨¢ndose ayude a la visibilidad y normalizaci¨®n de esta expresi¨®n del deseo femenino. Eso s¨ª, cuanto mayor es el impacto alcanzado, m¨¢s evidente es la distancia que falta por recorrer. "El hecho de que algo as¨ª llame tanto la atenci¨®n pone de manifiesto nuestras represiones culturales", se?ala la realizadora Cecilia Barriga. "Esto solo le puede pasar a una sociedad adolescente. Los adolescentes se sorprenden cuando ven cualquier beso. Porque est¨¢n llenos de dudas, reci¨¦n llegados al mundo emocional y sexual... Estamos tan perdidos y somos tan novatos en esto como un adolescente".
hace m¨¢s de 20 a?os que Barriga concibi¨® el cortometraje Encuentro entre dos reinas, que se apropiaba de fragmentos de pel¨ªculas de Greta Garbo y Marlene Dietrich para construir una nueva historia entre las dos divas. Un encuentro entre ellas que solo ocurre en la imaginaci¨®n de la realizadora. "El lesbianismo sigue siendo ruidoso y no se mira con normalidad. Lo demuestra el ¨¦nfasis que se ha puesto en que Habitaci¨®n en Roma trata de dos mujeres", opina. "Desgraciadamente, el sexo vende y seguir¨¢ haci¨¦ndolo, y el ¨²ltimo escollo en el inconsciente colectivo -o lo que todav¨ªa da morbo- es el lesbianismo", apunta Antonio Rubial, de Kuranda, que representa, entre otros, a Elena Anaya, protagonista de la citada pel¨ªcula de Julio Medem. "Pero la repercusi¨®n que tendr¨ªa una relaci¨®n sexual expl¨ªcita entre dos mujeres nunca fue un tema de discusi¨®n para aceptar o no el papel. Simplemente, Julio le ofreci¨® un gui¨®n que a Elena le encant¨®".
"En los a?os noventa se avanz¨® mucho en la normalizaci¨®n de las relaciones homosexuales masculinas, pero falta una revoluci¨®n igual para las mujeres. El lesbianismo sigue teniendo car¨¢cter singular", admite ?lex Pina, productor ejecutivo de Los hombres de Paco. Esta serie relat¨® una historia de amor l¨¦sbico que se convirti¨® en un fen¨®meno de culto. En octubre, EL?PA?S public¨® un anuncio sufragado por seguidores de m¨¢s de 50 pa¨ªses loando aquel idilio. Seg¨²n Pina, han recibido m¨¢s de 5.000 postales de todo el mundo. "Cuando montamos la trama busc¨¢bamos una gran historia de amor. No calculamos la repercusi¨®n. Algo as¨ª era impensable, imprevisible e improbable".
Tres adjetivos que dif¨ªcilmente pueden aplicarse al caso de Bullock y Johansson. ?Fue una maniobra de distracci¨®n para que la en¨¦sima novia de Am¨¦rica recuperara la sonrisa? ?Un gesto de solidaridad entre ellas, como sugiere Mar¨ªa Llopis? Esta es la lac¨®nica respuesta de la cadena MTV desde Estados Unidos: "Nuestros espectadores esperan lo inesperado, y solo Sandra y Scarlett saben qu¨¦ pas¨® realmente". Y solo nosotros podemos decidir hasta cu¨¢ndo y por qu¨¦ nos importa.
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